31.- Hacer el amor

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¡NUEVO CAPÍTULO!

DOBLE CAPÍTULO ESTA SEMANA PARA AGRADECER SU APOYO Y SUS COMENTARIOS A ESTA HISTORIA.

ESTE ES UN CAPÍTULO MUY ESPECIAL, PUES OCURRE LO QUE MUCH@S HAN ESPERADO DESDE HACE TIEMPO.

ME ESFORCÉ MUCHO EN ESTE CAPÍTULO Y ESPERO QUE LES GUSTE CÓMO QUEDÓ

¡DISFRÚTENLO Y NO SE OLVIDEN DE VOTAR Y COMENTAR !
🤠🤠🤠

En el baño de la suite que Carlos rentó para pasar uno noche íntima con Martín, el doncel se observaba al espejo vistiendo una seductora lencería de encaje color rojo

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En el baño de la suite que Carlos rentó para pasar uno noche íntima con Martín, el doncel se observaba al espejo vistiendo una seductora lencería de encaje color rojo.

La timidez de Martín le impedía exhibirse así a los ojos de su marido, por lo que decidió: mejor me quitaré esta ropa y le diré a Carlos que me tardé por otra cosa...

Pero el ojicafé olvidó ponerle seguro a la puerta del baño, por lo que Carlos la abrió sin llamar.

Carlos: Martín, ¿por qué te tardas tan...?

El semental mayor no pudo terminar su pregunta al encontrarse de pie frente al espejo del baño a Martín luciendo de manera tan sexy y provocativa.

Al ver a su marido entrar de manera inesperada, el rostro de Martín se pintó de mil colores y sus labios rosas apenas pudieron exclamar: ¡CARLOS!

Con la boca abierta, el barbado recorrió con sus ojos, de pies a cabeza, la silueta semidesnuda del hermoso doncel.

Apenadísimo, Martín agarró rápidamente una toalla para intentar cubrir su cuerpo y la lencería que tenía puesta.

Tartamudeando, el doncel expresó: sal-salte, Carlos... te-tengo que cambiarme... salte po-por favor...

Sin salir de su asombro, el varón no hizo caso y en lugar de marcharse, caminó hacia el doncel que temblaba de nerviosismo.

Al pararse frente a Martín, Carlos le sujetó la mano con la que sostenía la toalla para intentar deshacerse de ella.

Pero Martín se aferró más a la toalla.

Con voz gruesa, el ojiverde habló: suelta la toalla... quiero verte solo con lo que tienes puesto...

Martín: n-no quiero... n-no sé por qué me vestí así... soy un tonto... me muero de pena...

El barbado acarició la mejilla del doncel al tiempo de decirle: no tengas pena... no debes de tenerla porque te ves hermoso... por favor, Martín, déjame verte solo con la lencería...

Los SementalesWhere stories live. Discover now