AMOR EN EL KINDER (FINALIZADO)

CAP 48: Nuestra otra mitad

POV IZUKU:

Mi rostro siente una ligera brisa, es relajante, me siento en calma, poco a poco abro mis ojos, notando que me encuentro en un lugar extraño, un espacio en blanco, no hay sonido, tampoco puedo distinguir el norte o el sur, si hay arriba o abajo.

¿Morí? Este pequeño pensamiento, sacudió mi cuerpo como una ola que se estrella entre las rocas, pero ¿Por qué el miedo? ¿Por qué el pánico? Recuerdo que hay alguien a quien quiero ver, alguien con quién quiero volver a hablar ¿PERO QUIÉN ES?

Decido moverme, aunque no se en donde estoy, espero encontrar una salida; mientras más camino, más me desespero, el blanco del lugar se siente infinito, o tal vez ni siquiera he camino, la frustración se empieza a apoderar de mí, y fue que escuché "vuelve a mí", un susurro tan claro, busco con la mirada por todos lados pero la nada sigue ahí, o al menos eso creí, hasta que distinguí un punto rojo a lo lejos, mis pies se mueven rápidamente, corro con frenesí, al acercarme más y más, veo la figura de un lobo, pero es extraña es de color rojo y transparente, como un espíritu, lo miro extrañado, no se mueve, no hace gestos, y me siento en la espera de algún movimiento.

Siento como pasa el tiempo, estoy por darme por vencido, al menos hasta que el susurro repite lo mismo, miro por todos lados pero sigo sin saber de dónde proviene aquella voz, algo en mi interior se siente desesperado por ir tras aquel susurro, después el espíritu del lobo rojo se mueve, comienza a caminar lejos de mí, y yo le pido que se detenga pero no me hace caso, así que lo seguí.

Al cabo de un rato, el lobo parece entrar a una especie de hoyo, miro de reojo el hoyo, es oscuro, no veo nada, siento miedo pero el lobo regresa asomando un poco su cabeza.

- Sígueme - la voz del lobo y la voz del susurro se parecen, decido seguirlo.

Baje como en un tobogán, llegando ahora a lo parecido a un pasillo, está oscuro a excepción de las pequeñas luces que hay en el suelo iluminando el corredor.

- Por aquí - me indica el espíritu saliendo de una de las paredes.

Estoy algo intrigado, al caminar por el pasillo hay varios cuadros que parecen tener movimiento, observo varios de ellos, son yo de bebé, luego de niño, y después en uno de los cuadros parece tengo unos 6 años, y hay otro niño más pequeño a mi lado, pero su rostro está negro, no puedo recordar a ese niño, después escucho en el mismo pasillo risas, como si viese fantasmas, me veo a mí y a ese niño del cuadro, pero su rostro sigue oscuro, quiero seguirlos y tomar al niño que no recuerdo, pero en eso el lobo rojo se interpone en el camino.

- No, espera, quiero seguirlos - le digo con desesperación.

- No - contesta el lobo.

- Pero tengo que ir con él, debo preguntarle... - el lobo se hizo cada vez más grande, tuve miedo de que me atacase.

Abrió su enorme hocico, mostrando sus enormes dientes y algo de saliva, está por atacarme, pero un llanto lo detiene, ambos miramos hacia el lugar, el lobo sin una pisca de duda, atraviesa la pared, con algo de duda sobre si seguir a los espíritus de antes o al lobo; atravieso la pared, estoy ahora, en un bosque, miro hacia arriba y veo la luna, todo está oscuro aunque la luna ilumina un poco, el espíritu del lobo rojo aúlla y llora, después un largo silencio se escucha en el bosque otro aullido en la lejanía; en ese momento mi mente hizo un "click".

- ¿Estás perdido...? - susurré mirándolo con incredulidad.

El lobo solamente asintió.

- Te ayudaré - le hable delicadamente, mientras acaricio juguetonamente su cabeza.

Con cautela, el lobo rojo se hizo más grande, después se agachó indicándome que subiera en su lomo, una vez que subí, note que el lobo no puede dar con el sonido, pero para mí es como si el aullido me mostrará el camino, le indique por dónde debíamos ir, corría apresurado, como si se tratara de una cría suya, siguió por varios kilómetros, sentía que el camino se hacía cada vez más largo, sin embargo, saltamos a otra especie de portal.