Extra |Ámame|

10.7K 693 225
                                    

Capítulo extra

Ámame

21 de Marzo

—No lo pienses tanto, solo seremos tú y yo —dice mi cantante mientras abraza mi cintura y besa mi mejilla con deliberada lentitud. Se me escapa un suspiro y pongo mis manos sobre las suyas.

—No lo sé, mamá enloquecería, papá... Ese es otro nivel, querrá matarme, ¡y ni se diga de Marie! Esa es capaz de volar hasta allá y armar un drama. Para cuando volvamos, todos estarán enfadados.

Siento los labios de mi chico posarse en mi cuello, y cómo su sonrisa parece haber surgido en medio de mi dilema. Pongo los ojos en blanco e imito su acción cuando sus pequeños besos se esparcen por mis hombros.

— ¿Desde cuándo te ha importado lo que digan los demás? Esta decisión es nuestra y si tú temor es que se enojen, descuida, yo cargo con la culpa. Solo... Te quiero a mi lado.

Asiento en respuesta  y le permito a mi corazón emocionarse con sus palabras. Ha pasado un años desde que decidimos iniciar esta aventura, y para ser honesta, ha sido lo mejor de mi vida.

Después de tanto sufrimiento, mentiras, secretos..., después de tanto al fin puedo sentir que estoy estable. Feliz. Completa. Y no me quejo de eso.

Me giro para quedar de frente a su rostro y sus lagunas profundas y enigmáticas me dan la bienvenida. Es de inmediato cuando todas mis dudas se disipan al ver el anhelo que navega en su expresión.  He entendido que no puedo intentar complacer a otros cuando mi felicidad es lo que importa justo ahora. Y puede ser egoísta, pero todos tenemos esa pequeña parte habitando en nuestro cuerpo.

—¿No es muy arriesgado? Ni siquiera tenemos los vuelos.

Dios sabe que lo único que deseo es escapar a su lado, vivir mi propia fantasía sin temor a que algo intente arruinarlo, sin temor a que los demonios del pasado quieran mermar mi nube de fantasía. Sin embargo, mi lado pesimista suele ser un poco insistente.

— ¿Quién dice que no? Los vuelos están ahí. Los compré la semana pasada. Lo único que tienes que hacer es decir sí, y en tres horas estaremos de camino a Las Vegas.

Lo miro con asombro y enarco una de mis cejas. Su sonrisa traviesa hace acto de aparición y mi respiración se estanca. Amo todo de este hombre, y aún más cuando me da este tipo de sorpresas.

—¿Cómo lo hiciste? Nuestro sueldo se fue en el pago del préstamo de la Academia —inquiero estupefacta y con mis pulsaciones a millón.

—Madison, mi querida Madison, me subestimas amor. ¿Quién ha dicho que no tengo algo gurdado? —contesta con aire de suficiencia y me besa rápidamente los labios.

Decir que estoy confundida sería una injusticia al término. Ni siquiera estoy entendiendo.

—¿Qué? Pero, ¿cómo?

—Mamá me dio la herencia que papá me dejó. Eran tres casas en las afueras de París. Había sido regalo de mi bisabuelo. Papá solo vendió una para comprar algo que estuviera cerca de mamá. No quería alejarse de ella, así que se mudó de París, a Lyon.

>> Hace dos meses, mamá me llamó para hablar sobre algo importante. Ahí fue donde me comentó que encontró los papeles de las dos propiedades y que ambas estaban a mi nombre. Papá nunca le había dicho nada, sin embargo enviaba dinero mensual para darles mantenimiento. Le dije que se quedara con una y que la otra la tomaría yo. ¿Recuerdas cuando fui a visitar a Alex? —asiento con celeridad y él continúa —. Pues ahí aproveché para verificar el estado de las casas. Le pregunté a mamá que quería que hiciera con ellas, y me respondió que no iba hacerse cargo, que podía venderlas. Eso mismo fue lo que hice. Contraté a un abogado que se encargara del asunto y aunque estaban abandonadas, pudo sacarle provecho.

Save Him ® Secretos #1Où les histoires vivent. Découvrez maintenant