4. |Se acabó|

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Capítulo 4

Se acabó

25 de Marzo

Waking up beside you /I'm a loaded gun /I can't contain this anymore /I'm all yours, I've got no control/ No control

Powerless, and I don't care, it's obvious /i just can't get enough of you /The pedal's down, my eyes are closed/ No control ...

Tarareo la pegajosa canción mientras limpio mi apartamento. Hace alrededor de quince minutos que Liam abandonó la casa sin siquiera saludarme o despedirse, él solo se levantó de la cama, se alistó y arrancó por ahí. En definitiva, estamos peleados. Me molesta en gran manera que haya llegado tarde y con su carita de yo no fui. Sé que no es por su trabajo, si fuera eso, lo comprendería. Él es quien debe cerrar, estoy consciente, pero lo máximo que el restaurante permanece abierto es hasta la medianoche; ahora, las horas que restan, ¿dónde diablos estuvo él? No lo sé.

Termino de barrer la casa sin detenerme a pensar qué hacía Fuller, y voy al cuarto. Me cambio de ropa y opto por algo más cómodo, quiero ir a ejercitarme. Al final, me decido por unos pantalones de goma y una camiseta de tirantes, juntos a mis infaltables tenis. Envuelvo mi pelo en un moño desordenado y tomo las llaves del apartamento.

****

Llego al gimnasio en unos pocos minutos, y de inmediato me dirijo al área de aeróbicos; necesito calentar. Cuando termino, más cansada que un atleta en plena carrera, Camino hacia las otras máquinas y comienzo a ejercitar las áreas de mi cuerpo a las que más les hace falta. El entrenador que tengo, el cual es un viejo amigo de infancia que por casualidad de la vida me lo encontré por aquí, me ha dicho que debo trabajar un poco más las piernas, ya que como tenía tanto tiempo sin venir, me estaba afectando.

Después de tres horas agotadoras, vuelvo a mi apartamento con la lengua afuera y con el cansancio martilleando en cada paso que doy. Abro la puerta, y no estoy entrando bien, cuando ya me estoy sacando toda la ropa y metiéndome dentro del baño. El calor es sofocante y lo único que se me ocurre para combatirlo, es una buena y refrescante ducha.

Media hora más tarde, mi estómago ruge, así que no demoro en escoger qué ponerme y salir a McDonald. Debería comer saludable, pero me gustan demasiado las papas fritas y las hamburguesas, como para cambiarlas por brócoli y coliflor. Aunque, admito que la mayoría de las veces debo hacer la excepción y controlarme. Tampoco es como si me encantara estar metida en ese calvario todo el tiempo, mejor cuido lo que ingiero.

Tomo el dinero que Liam me dejó y voy caminando por toda la acera de mi apartamento. Odio tener que depender de él hasta para lo mínimo de mi consumo; que si como, que si compro, que si los utensilios de la casa... Es estresante no tener tu propio dinero. Mi mamá siempre me educó para valerme por mí misma y se lo agradezco. Me enseñó a luchar para conseguir lo que quería y no rendirme, y eso es justamente lo que hago con respecto a lo que tanto amo.

El baile.

Ellos no están de acuerdo, para nada. En sus planes no estaba tener una hija que disfrutara tanto menear es esqueleto..., sin embargo, a pesar de eso, Kilian e Isabella Dupont me han apoyado en este sueño que a muchos les pareció absurdo. Fueron quienes me pagaron el vuelo hace dos años y los que me mantuvieron hasta que encontré trabajo. Fue un proceso largo, mi abuela enfermó cuando yo me mudé, y por esa razón me quedé dos meses atendiéndola. Cuando mejoró, inicié mi búsqueda.

Encontré el empleo en Starlight, un bar muy reconocido por la zona central de la ciudad. Lamentablemente solo duré un año, ya que por cuestiones personales, el dueño lo cerró y por lo tanto, nos despidieron a todos. No puedo decir que la estadía fue mala, gracias a ella pude conocer a Liam, mi actual novio, pero como sabemos, nada es perfecto.

Save Him ® Secretos #1Where stories live. Discover now