CAP 10: Sólo me tienes a mí...

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Pasó alrededor de un mes desde que Izuku tuvo esa pequeña charla con Mahoro, fue reconociendo los extraños comportamientos que tiene Bakugo; para ser un omega, era muy contrario a lo normal; pero conocerlo le permitió ser un poco más cercano.

Sus compañeros iban una vez al día a verificar como estaba el peliverde, verificaban su estado, y que no perdiera sus recuerdos (que era principalmente lo que tenía a todos preocupados), el chequeo lo hacía un médico privado de la agencia, debían mantener todo en completa discreción.

En los noticieros tuvieron que comunicar que en el último enfrentamiento el Símbolo de la paz había solicitado unas vacaciones para la recuperación de su cuerpo; de modo que ahora sus compañeros cubrían los turnos del Alfa peliverde.

El inconveniente ahora era que Izuku se había acostumbrado a la rutina familiar del Omega: levantarse con mucho ruido y gritos, desayunar en familia, disfrutar de las pláticas en el auto, conocer las rutinas y manías que tenía Kacchan en la escuela, no había padre de familia que no lo felicitara por sus métodos de enseñanza, cenar de nuevo en familia con una armonía distinta a la de la mañana, y dormir tan feliz...no quería irse a su solitario apartamento y comer comida del super...

Aunque claro no todo era color de rosa, tuvieron momentos incomodos como discusiones por teléfono que tenía el cenizo con alguna persona, el momento incómodo del baño con Kota y Katsuma, lo habían invitado (a Izuku) a bañarse, y por naturalidad Bakugo entró a verificar a los menores, pero al ver a Deku pequeño y desnudo, le resaltaron todos los colores rojos en su rostro, ese día el omega no lo podía mirar a la cara; también estuvieron teniendo peleas entre el pecoso y el cenizo, por la persecución de los hombres que seguían vigilándolos, aunque tenían dos días que habían dejado de hacerlo repentinamente.


(...)


Estaba Izuku muy aburrido mirando hacia la ventana, mientras los demás niños hacían manualidades; la maestra había sido avisada de la condición del peliverde, por lo que lo dejaba ser.

Fue entonces que vio llegar un auto rojo muy lujoso, de él bajó un hombre de cabello morado con ojeras muy arreglado, en su mano llevaba un ramo de rosas rojas, Kirishima lo recibió en la entrada, estaba intentando hacer que no pasara, pero su feromona lo afectó, haciéndose aún lado.

- Oye oye Eri – le hizo una señal y la menor corrió hacia donde estaba - ¿conoces a ese hombre? – preguntó.

- Ah... – su expresión no fue nada alegre, más bien sonaba irritada – el tío Shinsou – comentó con una expresión un tanto parecida al cenizo cuando está molesto – visitó a mi mamá hace unos meses, pero... - hizo una pausa para sentarse mostrando un puchero – a nadie nos agrada...ni siquiera a mamá...pero dijo que no tuvo de otra... - su tono delataba su irritación por aquel hombre.

Un escalofrío no placentero recorrió la espalda del peliverde, sintió rencor/enojo por aquel hombre, desde que lo vio bajar del auto, no le daba buena espina, tenía que ver a Kacchan...tenía que protegerlo.


(...)


El cenizo vio por su ventana la llegada del molesto Alfa peli-morado.

Lo conoció a la mitad de la secundaria, cuando Shinsou ingreso se corría el rumor del tipo de omega defectuoso que era Bakugo; no era porque alguien lo hubiera divulgado, era algo que no podía ocultar, siendo omega y no poder producir ningún tipo de aroma era algo que consideraban defectuoso, no tenía el "llamado", si tenía su celo en plena clase nadie lo ayudaría, ningún Alfa lo tocaría porque no se sentiría atraído; se libró de muchas violaciones que llegaron a tener sus compañeros, pero eso no quitaba el hecho de que pasaba un tormento en cada celo, y más por la sensibilidad de los aromas Alfa, no recuerda desde cuando tuvo que empezar a usar aquella mascarilla, se volvió parte de él.

Pero a pesar de todo eso, Shinsou se había acercado primero a él como un amigo, haciéndole compañía al omega, ganando su confianza; y sin más el omega poco a poco se fue enamorando, hasta caer y confesarse aquél Alfa, que con una sonrisa de oreja a oreja correspondió sus sentimientos, fue un momento muy feliz para el cenizo, luego recordó una frase que no paró de decirle el Alfa en sus últimos días juntos.

"Nunca nadie te querrá...eres un maldito defecto...sólo me tienes a mí" recordar sus palabras lo estremecieron.

Hace 7 meses se volvieron a encontrar, y no de la mejor manera, lo salvó de una agresión por parte de un Alfa territorial, que había confundido al cenizo por un Beta (eso era también muy común en su vida).

La puerta de su oficina se abrió sin siquiera ser tocada, como sí Shinsou fuera realmente el dueño de todo.

- Hola cariño, te traje rosas – comentó con una sonrisa tan falsa.

- No las necesito, y por favor retírate, perturbas mi paciencia – le dijo evitando cualquier tipo de contacto visual.

- Vamos, vamos, cariño, ¿cuándo vas a perdonarme? – su tono era triste.

Pero Bakugo sabía que no debía dejarse engañar, él... su antiguo amor, un doble cara, psicópata y maniaco. Debía mantenerse fuerte, no enojar al desgraciado por que podría afectarle su feromona como en aquellos tiempos y no quería ningún tipo de escándalo en su escuela.

- Jamás, así que por favor vete... - le dijo con la cara más molesta que tenía.

- ¿Así sin más...quieres que me vaya? – tomó de la muñeca – después de todo lo que hice por ti, así es como me regresas tu amor, eres un maldito desgraciado – expulso muchas feromonas amenazantes, que estremecían, lo hacían temblar de miedo, pero Bakugo resistió.

Al otro lado Kirishima llamaba a su amigo, la puerta había sido cerrada con seguro, y la feromona del Alfa se podía oler desde fuera de la oficina.

Tomó del cuello a Katsuki y comenzó a apretarlo.

- Tú me heriste amor, debes pagar por todos esos años que me dejaste sólo, yo no quiero lastimarte, no quiero hacerte esto, sólo quiero que volvamos a lo de antes, ámame de nuevo mi Kats – no pudo terminar había sido golpeado por el omega en su parte baja.

- Yo jamás...jamás volveré al infierno que me...hiciste pasar – tosía con fuerza para volver a regresar el aire a sus pulmones.

El mareo no le permitía ver bien, el cosquilleo y el calor estaba comenzando, el celo estaba comenzando a presentarse por la feromona del su exnovio.

Rio malvadamente, con cierta psicopatía, se levantó tomando del cabello al rubio cenizo, que mostraba unas pequeñas lágrimas en sus ojos.

- Pagarás por eso amor...volverás conmigo...y seremos felices como antes – expandía más su feromona, ahora causando sufrimiento en el omega.

Estaba por golpearlo, cuando un rayo de luz verdoso iluminó toda la oficina, y después un "KABOOM!" resonó a la distancia.


AMOR EN EL KINDER (FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora