CAP 37: Hombros ligeros

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Enfermería de la Academia Sparrow

La medico revisaba el tobillo de Katsuki, le aplico un ungüento y después lo vendó con mucho cuidado.

Izuku y los cachorros miraban atentos y tristes por lo que le pasó al cenizo. La puerta de la enfermería fue tocada. La enfermera dio el permiso para ingresar y entraron un poco preocupados Mitsuki y Masaru.

- ¿Cómo está doctora? – preguntó el omega peli castaño.

- Afortunadamente, no fue nada grave – se lo informó no sólo a los padres, sino también miró al pecoso y los cachorros – con mi quirk verifique el hueso y no está fracturado, presenta un ligero esguince pero el ligamento tampoco sufrió daño severo, le he puesto una pomada que les recetaré, necesitará aplicárselo dos veces día, y reposo de cinco días, puede caminar señor Bakugo – se dirigió al cenizo – pero no haga mucho esfuerzo para que pueda mejorar más pronto, ¿entendido? – recomendó a Katsuki y este sólo refunfuño.

La doctora se retiró dejando a la familia junta, el cenizo que estaba antes acostado ahora se sentó en la camilla e Izuku lo ayudó, primero colocó los tenis del cenizo con cuidado, le ofreció su suéter y lo apoyó para pararse, aunque si por el pecoso fuera, volvería a cargar a su Kacchan, pero con su feromona el Alfa peliverde pudo sentir que no quería sobre-ayuda.

Ante este nuevo comportamiento los padres del cenizo quedaron algo sorprendidos, primeramente por la nueva cercanía y contacto que tiene con el pecoso, y segundo porque pudieron sentir que había algo diferente, aunque aún no entendían qué era, hasta que el señor Masaru se llevó una mano a su boca por el asombro.

- Hijo tú... - el cenizo y el pecoso miraron a Masaru – no tienes tu cubrebocas...ni tú...vendaje... - está que no lo puede creer.

La Alfa al observar que verídicamente no llevaba nada de lo que había dicho su esposo, una parte de ella está enojada, muy molesta pero también está feliz, aunque su rostro no lo demuestra.

Al estar al descubierto, Bakugo tomó fuertemente de la mano a Izuku, quien le correspondió en enlazar su mano, y mirar firmemente a los padres del omega; pero no sabía qué tanto él debía de informar la noticia.

- Izuku y yo nos unimos...hace como una semana – comenzó el cenizo – no tuve tiempo de avisarles por el trabajo... – explicó un poco preocupado porque pudieran mal interpretar todo sus padres.

- Pero esperábamos decirles en un momento más oportuno y especial – agregó en apoyo Izuku.

Se formó un largo silencio, los cachorros se habían movido a un rincón de la enfermería, podría ser que empezaran a pelear.

- Navidad – habló un poco entrecortada, se aclaró la garganta para deshacer el nudo en su garganta – celebraremos Navidad en casa, todos juntos para celebrar – dijo conteniendo un poco las lágrimas Mitsuki.

- Bruja... - susurró el cenizo.

- Sí, hay que celebrarlo en Navidad – agregó Masaru.

Alfa y Omega sonrieron, están felices con la aprobación de los padres, los cachorros también se unieron a su felicidad.

Después que todo se tranquilizó y que terminaron el torneo de invierno, volvieron a casa triunfales ya que a pesar de todo, el árbitro si notó que el señor Atsuki había usado su quirk, por lo que terminaron descalificados y se llevaron el trofeo a casa; la familia Bakugo no puede estar más feliz.

Al regresar a casa disfrutaron de una agradable cena con historias de cada uno en el torneo, ya que uno no vive las cosas de la misma manera, contaron entre bromas como miedos por las dificultades de algunos juegos, o del asombro y la agilidad que los niños admiran de Katsuki e Izuku, todo fue muy alegre, pero poco a poco como fue bajo la euforia, llegó el cansancio después de un campal baño, ya con el cuerpo más relajado, la pesadez en sus ojos comenzó a adormilar a los pequeños cachorros que habían quedado rendidos en la sala con sus pijamas puestos, según ellos harían una larga pijamada que durara toda la noche.

Alfa y Omega sonrieron al volver a la sala (tardaron un tanto por acciones poco descendes que hicieron mientras la ducha), y ver a los pequeños dormidos en posiciones muy graciosas. Uno a uno tomaron a un niño y lo llevaron hasta su recamara. Después de organizar juntos un poco la sala volvieron a su habitación, en la de Izuku, ya que el baño y cuarto de Katsuki seguía en reparación.

Katsuki se puso a leer algunos documentos pendientes de su escuela, pero Izuku se lanzó en la cama hasta llegar al regazo del omega, abrazar su cadera y oler su aroma, con este acto el cenizo rió por lo bajo, sabía que es la forma en que el Alfa le pide mimos, así que acarició suavemente su cabeza.

- ¡Oh! Cierto... - recordó el cenizo - ¿a quién quieres invitar para Navidad, Izuku? – preguntó.

- ¿Puedo llevar a alguien? – alzó su mirada asombrado.

- Claro idiota, es para celebrar con nuestros seres queridos nuestra unión, ¿qué no oíste a mis padres? – pellizcó una de sus mejillas.

- Si pero...no pensé que pudiera invitar a alguien – contestó.

- Tonto, ¿qué no piensas invitar a tu madre? – le dio un ligero golpe en la cabeza.

Pero ante aquel comentario el ambiente se oscureció un poco, Katsuki lo olió con la feromona que desprendió el Alfa.

- ¿Izuku? ¿Qué sucede? – le preguntó preocupado haciendo que el pecoso lo mirara directamente.

- Creo que nunca te conté la verdadera razón por la que volví a Japón – comenzó el Alfa peliverde, sentándose mirándose cara a cara – hace 3 años a mi madre le detectaron cáncer de mama... - a Katsuki se le fue el aire - cuando comenzó a presentar síntomas ella ya estaba en etapa tres, dijeron que no pasaría del primer año pero logró estar bien por 3 años fueron difíciles entre las quimios y los cuidados que le di, pero pensé que lograría salvarse – su vista se perdió en algún punto de la habitación no quería mirar a su omega – en las noticias dijeron que vine por un caso, pero la verdad es que ella quería volver a su hogar, hice todo lo posible por tomar una vacaciones y venir, preparé todo, en la mañana del día de nuestro vuelo ella falleció.... – su voz comenzó a temblar – hice un pequeño funeral con mis pocos amigos, la cremé para traer sus cenizas y al menos cumplir la promesa que le hice...Cuando llegué aquí supe que nunca vendió la casa en la que viví de pequeño, así que entendí que ella pensaba volver...así que enterré sus cenizas en el jardín – miró por fin al omega con lágrimas llenando su rostro deformándose con algo de dolor – no pudo volver Kacchan...ella...quería volver a su hogar - rompió en llanto.

Katsuki abrazó a Izuku, acarició su cabello y dio ligeras palmadas en su espalda, no sabía que el pecoso había estado afrontando tantas cosas él sólo, dejó que desahogara todo el dolor, le susurró palabras como "está bien" "estoy aquí" "murió en paz" "fuiste su héroe", con cada palabra el Alfa lloraba más y más pero al mismo tiempo un peso en sus hombros estaba desapareciendo.

Lo acompañó hasta que Deku se tranquilizó y poco después se quedara dormido, Kacchan se quedó mirándolo un rato, acarició una de sus mejillas, junto sus narices, y después tomó la decisión de siempre proteger a Deku, con su enlace ahora ya nada podría separarlos.


AMOR EN EL KINDER (FINALIZADO)Where stories live. Discover now