CAP 43: Una confesión

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Los minutos se volvieron horas, y las horas en días, 3 días para ser exactos. 6 héroes investigando en el caso, entre ellos Izuku y Shoto, 4 patrullas de policías, y una brigada de los mismos realizando búsquedas del posible paradero del omega y los cachorros, pero no han logrado encontrarlos.

La desesperación de Izuku acrecentaba de no ser por Mahoro y Kota ya habría caído en la locura con una posibilidad de volverse un asesino, sin importarle que pudiera perder su título como héroe de la paz y tal vez ser encarcelado.

Por la seguridad de los cachorros permanecieron con sus abuelos, aunque no le gustó mucho la idea, decidió que era mejor a que se quedaran solos sus pequeños, se la pasó día y noche en busca de Kacchan, su mente no piensa en nada más, y como no iba a estar así, es una Alfa que ha perdido a su pareja, su manada está dividida, no pude comer, ni dormir de la sola idea de que están en alguna parte sufriendo, está más consciente de esto ya que su enlace con el cenizo le hace sentir cierto dolor en el pecho que no puede describir pero que sin duda le lastima hasta el alma.

- ¿Papá? – interrumpió Mahoro los pensamientos del pecoso que está fumando un cigarrillo antes de entrar a la casa Bakugo, en cuanto vio a la pequeña tiró el cigarro y puso una sonrisa nerviosa...o más bien falsa, no está bien pero no quiere preocupar a sus pequeños.

- Mahoro, ¿qué haces despierta? Tu hora de dormir fue hace más de una hora – le dijo a su pequeña recibiéndola con un abrazo corto, ya que no quería dejarle el olor a cigarro.

La peli castaña miro seriamente al Alfa, quien se puso más nervioso.

- No tienes que hacerte el fuerte ¿sabes? – su voz fue serena, tomó asiento en uno de los escalones de la entrada – cuando tenía apenas un año de vivir con mamá, la mayoría del tiempo estuve asustada, pensaba que en cualquier momento atacarían de nuevo la ciudad, dentro de mí había un caos de emociones que hicieron que me enfermara – el pecoso poco a poco se fue sentando al lado de su hija – entonces un día tuve un ataque de pánico, mamá me abrazo, me acarició el cabello y me dijo "no tienes que ser fuerte, apóyate en mí" miró hacia las estrellas – ese día hablamos de un montón de cosas, de sus miedos, de lo débil que se siente por no tener un quirk, de lo feliz que es al amarnos, y con ello pude hablar de mis miedos, la soledad que sentía por haber perdido a mis padres; aquella charla nos acercó más – miró directamente a Izuku – yo sé que estás preocupado por mamá y mis hermanos, también lo estoy; pero si te sigues haciendo el fuerte, no podrás concentrarte como se debe – mostro una sonrisa con una mirada firma, llena de confianza y empatía; en cierta manera le recordó mucho a Kacchan.

El pecoso suspiró como nunca antes en su vida, posó de manera delicada su cabeza sobre el hombro de la pequeña, Mahoro por instinto y naturalidad acarició delicadamente la revoltosa cabellera del Alfa, tarareo una melodía como hacía Katsuki con ella.

- Ten...go... - la voz de Izuku temblaba – me da miedo perderlos... es algo que no me podría perdonar nunca en mi vida... – rodaron unas cuántas lágrimas.

Mahoro no dijo nada, solamente dejó que el pecoso llorase, es mejor vaciar todo el dolor que uno siente para que después se pueda una sentir más ligero y pensar con algo más de claridad.

- Creo que...mamá, te golpearía si te culpases toda la vida – consoló la castaña – diría "IDIOTA SOLO SIRVES PARA LAMENTACIONES" imitó la voz del cenizo, lo que hizo a ambos reír y aligerar el ambiente, lo cual funcionó.

El Alfa pecoso, con ello tomó en brazos a la castaña, la abrazó gentil y amorosamente.

- Gracias Mahoro – le susurró, la menor apretó el agarre con aquello, se le estaban formando algunas gotas de agua en los ojos – Muy bien, no es momento no rendirnos, tú mamá y tus hermanos nos están esperando – le sonrió ampliamente.

AMOR EN EL KINDER (FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora