11. |Incredulidad|

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Capítulo 11

Incredulidad

*Marie en multimedia*

1 de Abril

Despierto con el dulce aroma a café y la suavidad de cierta cosa, acariciando mi mejilla. Mis párpados cobran vida y me muestran una escena algo peculiar. Liam, aún con rastros del supuesto asalto, está apoyado sobre la cama sosteniendo una bandeja con lo que parece ser un desayuno, mientras roza suavemente un tulipán en mi rostro. Observo detenidamente el manjar que se me presenta y en seguida mi boca se deshace. Waffles, tostadas, jugo, café y unas ricas donas con mermelada de chocolate.

Mi estómago ruje y es instantáneo cuando siento mis mejillas arder.

Estoy suponiendo que tiene este detalle con el único propósito de redimir su mentira y tratar de dominar a fiera que sé que puedo llegar a ser. Además, ha usado un sucio truco; ha comprado una de mis debilidades. Las Miki Donas son mis favoritas, nadie las hace con Betty, esa mujer tiene un talento especial, sus comensales lo confirman.

—Hola Bombón— saluda depositando un beso que quiere ser en mis labios, pero que cae en las comisuras, puesto que he girado la cabeza justo en ese instante.

Lo escucho exhalar pausadamente.

—Hey — respondo acomodándome.

—Te traje el desayuno. Preparé lo que más te gusta y fui a la cafetería de Betty.

—Uhm gracias, no debiste —murmuro levantándome y yendo al baño a cepillar mis dientes. Él me sigue por detrás y puedo percibir su sombra en el marco.

—Madi, tenemos que hablar.— Lavo mi cara y le hago señas para que se retire y me deje duchar en paz —. Bombón...

—Dame un segundo— gruño empujándolo y cerrando la puerta. Me desvisto con rapidez y aseo mi cuerpo tomando el mayor tiempo posible. Me preparo para enfrentarlo porque estoy segura tendrá excusas qué montar.

Entro al cuarto a pasos aparentemente tranquilos, y me coloco la ropa interior por debajo de la toalla. En otra ocasión no me hubiese importado hacerlo en su presencia, pero ahora no. Estoy cabreada.

Respiro hondo y finalizo con un short de mezclilla y una blusa de tirantes hecha por mí, las mangas eran horribles. Él me observa atento y yo lo ignoro.

Estoy retrasando lo inevitable.

— ¿Ya? — espeta con el sarcasmo rebosando en su tono de voz. Lo miro enarcando un ceja y me siento en el borde de la cama —. Madi, por favor.

—Bien, dime — respondo con las barreras de mi defensa en su lugar.

—¿Qué es lo que sucede?— inquiere endulzando su semblante y arrastrándose hasta caer a mi lado. Toma mis manos y besa mis nudillos—. Estás muy tensa desde el jueves y yo no te he dado motivos.

Pongo los ojos en blanco e intento controlar a las traicioneras mariposas que revolotean en mi interior al escuchar ese timbre tan suave a mis oídos.

— No puedes ni siquiera preguntarme eso Liam. Sabes muy bien porqué estoy así — rezongo zafándome de su agarre. Él suspira y alborota su mata chocolate.

— ¡No lo sé joder! He llegado golpeado y lo único que haces es enojarte. Se supone que debería ser lo contrario. Tendrías que estar preocupada y no interrogándome a cada segundo — gruñe frustrado. Abro la boca sorprendida e indignada porque es la segunda vez que me alza la voz en nuestra relación. ¿Quién rayos se cree?

— ¿Por qué demonios me gritas? — Salto sobre mis pies y me cruzo de brazos. Su expresión se torna blanca e indiferente, carente se sentimientos. Se acerca en una corta zancada y me toma por los hombros. Entonces es ahí cuando me asusto.

Save Him ® Secretos #1Where stories live. Discover now