CAP 5: De compras

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- Maldito...maldito...tsk...no lo necesito... - decía enfurecido el omega cenizo.

Golpeaba un saco de arena en su área de entrenamiento que tenía para él en casa, estaba muy muy enojado por tal atrevimiento que tuvo el pecoso hace unos días, y por el ahora incansable acoso "disimulado" que hacia el héroe de la paz.

- ¡Mamá! – interrumpió Mahoro.

- ¿Qué sucede? – detuvo su entrenamiento.

- Revisé la nevera y nos faltan provisiones, también necesito cosas de la papelería para una clase mañana – decía en el marco de la puerta, pero fue ligeramente empujada por Eri.

- YO QUIERO UN CUADERNO NUEVO – habló enérgica.

- YO NECESITO UN PANTALÓN NUEVO, VIEJO – grito Kota haciendo empuje a Eri que empujaba más a Mahoro.

- Yo...yo...necesito pinceles nuevos para mi clase de pintura – se unía también a empujar Katsuma a su manera.

- Ahh...está bien, vayamos de compras...vístanse... - les dijo y todos corrieron alegres hacia sus cuartos para cambiarse o ponerse zapatos.

No estaba de ánimos para salir, en primera por todo lo que le hacía pasar el pecoso y en segunda porque era toda una aventura salir todos juntos a cualquier lugar, ver tantos cachorros y totalmente diferentes hacia que muchas miradas les fueran dirigidas al cenizo, todas las miradas decían lo mismo "puta", ese era el prejuicio de la sociedad; ya estaba un poco acostumbrado, así que aprendió a ignorarlos y mandarlos a la mierda.

Tomo una ducha literalmente rápida, sólo enjuagó su cuerpo con el agua fría.

Estaban saliendo, y sintió de nuevo esa sensación de ser observado; miró a sus alrededores, la calle era normal y tranquila, había personas pero sólo pasaban, su vecindario es relativamente de buena zona, aunque eso no la privaba de crímenes.

Eri iba en su silla de bebé del lado izquierdo del auto, en medio iba Katsuma y del otro lado Kota, y en el copiloto iba Mahoro, desde que cumplió 9 años, Katsuki le permitió ir en ese lado del auto, además de que ya no cabían muy bien atrás con sus hermanos.

Llegaron al centro comercial, para los niños era como ir a una enorme juguetería, con luces, juegos, y muchas cosas para tocar; el omega antes de bajar a todos del auto, se puso su mascarilla especial, y al bajar volvió a tener ese mismo presentimiento pero esta vez se irritó.

- ¿Por qué no sales de tu escondite y dejas de seguirnos? Midoriya... dijo de nuevo haciendo sarcasmo e irritación en su tono de voz.

- Creí que me estaba escondiendo bien jeje... - bajó flotando Izuku de un árbol en el estacionamiento.

Katsuma y Eri se emocionaron mucho al verlo, mientras Mahoro y Kota se mantuvieron cerca del cenizo.

- Claro...como si alguien tan grande como tú pudiera pasar desapercibido tan fácilmente, idiota – soltó molesto.

Izuku solo pudo mantener la cabeza gacha, se sentía muy mal por la actitud de su amigo, se había vuelto alguien más frío y cruel.

- Mamá, no le hables así a Izuku-nii, no hizo nada malo – defendió Eri mientras se acercaba a la pierna del Alfa para abrazarlo y mirar a su madre con ojos de cachorro.

El omega cenizo era débil con esa mirada, no sólo con Eri, cualquiera de sus cachorros que hiciera esa misma expresión le era difícil negarse o seguir de mal humor. Suspiró tan irritadamente y luego volvió a decir.

- Perdón...te has esforzado supongo...pero estamos bien, así que ya puedes volver a casa – le dijo con la cabeza gacha, no quería ni verlo.

- Mamá... - susurró Katsuma con los ojos más alegres de su vida - ¿nos puede acompañar a las compras? – su cara irradiaba felicidad.

- SI MAMI, QUE VENGA IZUKU – rogo la peli-plateada que se aferraba aún más a la pierna del pecoso.

Midoriya no dijo nada, pero la expresión de su cara también era alegre, y casi podía ver al lobo interno del Alfa sacudir su cola en són de alegría. Necesitaba negarse, necesitaba alejarlo, quiere decir que no...quiere gritar un rotundo y perpetuo NO, pero su lobo interno comenzó a rasgar su interior, hacía mucho tiempo que no estaba en compañía de un Alfa, y también, hace demasiados años que no se veían, quería saber de él, conocerlo de nuevo, estar con Izuku.

- Sólo a las compras y nada más – comentó continuando su camino al centro comercial.

Eri, Katsuma e Izuku gritaron victoriosos, y el pequeño de cabello castaño claro, se acercó a su ídolo, caminando juntos de la mano; a Midoriya le pareció lindo y tierno aquel pequeño, y Eri no tardo en presentarle a sus hermanos, sus quirks y comenzar un larga platica de todo lo que había hecho hasta ese día.

En el camino el Alfa también prestó atención a los otros dos niños, el de cabello negro era callado, con la misma cara enojona que el omega, con una personalidad un tanto oscura, cruzaban miradas de vez en cuando pero el niño simplemente lo miraba más feo.

También observó a la otra menor, que prefería estar cercas de Kacchan, se veía tranquila, y alegre, conversó la mayor parte del tiempo con el cenizo, y juntos coordinaban todas las compras; se podría decir que tenían una buena conexión, solamente una vez cruzó miradas con la niña castaña y lo que sintió fue rechazo.

Se sintió muy mal, ¿qué diablos estaba haciendo acosando a su amigo de la infancia?, sus compañeros le advirtieron que nada bueno saldría de las acciones que estaba realizando, pero no entendía por qué la obsesión de protegerlo, por qué tanta necedad por cuidarlos, eran más acoso que alguna otra buena cosa.

Entre su tristeza, pudo escuchar varios susurros, se alteró un poco al pensar que tal vez eran comentarios despectivos hacia él, y cuando puso mayor atención a las palabras de las personas que estaban susurrando, los vio a todos dirigiendo sus miradas al cenizo, que seguía caminando con normalidad, pudo distinguir palabras cómo:

"Omega vendido, grotesco, defectuoso, abominable..."

No soportó todos aquellos comentarios, liberó amenazante su feromona y gruño, los susurros cesaron.

Desde ese momento, los menores se quedaron callados, les causo un escalofrío la feromona amenazante de Izuku, por lo que todo el camino de regreso al carro fue silencioso y tranquilo; subieron con cuidado todas las compras, y los más pequeños volvieron alrededor de Izuku, no querían que se fuera, entonces Eri propuso.

- Mamaaaa que Izuku venga a cenaaaar – le rogó abrazando con fuerza las piernas del cenizo.

Pero Bakugo mantuvo su cabeza gacha, no se veía para nada feliz, por lo que volvió a sentirse incomodo e inseguro sobre si seguir con ellos.

- Yo creo que mejor... – sabía que ya estaba forzando a Katsuki a demasiadas cosas, y el trato era que solo hasta ahí debía estar.

- Está bien – dijo mientras la cargaba en sus brazos – sólo porque ayudó un poco hace rato... - comentó no muy alegre, pero su expresión malhumorada ya no estaba.

- Izuku-nii ¿puedes? – rogó Eri con una cara bastante graciosa y tierna.

-       Izuku-nii ¿puedes? – rogó Eri con una cara bastante graciosa y tierna

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AMOR EN EL KINDER (FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora