31. |Dolorosa función|

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Capítulo 31

Nota a final

Dolorosa función

11 de Junio

Son la una de la mañana y mis ojos arden del cansancio. El estómago lo tengo hecho un lío con este revoltijo de sensaciones que me están amedrentando, y agregándole un bono, el no saber qué hacer, está causando estragos en mi interior. Es horrible.

Hugo no para de reír de forma descontrolada y eso me pone de los nervios. No quiero pensar en los planes maquiavélicos que debe de tener este sujeto. Cox lo traicionó al no saldar la deuda en el tiempo pautado y para colmo, intentar huir. Sé que lo que le espera no es bueno, y aunque intento acostumbrarme a la idea, no puedo, me tiene al borde de un abismo.

Hace un rato que nos movieron de lugar bajo su fuerza bruta y sus constantes amenazadas. A pesar de que supliqué para que me dejaran ir, no me hicieron caso y justo ahora vamos en una camioneta, sin saber a dónde nos dirigimos.

Por segunda vez en mi vida estoy aterrada y siempre es por la misma razón: Liam. Duele, duele que en quien más confiaste te falle de esa manera tan vil y ponga tu existencia a correr peligro.

Adrien está sentado a una mínima distancia de mí y a Fuller lo tienen en la cajuela. Por insistencia del cantante me encuentro aquí, de lo contrario estaría junto a mi ex. Para ser honestos, no estoy entendiendo nada y eso me jode. Estoy confundida.

Su interés en mi bienestar me tiene en un vaivén de emociones imposibles de controlar.

—No te van a poner un dedo encima, te lo aseguro, así que deja de aniquilarte el cuello, te vas a lastimar —la voz ronca y suave de Adrien me hace dar un respingo. No lo miro porque sé que lo que pasaría por esta gran imaginación no sería apropiado y quiero evitarlo. Inconscientemente quito mi mano del área afectada y hago una mueca. Al parecer mi manía ha quedado al descubierto. Ni siquiera me di cuenta en qué momento comencé a masacrarme, sin embargo, alguien ha estado demasiado pendiente a mis movimientos que incluso se ha percatado de ese detallito.

¿Ven a lo que me refiero? Me va a volver loca.

¿De dónde ha salido eso? Estoy ignorando de forma olímpica el hecho de que aseguró que yo estaría bien y del supuesto trato que tiene con Hugo. Si le doy mente, es posible que de aquí haya que llevarme a un manicomio.

— ¿Qué va a pasar con Liam? —inquiero volteándolo a ver y apretando la tela de mi pantalón. Dios mío, él simplemente no puede observarme como lo hace y pretender que yo me quede como una idiota.

Sus lagunas grises están escaneándome de arriba a abajo y aunque su semblante está inexpresivo, su lenguaje corporal me indica otra cosa.
Él quiere acercarse, pero no puede. Para ser sincera no sé qué se lo impide...

Lo reconozco, algo está surgiendo y me niego a creer que sea más que atracción. Es cierto, me gusta, pero no por ello tengo el derecho de afirmar que el sentimiento es mutuo. No me da el reverendo deseo de imaginar algo que no podría ser y que únicamente provocaría falsas ilusiones que no estoy dispuesta a romper. ¡Jesús! Ni siquiera tengo idea de cuándo o cómo pasó, sólo sé que mi estómago se contrae al tenerlo a pocos metros de distancia.

Desde un principio Le Brun me pareció guapo, ¡vamos!, un hombre caliente en toda la regla, no obstante, sus arranques de histeria y su profundo odio hicieron que esa perspectiva cambiara.

Pero como el karma existe, y aunque me ponga una venda en los ojos seguiré siendo mujer y con una sensibilidad muy grande hacia el género masculino, especialmente con el hombre que sería mi cliché andante; estoy muy consciente de su físico, de lo que él envuelve y está provocando en mí. Es un huracán de corrientes eléctricas junto a un abismo de incertidumbre que no me dejan razonar con normalidad cuando lo tengo cerca.

Save Him ® Secretos #1Where stories live. Discover now