18. Emily Dickinson

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Primero que nada, feliz viernes, más lésbico que nunca.

Segundo, lean bien este capítulo ;) Porque este cap es un antes y después en SEQ

"Un poco de locura en la primavera es saludable incluso para el rey".

-Emily Dickinson.

*👑*

Mamá siempre dijo que la poesía era el desahogo del alma.

A ella le gusta, tiene un cajón lleno de ellas. Quiso enseñarme cuando era niña, pero soy muy tonta para aprender a la rapidez de su mundo real donde solo puede ser mi madre veinte minutos del día.

—Anota las fechas, muerte, nacimiento, cumpleaños, lo que sea. A esta profesora le encanta ese tipo de preguntas.

Era una poeta muy reconocida al parecer, ya que la nombran junto a los grandes hombres escritores de la época, difícil de lograr en esos tiempos. Como todas las personas de los antiguos tiempos, no tuvo el reconocimiento que merece hasta su muerte, era de buena familia, dicen que tenía un amorío oculto con una de amigas. Me genera paz lo interesante que hacen ver la historia en esta academia. 

Me gusta esta chica, su vida es interesante. Aunque no sé si me crea todo lo que los historiadores dicen.

Es decir, mi madre también le hizo cartas apasionadas a su mejor amiga sobre cuánto la quería y cómo cambió su vida. Eso hacen las amistades. 

Rosmari, la conozco como a una tía, siguen viéndose todas las semanas porque son muy unidas. La tía Rosmari nunca se casó solo para ayudar a mi madre en su labor real, a cambio la reina la mantiene, es un trato justo.

—Perdón. —susurró Douglas en medio de la sesión de estudio.

—¿Por qué?

—Genuinamente yo no quería hacer esto, no quería tratarte tan mal —bajé el libro lento, incrédula—. hubo factores externos más allá de ti que no me hicieron pensar, olvidé que podría afectarte cómo cualquier persona. Y claro, que tu vida como princesa debe tener problemas aún mayores que equiparen el balance.

—Bien por ti.

—En serio lo siento, ¿Hay algo que pueda hacer para que tu estadía aquí no sea tan mala?

—No te preocupes Douglas, con que no me odies está perfecto.

Ella tragó grueso, la preocupación y culpa de su mirada era igual a si hubiera cometido un error imperdonable. Comprendí que nunca había visto más allá de la imagen de la princesa rebelde caprichosa, o más bien, pensó que me daba igual.

Es horrible que tenga que pasar todo un proceso para que la gente llegue a simplemente humanizarme, a pensar que soy una adolescente como ellas que siente, que la caga. Douglas cayó en cuenta que no era la enemiga que pensó al principio, al contrario, estuvo juzgando de más a una potencial amiga.

Soy una amiga de mierda, claro. Pero una amiga a fin de cuentas.

No la culpé, nunca. Yo también juzgué a cada una de ellas, es algo natural en lo que entiendo, a veces las primeras impresiones nos cuelgan.

—Dime que me perdonas. —pidió en voz baja.

—¿Qué?

—Quiero oírte decirlo. —aclaró alzando la voz.

—Sé que esto puede ser algo grande para ti, pero a veces la gente me odia por ser yo, no lo tomo a pecho —suspiro incómoda—. es como cuando nos pasa por ser lesbianas, sé que no es personal, esa gente nos odia a todas en general.

Si ellas quisieranWhere stories live. Discover now