CAPÍTULO 10

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Año 822 desde el descubrimiento del chacra

Konohagakure

Entre el bullicio de la gente, Naruto y Kakashi caminaban tranquilamente en las calles del mercado de Konoha. Ese era un nombre vago para aquella zona. Eran varias calles llenas de puestos y locales dedicados a la venta de suministros básicos. Eran cinco calles por 8 cuadras llenas de puestos. Cada día siempre había bastante gente, desde comerciantes hasta transeúntes que merodeaban por allí.

Naruto realmente no le sorprendió tanto la gente, sino que la posición del mercado era completamente diferente a la que recordaba.

«Otra cosa que cambió por el ataque», pensó con un aire de tristeza.

Siguieron caminando al mismo tiempo que observaban con detalle los productos de varios locales. Kakashi era el más atento en esa tarea. Naruto por el otro lado estaba más fascinada por cosas triviales, como artesanías y dulces.

—Ven, Naruto —llamó Kakashi—. Aquí encontraremos cosas de aseo personal.

—Está bien —respondió Naruto.

Entraron a un local pequeño. Estaba repleto de objetos para el cuidado personal. Olía a jabones aromatizados. Naruto arrugó la nariz ante ello. Era algo involuntario, pues siempre había tenido el olfato sensible, no tanto como un Inozuka, pero si mejor que el promedio. Los olores fuertes siempre la molestaban —a excepción del ramen—. Vieron entre los estantes varios productos. Naruto escogió los que creyó eran buenos y baratos. Kakashi detrás de ella tomaba nota de ello y asentía si él mismo estaba de acuerdo con ella. Eso Naruto lo vio, pero decidió no darle la suficiente importancia.

Después de tomar todo lo que Naruto creyó necesario, fueron a pagar. Antes había pasado al banco para retirar lo del cheque. Ahora todo lo guardaba en el pergamino en el que Minato le había traído sus cosas. Llegaron a la caja en donde una señora de al menos treinta años los atendió. Fue amable y les sonrió a ambos. Naruto fue lo única en devolverle la sonrisa. Kakashi solo se mostró con su misma expresión de neutralidad que tanto lo caracterizaba.

Salieron del local y nuevamente se enfrascaron en conseguir todo lo restante para volver a las calles.

—Bien, ahora deberemos conseguir algo de alimentos. ¿Sabes cocinar? —preguntó Kakashi.

—Este... Solo ramen instantáneo y algunas cosas muy sencillas —respondió Naruto en un tono algo tímido.

—Bueno, creo que primero deberemos buscar un libro para aprender a cocinar —suspiró Kakashi—. Vamos a los locales donde venden periódico, seguramente allí encontraremos alguno.

—Ash, esta bien. Aunque sobreviviré con solo ramen instantáneo —resopló Naruto.

—Solo comer eso te hará daño. Tal vez te quedes así de pequeña por no comer tus nutrientes —le respondió Kakashi.

Naruto le frunció el entrecejo. Le había atacado en donde más le dolía, su estatura. Siempre le habían llamado enana. Y lo que más le molestaba era que no podía insultarlo. De por sí, Kakashi a la edad de catorce años ya era lo bastante alto, y en el futuro como lo recordaba Naruto, era un poste de luz.

Siguieron caminando hasta que encontraron un puesto de libros. El señor que atendía el puesto fumaba tranquilamente. Estaba en la esquina de su puesto, pues sabía que fumar con muchos papeles cerca era peligroso. Cuando vio acercarse a Naruto y Kakashi, apagó el cigarro contra una pared. Suspiró y fue a ver a ambos chicos.

Despertando en el ayer | Naruto Fem x KakashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora