𝐇𝐢𝐚𝐭𝐮𝐬

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Eran las tres con cuarenta y siete minutos del sábado cuando el duque arribó a Hastings. Los empleados del castillo siempre se mostraban felices de recibirlo, y decidieron preparar un gran festín a su recibimiento. La venida del duque quizá podría indicar que finalmente había logrado dos cometidos;

O se centraría en sus tareas del ducado, el cual estaban muy abandonadas, o en Hastings se celebraría una boda.

La sorpresa fue grande cuando el duque bajó solo de aquel carruaje y se negó a entrar al castillo, sino que prefirió ensillar su corcel él mismo y salir para rumbos desconocidos con la pura indicación de que nadie se atreviera a seguirlo.

Pero es que verdaderamente nadie se hubiera imaginado que el duque tomara el rumbo que lo llevó al camposanto de Hastings.

Cuando el padre de Simon murió, la tradición era que su sepulcro fuera dignamente colocado en la catedral de Hastings junto a todos sus antepasados.

Simon prefirió que se le enterrara junto a todas las personas que hizo menos en su vida, junto a las criptas, féretros y ataúdes de sus lacayos en aquel cementerio. Nadie podría negarle la petición al duque; nadie en el parlamento lo contradecía nunca y era por varios motivos;

Porque el parlamento de Hastings era más anticuado, porque la mayoría de los nobles eran ya viejos para pelear, pero principalmente jamás cuestionaban sus decisiones por una razón;

Porque el duque era hombre.

Encintó a su caballo a las afueras, no era propio que pasara a través de aquella necrópolis entre los mausoleos. No tenía ningún respeto por su padre, pero claro que lo tenía por las otras personas que se encontraban descansando en ese lugar.

A medida que avanzaba el corazón se le iba encogiendo. Comenzaba a atardecer, pero el duque no tenía miedo de la oscuridad. Tenía miedo y rencor de pensar en lo que estaba por hacer.

Se sorprendió de ver la tumba de aquel que fue su padre con flores frescas. Quiso tomarlas entre sus manos y arrojarlas muy lejos. Su padre no se merecía flores. Imaginó que por mero protocolo alguien iba a limpiar la tumba cada semana y la dejaba reluciente.

—Has ganado—escupió con odio—. Tantos malditos años y finalmente has ganado.

¿Se sentía estúpido haciendo aquello? Por supuesto. Le estaba hablando a una tumba, pero no le importó si quiera mirar si alguien más estaba presente. Aquel momento era decisivo, en verdad necesitaba hacerlo.

—Finalmente me enamoré—declaró y se sinceró con todos. Con quien sea que lo escuchaba y con él mismo. Era la primera vez que lo decía en voz alta, pero ya no podía ocultarlo—. De la mujer más hermosa que existe en este maldito planeta.

La imagen de aquella chica se presentó a su mente, sonriendo como ella lo hacía, y llorando también.

—La amo, y cada vez que la miro, lo único que puedo pensar es en lo infeliz que podría hacerla si le confieso lo que siento, ¡por tú culpa! — Simon sintió que la escultura del antiguo duque que se encontraba encima de aquel mausoleo lo miraba directamente a los ojos—. Ella quiere hijos, y yo solo pienso en que no puedo dárselos por tú culpa.

El ocaso estaba ocurriendo justo en ese momento, las luces del sol bañaban las laderas de aquella colina y se ocultaban a su vez con la esperanza de un nuevo amanecer.

—Y lo he pensado, y he tomado una decisión—Simon respiró muy profundamente, cerrando los ojos en el proceso—. Ya no vas a controlar mi vida. Ya no te daré ese poder.

Una ráfaga de viento levantó las flores de la tumba haciendo que volaran al otro lado del cementerio.

—El apellido Basset va a morir conmigo—dijo desde el fondo de su corazón tan seguro de sí mismo como jamás se había sentido en la vida—. Y ahora será un Spinster quien gobierne Hastings, espero que sea suficiente castigo para ti.

Se sentía liberado, se sentía una persona nueva. Exhaló profundamente sintiendo un nudo en la garganta. Pero nuevamente, una imagen de ella apareció en su mente.

—Mis hijos jamás llevarán tu apellido—declaró antes de girar y comenzar a caminar sin voltear atrás, enterrando todos esos recuerdos y traumas en lo más profundo de su alma—. Mis hijos serán unos Spinster.

Simon volvió al castillo pasadas de las nueva de la noche intentando volver a subirse al carruaje. Se frustró cuando le indicaron que no podría viajar de noche por los peligros del camino.

Indicó entonces que se le llenaran cestas repletas de bayas, y que alistaran el castillo completamente.

Durmió esa noche en paz consigo mismo, algo que no había podido hacer en toda su vida.

Todo se lo debía a Alex Spinster.

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[X]: Me gustaría saber, hasta este momento, ¿son Team Anthony o Team Simon? Se aceptan respuestas desarrolladas;) 

𝗟𝗼𝘃𝗲 𝗦𝘁𝗼𝗿𝘆 || 𝖡𝗋𝗂𝖽𝗀𝖾𝗋𝗍𝗈𝗇Where stories live. Discover now