CAPÍTULO 24

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Año 835 desde el descubrimiento del chacra

Konohagakure

Sakura estaba sentada en las bancas del parque más cercano al hospital. Se miró las manos, las cuales estaban apretando levemente sus piernas. Estaba nerviosa y sentía que la culpa la carcomía con cada segundo que pasaba. Había pasado un poco más de una semana desde que Sasuke había huido y de que se había enviado un equipo para traerlo de regreso. Pero como se enteró después, la misión falló y todos los integrantes del equipo terminaron heridos. Algunos más que otros. Estuvo en el hospital esa vez; cuando sus amigos y compañeros llegaron a la aldea con heridas. Desde que vio eso, supo que la misión había fracasado. En su interior se sintió decepcionada, pero después esa emoción se borró cuando vio la profundidad de las heridas de sus compañeros. No eran rasguños, o pequeños cortes superficiales. La mayoría regresó inconsciente, otros con heridas que les dejarían cicatrices horrorosas. Esperó ansiosa a que todos llegaran, pero había una persona que quería que llegara lo antes posible y sin heridas. Y así estuvo por horas. Al final, la persona llegó, pero ella no tuvo la oportunidad de verla. Su maestro había llegado corriendo con alguien en brazos. Cuando lo vio, intentó seguirle el paso. Pero no pudo, su maestro había ido tan rápido entre los pasillos que lo perdió de vista. Después de algunas horas, lo volvió a encontrar, pero este parecía estar en su propio mundo. Había intentado hablarle, pero este no le hizo caso hasta después de cinco minutos. Lo vio manchado de sangre, lo que le hizo temer lo peor. Su maestro solo le dijo que fuera a casa, que después platicarían lo ocurrido.

Por eso estaba allí. Kakashi no la había ido a ver hasta la noche anterior. Solo le dijo que mañana se vieran en ese parque cerca del hospital. Estaba nerviosa. Sabía que todo había salido mal y que muy probablemente Naruto estuviera herida. Ya habían pasado días, pero aún sentía que solo habían pasado horas desde que el equipo de rescate había salido de la aldea. Solo quería que Kakashi le dijera si Naruto estaba bien. La culpa no la había dejado dormir por todos esos días. Ella le había pedido a Naruto que trajera de regreso a Sasuke, y por ello Naruto pudo haber salido herida de esa misión.

Suspiró varias veces mientras notaba a la lejanía a varios niños que corrían alegremente. Luego notó que algunos adultos susurraban el nombre de Sasuke Uchiha como un mal recuerdo. Fue obvio para Sakura saber el por qué mencionaban ese nombre. Después de que el equipo de rescate regresara, Tsunade se había encargado de poner el nombre de Sasuke como un ninja renegado. Todos los Shinobis tenían la orden de capturarlo si lo tuvieran a la vista. No importaba si era vivo o muerto. Eso había desconcertado a los civiles, quienes pensaban que era un poco arriesgado perder al último Uchiha que había sobrevivido a la masacre, cinco años atrás. A los civiles solo les importaba que hubiera un clan poderoso que pudiera protegerlos, y el Uchiha había sido uno de ellos por varios años.

—Hola, Sakura —escuchó. Se giró para ver a Kakashi, quien caminaba perezosamente hacia ella. A pesar de que a la lejanía parecía seguir siendo el mismo perezoso, Sakura notó el rostro preocupado y cansado de su maestro—. Llegaste a tiempo.

«Usted también llegó a la hora», pensó.

—Acompáñame —dijo Kakashi mientras comenzaba a caminar. Sakura no tardó en seguirle el paso.

—¿Cómo están todos? —preguntó mientras veía el perfil de su maestro.

Hubo algunos segundos de completo silencio. Eso provocó que Sakura se pusiera más ansiosa.

—Shikamaru y Lee están por regresar a las misiones —dijo Kakashi finalmente—. Chouji fue dado de alta hace dos días, aunque sus padres están al pendiente de todo con respecto a su salud. Neji será dado de alta hoy o mañana junto con Kiba.

—¿Y Naruto? —preguntó unos cuantos segundos después.

Kakashi se tensó cuando la escuchó, y eso lo notó Sakura. Sintió un vacío en el estómago mientras notaba que su maestro vacilaba en decirle algo.

—Vamos a ir a verla justo en este momento, Sakura —respondió Kakashi, con un tono más serio que de costumbre—. Te diré que ella está muy herida. Y que... también está en cama y no sabemos cuando pueda despertar.

Sakura sintió un nudo en la garganta. Los dos cruzaron el parque hasta llegar al hospital. Vio las puertas del hospital. Se mordió el labio inferior al entrar. Siguió a Kakashi por los pasillos mientras intentaba memorizar todo lo que veía para poder venir después sin la necesidad de su maestro. Nadie les dijo nada. Las enfermeras solo veían a Kakashi y se giraban rápido, como si estuvieran asustadas de él. Algo extraño para Sakura, pues bien recordaba que, en muchas ocasiones, esas mismas enfermeras soltaban suspiros cuando lo veían.

Después de girar en varias direcciones, por fin Kakashi se detuvo frente a una puerta.

—Aquí está Naruto por el momento —murmuró Kakashi. Abrió la puerta con cuidado y lentitud—. Las enfermeras no te dirán nada si vienes aquí.

La puerta por fin se abrió y le llegó un olor a antiséptico.

Sakura sintió que sus piernas comenzaban a temblar. Incluso sintió que se caía de bruces contra el suelo. Frente a ella estaba Naruto. Estaba dormida en la cama con vendas sobre todo su cuerpo. Había un suero conectado de forma intravenosa en el brazo derecho. El monitor marcaba un ritmo cardiaco normal. Sakura se acercó a Naruto con paso vacilante. Su visión se tornó algo borrosa debido a las lágrimas acumuladas en sus ojos. A pesar de ello, llegó hasta estar al lado de la cama de Naruto. Se hincó e intentó tomar la mano de Naruto, pero se detuvo cuando sus dedos rosaron con la piel. No quería ocasionar otro desastre. Solo se quedó allí, y de vez en cuando pronunciaba un lastimero: Lo siento. Lo siento. Y así la pasó por varios minutos. Incluso se olvidó que allí estaba Kakashi. 

Despertando en el ayer | Naruto Fem x KakashiWhere stories live. Discover now