32. |Punto de quiebre|

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Capítulo 32

Canción del capítulo: Say Something

Punto de quiebre

11 de Junio

Quizás este sea uno de los momentos más dolorosos de mi vida. Siento que en cualquier momento mi corazón dejará de latir y mi alma caerá en un profundo pozo sin salida.

El simple hecho de evocar la imagen de Cox en todo su calvario, hace que mi pulso se acelere a niveles insospechados. Verlo sufrir de esa forma tan... Inhumana, provoca que quiera torturar al idiota que le hizo daño. Y todo por una estúpida deuda, que si bien él debió pagarla como prometió, tampoco era motivo suficiente para someterlo a semejante denigración.

La vida puede ser muy injusta en algunas ocasiones. Hay millones de contrabandistas, traficantes, asesinos, violadores... En fin, un sin número de malhechores que están sueltos sin pagar por nada de lo que han hecho, y sin embargo, a Liam, un simple joven que no ha lastimado a nadie, justo a ese es a quien tienen que capturar y acabar con su vida.

Argh.

Para colmo, Adrien no ha emitido una palabra desde que la ambulancia hizo acto de presencia y cargó con el cuerpo inconsciente de Liam. No ha muerto, eso es un alivio, pero no quita el hecho de que su alma penda de un mendigo hilo. Los rostros de los paramédicos me lo dieron a entender, no hay muchas esperanzas.

Justo ahora vamos de camino al hospital y tan solo pensar en lo que me voy a encontrar, provoca que quiera vomitar de ansiedad y dolor. Fuller no puede irse, él no puede dejarme con ese maldito sabor amargo en cada parte de mí ser.

La policía viene detrás de la ambulancia y a pesar de que no quiero darle mente, el constante sonido no me da tregua. Ellos hicieron muchas preguntas, me sentí nerviosa, sin embargo, Adrien estuvo ahí para inventar una excusa que ni yo misma había pensado.

Un secuestro. Tiene lógica, ya que:

1- Eso fue lo que tecnicamente pasó.
2- Es lo que parece.

Según el castaño, estábamos por escapar para tener una loca noche de pasión (conste que cuando lo escuché quise que la tierra me tragara) y cuando íbamos de camino, oímos los gritos del susodicho que estaba agonizando. Le relató una historia bastante creíble si se tratara de una película de acción.

Es lo único que pudimos inventar para justificar la pérdida de sangre que Cox ha sufrido y los ataques que tiene en cada músculo de su anatomía, no hay nada más. Obviamente los oficiales no se mostraron muy de acuerdo con la cuartada y decidieron iniciar una investigación. No sé qué mierda va a suceder y eso me asusta.

No necesito ir a parar en la cárcel, eso sería la gota que derramaría el vaso mis desgracias.

—Ya deja de pensar. Pase lo que pase yo voy a asumir las consecuencias.

Volteo en cuanto su timbre penetra por mis oídos y tranquiliza mi desesperación. Trago saliva. Esta cercanía va a acabar conmigo, esa sensibilidad que está mostrando hacia mí, me va a volver loca.

A él le encanta jugar con mi mente, le fascina.

—No quiero que te arriesgues —murmuro bajito y miro a otro lado. Lo escucho exhalar se forma pausada y luego su ronca y armoniosa voz inundando el taxi.

—Lo haré por ti —responde con decisión y juro que en este momento puedo volverme líquido en un rincón. Cierro los ojos y contengo cada impulso que lucha por salir de mi interior. Zarandearlo, pedirle explicaciones, abofetearlo un poco y luego, luego,... Luego besarlo.

Save Him ® Secretos #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora