EPÍLOGO

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Sintió que estaba recostada sobre una cama algo dura. Lentamente comenzó a abrir los ojos. Apenas los abrió, los volvió a cerrar debido a la intensidad de la luz que entraba por la ventana de la habitación. Después de unos segundos los volvió a abrir, esta vez acostumbrándose a la luz. En ese momento soltó un leve suspiro. Después soltó un gemido cuando sintió que todo su cuerpo le dolía. Ni siquiera podía respirar sin que su pecho doliese.

«¿Dónde estoy?», se preguntó mentalmente Naruto. Intentó girar su cuello, pero eso solo ocasionó que le doliera más esa zona. Soltó un suspiro y se quedó viendo el techo de la habitación. Estaba confundida, recordaba algo, pero parecía más como un sueño. De reojo miró que alguien estaba a su lado. Su visión no le permitió ver detalladamente de quién se trataba, pero hubo un rasgo distintivo que le dio una idea de quien se trataba.

—¿Sensei? —murmuró. Su tono fue ronco y seco, como si su garganta no hubiese sido utilizada por varios días. Tenía sed en ese momento. Él no la escuchó, parecía completamente dormido—. Sensei —repitió, pero obtuvo el mismo resultado. En esta ocasión su mente pareció recordar algo. Estaba tomada de la mano con alguien, podía ver a un chico enmascarado. Ese recuerdo se fue tan rápido como apareció. Soltó un gruñido cuando comenzó a punzarle la cabeza. Eso pareció despertar a la persona a su lado.

Nuevamente de reojo observó a la otra persona. No tardó en reconocer la vestimenta Jounin y el cabello blanco revuelto. Los ojos de Kakashi se abrieron como platos cuando la observó, aunque Naruto solo observó el izquierdo debido a que el otro estaba tapado por su protector de Konohagakure hecho de acero. Lentamente se levantó de su silla sin despegar su mirada de ella. Él estaba completamente sorprendido de verla. Naruto se sintió algo extraña por eso. Intentó preguntar el por qué actuaba de forma tan extraña, pero Kakashi se movió más rápido.

—Estás despierta —murmuró, más para sí mismo que para ella en sí. Sus ojos fueron al monitor en donde checó su ritmo cardiaco.

Naruto se quedó callada. Con mucho esfuerzo giró su cuello a la izquierda, viendo que estaba por anochecer. Su mente le trajo un recuerdo vago de estar en esa misma habitación, despertando y notando a dos personas raras. Le dolió la cabeza aún más mientras intentaba recordar como lucían esas personas con detalle. Eso alertó a Kakashi, por lo que se acercó a ella.

—Naruto, no te sobre esfuerzos en este momento. Aún estás muy delicada, así que es mejor que vuelvas a recostarte —comentó Kakashi, con un tono preocupado—. Yo... en un momento le avisaré a Tsunade para que venga a revisarte.

Vio como se acercaba a su lado, cerca de donde estaba su mano derecha, y tomó un pequeño aparato con un botón en el centro color azul. Lo presionó solo una vez. Naruto, entre todo su aturdimiento, se preguntó qué estaba sucediendo allí.

No pasó mucho para que la puerta se abriera de golpe. Kakashi giró su cabeza tan rápido que Naruto pensó que, si ella lo hiciera, se rompería el cuello. También miró a la puerta de la habitación para ver quién la había abierto. Fue Tsunade. El rostro de ella era igual que el de Kakashi cuando la vio por primera vez. Sintió un atisbo de alegría cuando vio a la mujer. Tsunade dio una sonrisa temblorosa mientras la lágrimas comenzaba a bajar por sus mejillas. Ella se acercó lentamente, sus piernas parecían temblar por ello.

—Estás... despierta —balbuceó Tsunade. Se acercó y la tomó de la mano. Sintió su pulso en su muñeca solo para confirmar que solo veía alucinaciones.

—Abuela... yo —susurró Naruto mientras sentía que también comenzaba a llorar, aunque ni sabía bien el por qué. Solo ver a Tsunade frente a ella le hizo sentir que necesitaba dejar salir la presión de su interior.

Despertando en el ayer | Naruto Fem x KakashiWhere stories live. Discover now