PRÓLOGO

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Año 835 desde el descubrimiento del chacra

Valle del Fin

Si le hubiesen preguntado a Naruto cómo terminaría un enfrentamiento con Sasuke, ella hubiese dicho que le patearía el trasero enseguida, pero claramente la realidad sería distinta de aquella afirmación. Eso fue lo que supo cuando frente a ella, estaba él, con su mirada furiosa dirigida a su persona. Su apariencia cambió de la de un chico normal, a la de un ser que ni humano se le puede considerar. Esas alas con semejanza con manos detrás de su espalda, piel de un color anormal, y unos ojos de un color tan horroroso que se le fue incapaz no ver; la esclerótica de color negro y sus pupilas con el Sharingan activo.

Ella no estaba mejor, pues la presencia que era completamente visible la rodeaba por completo. El chacra rojo formaba una forma abstracta de un zorro: con las orejas erguidas y una cola detrás de ella; sus pupilas rojas con la iris alargada; y sus colmillos sobresaliendo de su boca.

—¿¡Por qué no mejor te largas Naruto? ¿O acaso prefieres morir por mis manos!? —gritó Sasuke

—¡No lo haré, no hasta que te regrese a la aldea y evite que hagas una estupidez! —contestó Naruto.

—Entonces acabaré contigo —murmuró Sasuke sin que escuchase Naruto.

Su mano izquierda comenzó a brillar en un color negro con destellos violetas. Rayos salían de su palma al tiempo que el brillo aumentaba de tamaño con rapidez.

Naruto tensó la mandíbula cuando reconoció la técnica. Cayó en cuenta de que esto era de vida o muerte, y ya había sido atravesada por ese Jutsu no hace mucho, y a duras penas había podido sobrevivir. No quiso quedarse atrás, por lo que comenzó a reunir chacra en su mano derecha. En esta se formó una esfera completa de chacra color amarillo con algunos destellos rojos.

«Es ahora o nunca», pensó Naruto con la determinación en mente.

La distancia del ancho de la cascada era lo único que los separaba. Cada uno parado sobre las estatuas de los fundadores de Konoha, viéndose fijamente uno al otro. Fue en un segundo cuando ambos se lanzaron con sus técnicas en su mayor punto de poder. Sasuke decidió a asesinar a Naruto para poder irse con Orochimaru, mientras que Naruto solo deseaba hacer entender a Sasuke de que ese no era el camino correcto.

El choque de las dos técnicas iluminó el lugar de una forma increíble. El destello blanco fue capaz de dejar ciego a quien fuera ajeno a la pelea, y gracias al caos no hubo nadie más que estuviese en ese lugar y momento justo. Los dos depositaron toda su fuerza, aunque Naruto al final decidió que no podía continuar, sino mataría a Sasuke, y eso era lo que quería evitar por completo. Pero eso, solo fue lo que la llevó a otro nuevo gran problema.

Sintió que todo su cuerpo ardía cuando la luz centelló. Su mente no podía procesar mucho, solo que la estaban jalando hacia atrás pero no era de forma física, era como si sacaran su conciencia de su cuerpo. Sus ojos apenas podían percibir el espacio que la rodeaba, aunque mientras pasaba cada segundo, todo parecía ir mucho más lento. El bosque había desaparecido, solo dejándola en un sitio oscuro, con las estrellas de la noche tintineando fugazmente. Mientras más pasaba, todo se difuminaba, toda la materia se alargaba, mientras ella veía que se hacía más pequeña, o eso ella creía.

Su respiración se atascó en su garganta. Todo se quedó en completa calma, puesto nada se movía, ni siquiera ella misma. Estaba en el límite de la velocidad posible para un cuerpo con masa. Pronto sintió que todo su cuerpo se comprimía en si mismo. No pudo gritar, nada podía hacer, tan solo veía y sentía la presión de miles de atmosferas sobre ella. Sus pulmones parecían que habían sacado todo el aire que podían almacenar. Intentó cerrar sus ojos, pero fue inútil. De pronto, volvió a sentir que avanzaba, pero en un segundo, todo se volvió en la absoluta nada. La luz no llegaba a rebotar a sus ojos, y no sabía el por qué de esa situación.

«Las grietas... son el nuevo... lugar favorito», escuchó a lo lejos en un eco. Fue testigo de un evento aterrador y tétrico. Pilares se alzaron frente a ella con miles de rostros humanos. Parecían que todos estaban atrapados en una espesa masa de color negro. Los ojos y boca de cada persona chorreaban de ese extraño líquido. Por lo que pudo distinguir, entre todas las caras, había niños en su mayoría. En ese instante reaccionó y se dio cuenta de que ya no sentía el extraño dolor de antes. Ahora podía moverse libremente, pero del horror que veía, se quedó paralizada en su lugar.

«¿Qué es esto? ¿Dónde estoy?», pensó mientras en sus oídos retumbaba su ritmo cardiaco. Los pilares se deshicieron y en grandes charcos, fueron acercándose a ella. Sintió que se desmayaría cuando la cosa negra tocó su pie, y cómo esta fue extendiéndose sobre su cuerpo.

«Vuelve... vuelve de nuevo al ayer», nuevamente la voz retumbó en el espacio. Solo su rostro estaba libre de la masa negra, y pudo sentir que los rostros de aquellas personas la veían con desesperación.

La masa negra que la tenía adherida comenzó a brillar en un intenso color blanco. Un gran pentagrama de al menos, cincuenta metros de punta a punta se extendió con ella en el centro. Los miles de rostros comenzaron a gritar con desesperación. Se escuchaba como si cada uno fuera mutilado en vida. Naruto juró que se quedó sorda después de escucharlos. De pronto, sintió que caía en un gran abismo haciendo que su cuerpo empezara a sentirse mucho más ligero.

Nuevamente la luz apareció por un leve lapso, aunque todo avanzaba tan rápido que su cerebro no podía procesar nada. Parecía que todo iba en retroceso, lo que la confundió aún más. Parpadeó y nuevamente estaba en la cascada con Sasuke. Parpadeó otra vez, estaba con todo su equipo en su primera misión fuera de Konoha. Otro parpadeo, estaba con un gran pergamino en el bosque mientras veía a Iruka protegiéndola. Otro parpadeo, estaba en la academia molestando a sus compañeros. Otro parpadeo, estaba con Hiruzen comiendo ramen. Otro parpadeo, estaba en el orfanato jugando con los demás niños. Otro parpadeo, estaba acostada en una habitación blanca. Otro parpadeo, era de noche y sintió que un líquido estaba sobre su piel. Otro parpadeo, ya no vio nada.

Cayó al suelo de una forma horrible. Sus pulmones dejaron escapar el aire que creyó, ya no tenía. Su garganta se sentía con un tremendo ardor que nunca había sentido. No podía mover sus piernas debido al gran dolor que recibía de solo intentarlo. Pudo sentir el sabor metálico de su sangre en su boca. El liquido salía de su boca, y pudo jurar que también de sus ojos. No quiso hacer nada más que morir en ese instante, por lo que solo se limitó a cerrar sus ojos esperando ese cruel destino. 

Despertando en el ayer | Naruto Fem x KakashiWhere stories live. Discover now