Capítulo 16: Iría contra viento y marea por ti, A-Cheng

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Los rumores ya se dispararon el día anterior nada más ver llegar a ChiFeng-Zun con la comitiva de Yunmeng Jiang, de pronto más cercano a Sandu ShengShou que a sus hermanos jurados. Ahora, cuando se sientan a desayunar juntos antes de la primera reunión de la mañana, la oleada de voces vuelve a desatarse con nuevas conjeturas. Entre los líderes de clanes menores y los discípulos más deslenguados de cada secta surgen los cuchicheos indiscretos y las miraditas inquisitivas. Sin embargo, se disuelven en cuanto alguno de estos dos temidos cultivadores vuelve la vista en su dirección. Al fin y al cabo, nadie se atreve a desafiar a Nie MingJue, el perseguidor de la injusticia, ni a Jiang WanYin, torturador de cultivadores demoníacos. Que por las esquinas se vaya diciendo que deben ser mangas cortadas... será un error, seguro. O, cuando no se hallen presentes, el cotilleo más fresco. De cualquier manera, sus posiciones no parecen verse afectadas. No cuando las conspiraciones alrededor de la misteriosa muerte de Jin GuangShan resultan más interesantes para el público general. Hay hasta algún desgraciado que se atreve a señalar en su dirección, porque todos saben de la animadversión del líder de secta Jiang hacia el antiguo líder Jin... y de las turbias intenciones de este ocultas tras su deseo de hacerse con el poder de Yunmeng Jiang.

Más de uno suspira aliviado al pensar en que, por suerte, Jin GuangShan ya no es un peligro. No para ellos ni para sus gentes... Ni sus hijas, esposas, hermanas o discípulas en general.

Sentado con la espalda muy recta en su sitio —con la tranquilizadora presencia de Nie MingJue a su vera— Jiang WanYin agradece con la cabeza al sirviente que acaba de servir en sus tazas un oloroso té de flores con el que acompañar a la comida dispuesta para cada líder de secta, casi un banquete en vez de un desayuno. A su lado, sabe que Nie MingJue le contempla por el rabillo del ojo. Sus expresiones son neutras, como si entre ellos no hubiera pasado nada, pero no pueden dejar de pensarse. De recordarse. Jiang Cheng debe contener el aliento cuando le nota moverse a su derecha y recuerda el roce de las sábanas en contacto directo sobre su piel. El calor compartido y la delicadeza de unas manos rudas que parecen hechas para la guerra, pero que son maestras amantes. Se lleva la taza de té a los labios con presteza, porque no puede permitirse que nadie vea a Sandu ShengShou sonriendo, aun cuando parte de su alma sigue en ese dormitorio a partir de ahora compartido. Nie MingJue se mantiene firme también, su venerable porte siempre impecable, pero ansía tomar su mano bajo la mesa, apretarla y llevársela a los labios por encima de esta.

Juju! ¡MingJue-shushu!

Jin Ling llega al poco tiempo, en cuanto Jiang WanYin deposita su taza sobre la superficie de su mesa de nuevo. Va acompañado por una de sus nanas, una muchacha joven que se retira con una honda reverencia cuando el pequeño niño se sienta entre los dos líderes de secta. Nie HuaiSang aparece detrás, con una sonrisilla boba en los labios —la que suele mostrar— que se vuelve inteligente al notar ciertos rastros enrojecidos en sus pieles, apenas roces que no llegan a sobresalir del todo por el cuello de sus túnicas, pero que un observador experto como él llega a apreciar. Nie MingJue pone el mayor de sus esfuerzos en ignorar a su hermano para centrarse en su... ¿sobrino? 

A Jiang WanYin no le cuesta ni la mitad. Al fin y al cabo, cuando Jin Ling entra en una habitación se vuelve el centro de todo para él, una de las cosas de las que Nie MingJue tanto se ha enamorado. De su devoción, que es absoluta y completa.

-Hola, pequeñajo. -Le saluda el líder Nie, intercambiando una mirada cómplice y breve con quién ahora es su compañero de cultivo-. ¿Vas a acompañarnos en las reuniones? Eres un futuro líder de secta después de todo.

Jiang Cheng acaricia el pelo de su sobrino y enarca las cejas. Mientras le va poniendo cosas delante para que desayune —tan solo sus platos favoritos, pero luego es Jin GuangYao el que lo malcría— niega con la cabeza.

Clarity Bell [MingCheng] [Mo Dao Zu Shi fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora