Si ellas quisieran

8. Un mafioso se me declaró

Primero que nada, feliz fin de semana lésbico.

Segundo, espero estén bien de amores (no como yo jaja) porque este es capitulo tiernito.

Tercero, miren esta imagen.

Esa era mi primera cita.

Tuve una novia antes. Akami, la hija de una de las sirvientas y nos llevamos muy bien pero solo pasó de gustarnos a tener una relación por mi estilo de vida, así que no tenía idea de qué hacer.

Al menos no era la más nerviosa, Milen casi choca con un árbol al llegar en su coche viejo, pequeño, algo sucio por la tierra roja del campo. Pasamos en medio del establo de vacas y corderos para llegar al estacionamiento del personal de la academia, fue difícil ya que tuvimos que ir a oscuras, si alguien se enteraba que salía con nosotras lo echaban.

En especial conmigo, August le dijo prometer a Shered inventar una excusa si no me encontraban por el resto de la noche.

—Qué lindo auto. —Ame como siempre, intentó ser amable apenas nos abrió las puertas.

Me reí. El auto era idéntico al de una película animada de coches rojos, parecía al borde de la muerte de sus años útiles.

Todos me juzgaron con la mirada.

—Perdón.

—Lo compró porque es igual al de su película animada de autos favorita, no te preocupes —calmó August—. el único problema es que con suerte cabemos cuatro debido a su equipaje y los niños vienen también.

—Te puedes sentar en mi regazo, August. —ofreció Milen, en tono burlón.

—Elles el chofer, pello imbécil. —no supe cuando llegó Acker, pero llegó y se hizo sentir.

—August, upa —exigió Genna, la rubia tuvo que cargarla—. vámonos.

—¿Por qué van los niños? —me atreví a preguntar incluso si sonara a malas.

—No me gusta que se queden tanto en la guardería, siento que así van a ser más sociables y crecerán sanos —explicó August—, soy buena criando niños, ya verán como salen puras personas de bien.

¿Niños que tienen relaciones poliamorosas y salen en la noche a citas? Pff, qué podría salir mal.

August hablaba como si ella fuera mayor, pero tenía nuestra misma edad aun siendo una adolescente. Más tarde entendí que era una característica familiar.

—Si no hay espacio podemos compartir asiento —ofreció Ame, iba a sonreírle pero paralizó hasta mis labios cuando tomó mi mano—. puedo ir encima, hace frío fuera, ya mejor entremos.

—Es que se acercan las épocas de nevada —informó Milen—. suban, hay que llegar antes de que los restaurantes alrededor de la torre Eilish.

—Qué poco glamour ir con el uniforme —dijo Ame al meterse al carro después de mí, dejé de respirar cuando se sentó en mis piernas—. ¿Y si paramos en una Boutique a comprar vestidos?