14. La celestina

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Primero que nada, feliz viernes lésbico.

Segundo, si extrañan los viernes homosexuales, pronto tendremos más cosas bonitas que leer los viernes.

Tercero, gracias por su apoyo, sus comentarios y fanarts, los veo todos siempre 🥺💖

☘️

Los gritos eran de un sitio en específico del jardín, Milen estaba tirado en el suelo así que apresurada busqué con la mirada a August para comprobar una catástrofe sin embargo, no la encontré a la defensiva. La encontré parada detrás de Amelié quien parecía haber cometido un crimen de odio con la bola de estambre que tiene en la mano.

—¿Qué ocurre? —indagó la reina, las decenas de señoras presentes cambiaron su expresión, como si hubiera ocurrido una catástrofe—. Ay, ¡Un duende!

Quedé helada, Milen se levantó pero Amelié le saltó encima. Vi mi vida pasar frente a mis ojos porque en cualquier otra circunstancia eso sería suficiente para que llamen a los guardias.

—¡Eres un pesado de mierda! —le gritó Ame—, ve a contarle tu cuento que bueno barato a otra persona.

—¿Estás loca? —él se enfadó con August, aunque ella estuviera a varios metros—. quién es esta rarita que te sigue, por dios.

—Alejate de ella —Ame volvió a ir a por él, una maestra se metió en medio.

Mi madre jadeó asombrada, puso una mano sobre su pecho y otra en el hombro de Nerea, quién pálida se negaba a abrir la boca.

—¿Estudian aquí? —murmuró la reina.

—Es una obra de teatro —exclamó Nerea—. ¿Recuerda cuando los fundadores descubrieron las tierras y el segundo mosquetero defendió a la princesa?

Lo dijo tan rápido, con tanta convicción y seguridad que hasta me tragué mis ganas de reírme. Convencida de que es real.

Mi madre entre sus muchas virtudes, tiene la de no saber admitir que no conoce de un tema. En especial si es de historia, no iba a cuestionarlo frente a tantas personas.

—¿Ah, sí? —se giró hacia mí—, Zephir por qué tú no participas en estas cosas.

—Lo hago —carraspeé—, entré al club de teatro.

Ladeé la cabeza, ya limpiaron la escena anterior. Nadie en el patio vacío. Respiré con dificultad.

—¿Con tus compañeras? —mi madre frunció el ceño.

—Somos una academia femenina —explicó con serenidad Nerea—, por supuesto que sí. ¿Tiene algún inconveniente con eso?

—Solo quería saber con quién está pasando su tiempo libre, es importante para mí que utilice esta experiencia. —su respuesta sonó sincera.

Me forcé a mantenerme en mi sitio así como mi compostura al ver a Douglas cruzar la esquina así dirigirse a la cafetería. Nuestras miradas se sostuvieron por unos segundos, no se la quité, ella misma viajó a mi derecha donde estaba la reina. Es algo difícil de ignorar, casi asentí como si nos estuviéramos comunicando.

Volvió a mí, bajó sus párpados. Su mirada clara y fría me cuestiona, recordé su mensaje.

No imaginé que ellas fueran tan cercanas para que se lo contara, aunque pasó muy rápido como para que pudiera. Ella tiene clases hasta tarde.

Si ellas quisieranWhere stories live. Discover now