Capítulo 3: ¿Qué pretendes, líder de secta Nie?

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Un mes más tarde ChiFeng-Zun llega al Muelle del Loto.

Lo han estado pactando mediante cartas. Al ver que a la primera no le llegaba respuesta alguna, Nie MingJue mandó una segunda. Y una tercera, siempre con el tema del cortejo como núcleo. Insistente como solo ChiFeng-Zun puede ser, con una cierta elegancia que hace que quiera gritarle que le partirá las piernas, pero donde la falta absoluta de brillo violáceo en su mano le delata. Solo así, perseverando, consigue que Jiang Cheng conteste, aunque rechaza de frente la idea de una proposición —porque no cree que nadie pueda querer de verdad comprometerse con él— y acepte su visita. E incluso acepta su prolongación a través de un cierto tiempo indefinido, aunque solo por el tema de la desviación de qi. Es la parte que Nie MingJue menos quiere tocar en las cartas. Sin duda la que más le incomoda. Y, al mismo tiempo, el único argumento que Jiang WanYin comprende y al que le presta atención. El resto de sus propósitos se le escapan.

Si es porque no los entiende o porque no quiere entenderlos, eso solo lo sabe el propio Jiang Cheng. Y, quizá, el pequeño Jin Ling de tres años que todavía se chupa el dedo al ver a su tío dando vueltas por sus aposentos mientras intenta no desquiciarse.

La más pura realidad es que Jiang Cheng ya se ha desquiciado. Lleva desquiciado desde ese encuentro del bosque, porque sabe que lo ha cambiado todo pero no quiere asumirlo.

Un golpeteo suave saca al joven líder del Loto de la espiral de pensamientos —puede que incluso pelín obsesivos— en los que siempre se sume sin pretenderlo. Es Jin Ling, que juega en una pequeña parcela de sus aposentos acondicionada para el niño con una alfombra suave y mullida y un enorme catálogo de juguetes con el que se ha ido haciendo a lo largo de estos tres años, todos comprados a los mercaderes a las afueras del Muelle del Loto. Siempre quiere jugar con su jiujiu, por eso cada vez que tiene un ratito libre le permite que se instale en su dormitorio o en su despacho y que disfrute a su lado. Jiang WanYin le mira a través del espejo de su tocador cuando por fin se sienta. Se está preparando para la llegada de Nie MingJue, y su pequeño sobrino es el único ser humano capaz de mantenerle cuerdo. Por eso deja que su pequeña bolita de oro esté aquí ahora, en su conjunto de habitaciones, jugando mientras se acicala más de lo que debería (sí, sin duda más de lo que debe) para recibir a su compañero líder de secta.

-¿Qué pasa, A-Ling? -Cuestiona con voz suave, cariñosa, la que solo pondría para hablarle a su niño cuando están a solas... y puede que a los otros niños que llegan huérfanos al Muelle del Loto y a los que acoge-. ¿Quieres jugar a otra cosa?

Pero el niño niega con la cabeza, cosa que no suele pasar. Le sonríe y le señala con uno de sus dedos regordetes. Y luego abre la manita en forma de estrella y la balancea, riendo.

Juju bonito!

No debería sonrojarse, pero la cosa es que lo hace. Aunque que se lo diga Jin Ling no tiene mérito, lo hace bastante a menudo. Sin embargo no puede evitar pensar —es un segundo fugaz, traicionero, uno que detesta— en si ChiFeng-Zun opinará como su sobrino.

-Eres un adulador, A-Ling. -Bufa, pero aun así mantiene ese mismo tono de voz. Solo cambia cuando habla para sí-. Le deseo suerte a las damas a las que cortejes en el futuro.

Juju!

-Sí, sí.

Jiang Cheng suspira. Frente a él en esa caja tan bella, tan cuidada y tan impecable como su contenido, el primer regalo de cortejo parece amenazarle desde su estabilidad, impertérrito. No sabe qué hacer con esa maldita caja, y con sus joyas incluso menos. Piensa por un momento de debilidad en lucirlas. Nie MingJue se las ha regalado... más incluso, Nie MingJue las ha mandado hacer solo para él, y ha acertado en cada detalle, porque la más pura verdad es que le encantan. Cree que quizá... puede... No. Son un regalo de cortejo, una muestra de las intenciones de ChiFeng-Zun. (¡ChiFeng-Zun! ¡Un héroe de guerra y otro hombre!) ¡No puede lucirlas así como así!

Clarity Bell [MingCheng] [Mo Dao Zu Shi fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora