17. ¿Se besaron?

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—¿Amelié y yo…? —alargué la pregunta, perdí la mitad del aire que me quedaba—. ¿A qué te refieres?

—No lo sé, por eso te estoy preguntando.

—Depende de a qué te refieras —desvié la mirada—. la música terminó, tenemos que salir de la pista de baile.

—Oí a Shered soltar uno de sus comentarios incómodos en la obra —dijo en voz baja, mientras su mano me llevó a la salida de ese salón—. amenacé con callarla de un puñetazo, pero llegué a oír algo sobre Amelié y tú ¿Sabes por qué es?

Por encima del hombro, busqué la mirada de desaprobación de mi madre sin embargo me encontré con una aprobatoria que pasó de August a mí.

Me sorprendió, pero no dije ni actué distinto, solo me limité a salir apresurada de allí puesto que ya no me necesitaban para el show.

Sherman nos siguió unos pasos atrás, aunque no de forma molesta. Es decir, él es molesto pero siempre aprecié que fuera mi amigo, incluso en ese momento, soy fácil de manipular.

—¡Chicas, me están persiguiendo dos delincuentes! —pidió ayuda en medio del pasillo.

—Oh, vino tu hermanita. —aseguré a August, sin ver detrás nuestro.

—La reina invitó a mi familia entera —explicó serena—. y Gennita no va a ningún lado sin su mejor amiguito.

Mellor amigo y pareja. —aclaró Acker.

A ratos olvidaba hacer el esfuerzo de pronunciar lento las palabras para que pudiera decir la “R” sin embargo, había hecho un gran progreso desde que lo conocimos.

—Este me cae bien —Sherman despeinó al pequeño de ojos azules—. ¿A cuanto se venden? —bromeó.

Fue horrible, pero me reí. Ese humor tonto de niños ricos me sigue haciendo risa, él tambien ahora que tengo un poco de esperanza de que no sea el villano en mi cuento de hadas.

—Saquen al marihuano. —espetó Genna con su voz dulce y chillona.

—¡Genna! —le reclamó August—. no digas verdades de la gente en sus caras. No lo podemos echar, se coló como nosotras.

Volví a reír, ahora más fuerte. Me tapé la boca con la mano.

—¿Por qué te callas? —insistió August—. tu risa suena genial.

—No confirmo, parece una cabra.

Le hubiera puesto mala cara a Sherman si no tuviera razón.

—¿Soy una cabra bonita?

—La mejor —asintió—. es más, si yo estuviera en el siglo 19 vendiendo a mi hija por cabras, la daría solo por ti.

—Pfff, ¿A donde con esa labia Romeo? —exclamó August—. ustedes son extraños.

—Nerea dijo que no discutamos con las personas que tienen dinero —Genna expuso a su hermana—, son peculiares. —la corrigió.

Quedé boquiabierta, sorprendida y por primera vez, vi a August sonrojarse de manera intensa. Esa niña iba a ser el diablo en un futuro, me encantaba su actitud y descaro.

—Shhs, es que está cansada —el niño la tomó en brazos—. va a dormir. Me adelanto.

Nos pasó por enfrente, todos fuimos al cuarto de huéspedes. Hablamos con energía, ganas, sin vergüenza y muy bajo para no llamar la atención ni despertar a la niñita durmiendo en la cama, pero esa vibra bonita colgaba de un hilo.

Como era inevitable, se rompió.

—No terminaste de contarme qué pasó con ustedes —recordó August—, será mejor que me digas. Nadie se mete con mis chicas.

Si ellas quisieranWhere stories live. Discover now