Save Him ® Secretos #1

10. |Suposiciones|

Capítulo 10

Suposiciones

30 de Marzo

Parpadeo tan rápido que apenas soy consciente de que lo estoy haciendo. Me alejo dos pasos hacia atrás y trago en seco.

— Necesito los d-documentos— carraspeo para volver a llamar su atención y limpio el frío sudor que corre por mi frente.

— Jodida mierda, te he dicho que te largues, yo les llevaré los putos papeles —  gruñe, sus ojos taladrándome hasta las entrañas. Una vez más confirmo que este tipo me da miedo y que tiene muchos problemas.

— Pero...

— ¿No ves que los estoy usando? ¡Vete!

Abro la boca espantada y caigo en la cuenta de que sí, sí los tiene y no, en definitiva no me los va a dar. Carajo, está inhalando el polvo blanco sobre lo que son cuentas importantes de nuestro trabajo.

— ¡Bien!

Doy media vuelta y entro con celeridad al Bar. Mi corazón se ha vuelto una estampida de animales furiosos y mi respiración es solo un recuerdo pasajero. Localizo a Paul con la mirada y éste me hace señas para que me acerque. Dudo un simple segundo si le digo lo que vi o no. Al final, opto por la verdad. No tendría una excusa creíble qué montarle y honestamente no soy nada buena con las mentiras.

— ¿Y los papeles? — inquiere con el ceño levemente fruncido.

Muerdo mi mejilla interna.

— Ahm, bueno — río nerviosa —. Adrien los traerá.

— ¿Cómo? Él ni siquiera está aquí.

— Este... Sí está.

— Madison, explícate — gruñe impaciente; tomo una bocadana de aire y tomo valor, será lo más  rápido posible.

— Bien, Adrien los tiene en el callejón, está drogándose sobre ellos. Adiós. — Agito mi mano en despedida y escapo lo antes posible. No preguntas, no respuestas, no nada.

Media hora después y tras desviar cada camino por el que veía a mi jefe, voy a mi camerino y deshago cada prenda que cubre mi esqueleto. Esta noche, el show me corresponde a mi sola pues las chicas no podrían aprenderse los movimientos complicados que conlleva la canción. No hay tiempo.

Corro la puerta del closet para sacar la atrevida vestimenta de hoy y al final me decido por unos shorts de cuero, que apenas llega hasta la línea del trasero, junto a un Topless rojo y unas mallas negras. Calzo mis pies con unos tacones del mismo tono que mi blusa y adorno mi muñeca con un brazalete de púas plateadas.

Maquillo mis párpados con una delgada línea de Eyerline y aplico una capa de polvo y rubor. Por último, finalizo con un pinta labios carmín y una sonrisa nerviosa.

—Es hora.

Salgo del acogedor cuarto y me encamino hasta el área VIP. Las miradas indecentes no tardan en aparecer y desde ese instante me cohíbo. Odio ser el centro de atención cuando esto se debe a mi cuerpo y no a mi talento. Es detestable.

— ¡Mon dieu (1)! ¡Qué sexy! — chilla Marie emocionada. La sangre se amontona en mis mejillas.

— Por favor, me vergüenzas.

— ¡Oh mujer! ¡Estás bellísima! — me hala hasta su lado y arregla uno que otro mechón rizo.

Mi pelo suele ser algo rebelde al estar en su estado natural.

—Gracias.

—Oye, Paul ha estado buscándote. Se nota algo enojado — informa Lachovsky, mientras termina de servirle un vodka a un hombre con buenos rasgos.