Clarity Bell [MingCheng] [Mo Dao Zu Shi fanfic]

Capítulo 15: No te contengas, fierecilla

Quizá no es sorprendente —visto lo visto y vista la fama que le precede— que Sandu ShengShou bese con ferocidad y fiereza, como si se estuviese muriendo de sed y Nie MingJue fuese uno de los lagos de Yunmeng Jiang en los que bañarse, pero resulta que le sorprende. O, por lo menos, el primer beso lo hace. El resto que le siguen, todos esos entre los que avanzan a trompicones, enredados por fin el uno en el otro, hasta los aposentos de Jiang WanYin, ya no tanto. A esos les responde con la misma fuerza y el mismo ímpetu, hasta que le deja sin aliento y sus propios pulmones arden. Y de pronto Jiang Cheng no solo le está besando, si no que le besa mientras se aferra a él con brazos y piernas, los tobillos enganchados a su espalda, en uno de los desiertos pasillos de la Torre Koi. 

Cuando se separan, ambos jadean, encantados y a la vez ahogados. Su propia cara está a escasos centímetros de la pared y Jiang WanYin echa el cuello hacia atrás en busca de aire fresco que respirar, en busca de algo con lo que reponerse. Su respiración pesada hace que sus túnicas exteriores ya entreabiertas, su pecho, rocen contra los pectorales de Nie MingJue. Y el guerrero, que pese a su fuerza no deja de ser un hombre débil, le sostiene entre sus brazos mientras se lanza a besar su cuello. Jiang Cheng gime, quizá sin pretenderlo, y el sonido es tan arrebatador que Nie MingJue cree que en cualquier momento perderá la cabeza. Lo siente por Gusu Lan y por el orgullo de XiChen y su Sonido de la Claridad, pero tan solo un gemido de Sandu ShengShou le da mil vueltas a sus mejores melodías.

Parece que tan solo ha pasado un segundo desde que sus bocas se unieron, porque el tiempo se escurre entre sus dedos como la arena seca de las playas de Yunmeng. Antes de que puedan darse cuenta, una de las manos de Nie MingJue busca a tientas la puerta de los aposentos de Jiang WanYin. Se cuelan dentro, trastabillan juntos entre besos húmedos y acalorados y dan tumbos contra las paredes mientras se las arreglan para cerrar dicha puerta a sus espaldas. Los pies de Jiang Cheng vuelven a encontrarse con el suelo, aunque a sus piernas les falta la firmeza de la que suele alardear en cada paso que da. Lo mismo ocurre con ChiFeng-Zun. Entre más y más besos, están apunto de caer en un par de ocasiones, pero todo lo que importa ahora son sus bocas. Sus mutuos deseos que ansían satisfacer.

Nie MingJue, creyendo que es lo correcto, cuela entonces una mano bajo el cinturón que todavía mantiene en su sitio, aunque a duras penas, las túnicas exteriores de su compañero líder. Jiang WanYin sin embargo le agarra de la muñeca y se aleja un paso, tembloroso. Es suficiente para romper su frenético beso, aunque no para separarse por completo de sus labios.

-Espera, espera... -Susurra jadeante contra su beso. Solo por el roce de su aliento, Nie MingJue siente la necesidad de seguir besándole ardiéndole en las tripas, pero se contiene, porque esa es su petición-. Vamos a necesitar algo.

-No sé si te sigo.

Pero Jiang Cheng solo niega con la cabeza y se separa un paso más. De su túnica saca una discreta bolsa qiankun violeta con el emblema del Muelle del Loto bordado a mano en blanco. Rebusca en ella hasta dar con un talismán silenciador, que saca y le muestra a Nie MingJue con las cejas alzadas. El guerrero sonríe.

-Bueno, bueno, fierecilla...

-Es por precaución. -Le corta, aunque el rubor en sus mejillas es una realidad difícil de ignorar bajo los talismanes que arden en el techo-. Dos líderes de secta reunidos a altas horas de la noche... podría haber alguien espiándonos en busca de información confidencial.

Eso dice, pero el talismán en sus manos resplandece. Cuando Nie MingJue da un paso hacia él y sus manos encuentran un asidero al que aferrarse en su cintura, no se aparta. Todo lo contrario, de hecho. Deja caer el cuello a un lado, expuesto para su boca y sus besos, y ChiFeng-Zun se adentra bien dispuesto en su trampa mortal.