CAPÍTULO 28

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Año 826 desde el descubrimiento del chacra

Konohagakure

Naruto miró por su ventana cómo el sol salía por el horizonte. Estaba hambrienta, por lo que se levantó de inmediato y fue a la cocina por algo para desayunar. Tomó una manzana y la mordió. Fue a sentarse en la mesa de la sala de estar, y allí vio una libreta: en ella estaba dibujado una persona. No tenía rostro, iba de negro con un sombrero de copa baja. Este estaba parado en el medio. Y alrededor había varias caras que parecían gritar. Era un dibujo que ella había hecho para recordar al hombre. Eso era todo lo que Inoichi y Kakashi habían descrito del hombre. Era su objetivo, pero no había un rastro que seguir. Estaba desesperada por conocer algo que la llevara al hombre. Iban cuatro años desde que lo buscaba y solo encontraba indicios días después. Ocho indicios de que el hombre estaba allí, en ese mundo y en esa línea temporal, pero nada más que eso. Si Naruto fuera un poco más suspicaz, diría que ese sujeto solo estaba jugando con ella.

Dejó de mirar la libreta y se concentró en su manzana. Luego se dio cuenta de algo, la manzana no tenía ningún sabor. Parecía que solo estaba masticando una masa de arena.

—¿Me buscas? —escuchó detrás de ella. Se dio la vuelta para ver quién era, pero no había nadie allí. cuando giró de nuevo su cabeza al frente, ya no estaba en su departamento—. ¿Quieres respuestas? No, es obvio que las anhelas. Necesitas saber el por qué estás aquí. Hay algún motivo, o solo fue un error. Fuera como fuese, no sabes nada.

—¡Muéstrate! —ordenó Naruto. Sus hombros estaban tensos mientras intentaba escudriñar el lugar.

El departamento ya había desaparecido por completo, ahora solo había un lugar oscuro. El mismo en el que estuvo antes de llegar allí. luego aparecieron los cientos de rostros, aunque esta vez no gritaban o mostraban expresiones de sufrimiento. Estaban calmados, y unos pocos tenían sonrisas burlonas.

—Aquí estoy. —Se giró para ver que uno de los rostros había hablado.

—No, aquí. —dijo otro.

—No es cierto, soy el de aquí.

—No le hagas caso a ese imbécil, yo soy a quién buscas.

Todas las caras comenzaron a hablar. Solo pudo taparse los oídos, pero aun así el ruido de las cientos de voces seguía molestándola. Miró a todos, pero repentinamente todos se callaron. Luego algo comenzó a formarse frente a ella. Era la silueta de un hombre. Se formaba de los rostros y comenzó a avanzar hacia ella. Daba pasos largos, y a pesar de que estaba a una gran distancia, Naruto podía decir que era un gigante. Parecía un demonio que cada que daba un paso, caía una parte de su cuerpo al suelo. Luego escuchó una voz más seca, como si no hubiese bebido agua en días, y dijo:

—Acércate, no te haré daño —murmuró. Naruto dio varios pasos atrás—. No soy peligroso. Yo soy ese sujeto. Soy el pájaro.

—¿¡Qué quieres!? —gritó Naruto—. ¿¡Qué eres!?

—No soy nadie. Soy un fantasma. Una sombra. Un error. Algo que no tiene sentido, ni para ti o para los humanos. Vivo y muero con cualquier cosa. Lo soy todo, y a la vez soy nada.

Naruto no entendió ni una palabra que dijo el sujeto. El hombre pájaro la veía, o eso ella creía. No podía ver si ese tipo tenía ojos en realidad, no es como si importase, su miedo la hacía sudar frío y dar varios pasos atrás, aunque El hombre pájaro seguía avanzando a ella. Ya estaba a unos metros de ella. Podía ver que estaba hecho de una cosa viscosa, la misma que mantenía a los rostros pegados unos a otros. Gotas gruesas caían al suelo mientras el sujeto avanzaba a ella.

Despertando en el ayer | Naruto Fem x KakashiWhere stories live. Discover now