𝐓𝐫𝐞𝐝𝐞𝐜𝐢𝐦

2.8K 377 107
                                    

XIII

Penélope Featherington lloró todo el camino hasta que llegó a la vieja editorial que recibía sus escritos, y después de que los dejó, permaneció unos segundos pensando si estaba haciendo lo correcto. En su mente entonces apareció el que ella autoproclamaba el amor de su vida, y que últimamente él solamente miraba a Alex.

¿Por qué todos los hombres siempre miraban a Alex?

Una mujer herida escribe muy rápido y sin pensar, se convenció a sí misma de que estaba haciendo bien. Libraría a todos en Londres de esa mujerzuela.

La residencia Bridgerton estaba en un silencio sepulcral. Ni siquiera los empleados habían salido de la casa. Daphne salió de su cuarto solamente porque Eloise le insistió en que lo hiciera. Colin no les permitió entrar a ver a Alex aunque lo intentaron por diferentes medios.

—¡Debe ser Cressida, Alex! —gritaba Eloise del otro lado de la puerta—. ¡Nadie más lo sabía, tiene que ser ella!

Pero Daphne y Alex lo ponían en duda. Cressida no escribiría basura sobre ella, y en aquel número también se mencionaba la conversación que habían tenido ambas mujeres, en donde el Príncipe de Prusia había fungido como moneda de cambio.

Alex lo hubiera adivinado rápidamente de no ser porque estaba teniendo un ataque de pánico.

—Alguien tuvo que escucharlas cuando conversaban—le susurró Colin acariciando la espalda de su amiga—. ¿Había más gente en ese lugar?

—Estaba Eloise—Alex hacía una pausa entre cada palabra, recordando lo mejor que podía—. Dios mío, qué estúpida soy.

—Te ha estado atacando desde el momento en que llegaste, tiene algo personal contra ti—mencionó Colin haciendo memoria de igual forma—. Es alguien que te quiere ver caer, ¿no había nadie más que pudiera escucharla?

—Penélope estaba también...—ambos se miraron. Alex recordó la negativa de la joven desde el momento en que ella llegó a la ciudad. Se sentía terriblemente molesta. Iba a acabar con ella—. ¡Voy a matarla!

Alex se paró de la cama con una fuerza sobrehumana y abrió la puerta de par en par con Colin pisándole los talones. No se detuvo a escuchar a Eloise y a Daphne que la llamaban una y otra vez intentando comprender lo que estaba pasando.

Benedict estaba en el piso de abajo mirando por las ventanas que las personas se detenían a mirar la cas Bridgerton en un intento de cotillear.

—¡Detenla, detenla! — le gritó Colin desde lo alto de las escaleras, pues Alex no escuchaba razones.

Benedict no hizo ningún cuestionamiento y tomó a Alex de la cintura levantándola en el aire, evitando que siguiera su cometido y saliera de la casa.

—¡Déjame, por favor, por favor! —la voz se le apagaba a medida que veía que se alejaban de la puerta—. ¡Voy a matarla!

Y con fuerza que sacó de quién sabe dónde, se libró de Benedict, pero Colin ya estaba cerca como para evitar que cometiera una tontería. El Bridgerton se colocó frente a ella evitando que siguiera avanzando, y le acarició el cabello intentando que se tranquilizara.

—Shhh, shhh—le murmuraba mirando a sus hermanas por detrás—. Vamos a solucionarlo, se va a arreglar.

—¿Dónde está madre? —preguntó Benedict a Eloise.

—Salió muy temprano con Anthony, Lady Danbury los solicitó.

Un chillido se le escapó de la boca a Alex. Las cosas la estaban superando. Alex sintió entonces una sensación de peligro inmensa y que el corazón se le iba a salir del pecho, se sentía sofocada e irreal. Se separó de Colin que la miró angustiado. Alex pensó que se desmayaría en ese momento pues no podía respirar.

𝗟𝗼𝘃𝗲 𝗦𝘁𝗼𝗿𝘆 || 𝖡𝗋𝗂𝖽𝗀𝖾𝗋𝗍𝗈𝗇Where stories live. Discover now