CAPITULO 34

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♫Whats My Name - Rihanna♫

El dolor en ambas piernas se hacía notar, pero la postura y el agarre de Lisa en mí hacía que el dolor en la pierna izquierda se intensificara...gracias a los guantes que me cedió Lisa pude aguantar el frío...Pero mi estomago estaba crujiendo como si no le hubiera dado de comer en un mes.

Debo aceptar que estaba molesta por el desaire de esta mañana, todas mis creencias, mis prejuicios, mi recelo, mi aprensión, fueron opacados por el sentimiento que siento hacia esta chica.

«¿qué es lo que esperaba?, que me dijera que le gusto y que de alguna forma podríamos tener algo más que un desliz de una semana...Estaba claro que solo fui eso para ella... bueno ¡vamos! Tampoco es que me haya enamorado de ella, ¿quién se podría enamorar de una persona en tan poco tiempo?, no debería afectarme tanto, porque Lisa es alguien insignificante en el mundo, un píxel más como dicen algunos fans...»

Sentí como resbalaba de la espalda de Lisa, el dolor como aguja en mi pierna izquierda pasó a mi sistema nervioso como rayo, ni tiempo de reaccionar, ya estaba en el suelo mojado por el hielo derretido. Me sobé el trasero la segunda parte de mi cuerpo que impacto en el camino duro y resbaloso.

—¡Lisa que mierda!

La miré de rodillas, delante de mí. Tenía las manos descubiertas sobre la nieve fofa, su tórax moviéndose, claramente si no fuera por su traje diría que sus pulmones querrían explotar. Me acerqué a ella lentamente.

Tenía el rostro colorado, obviamente por el sobresfuerzo físico, estaban cayendo gotas de su rostro, que desaparecían en la delgada capa de nieve, sobresalían unas delgadas venas por su frente y cuello, imagino que la sangre le estaba hirviendo, cuando me fijé bien, no era precisamente sudor lo que caía al suelo...eran lágrimas.

El dolor en mi pecho se hizo notar. Verla en ese estado. Después de haberla insultado, tratado mal, maldecido verbalmente y en pensamientos, verla con la cabeza gacha, notando la presión de querer emitir alguna palabra, entre sus respiros agitados, hacen que crezca una desesperación en mi interior. Me acomodo a su lado y la abrazo.

—Lisa ¡Dios mío!

Trato de acomodarme a su lado y atraerla hacia mí, para que se apoye en mis rodillas flexionadas ya. No hice mucho esfuerzo por que cayo de costado, boca arriba, apoyando su cabeza en mis rodillas, le quito el benie y descubro su cabello totalmente mojado de sudor. Me saco los guantes y se los pongo.

—ahja...ahja...perdóname—me dice a penas.

—No hables, no hables por favor, concéntrate en respirar—saco la camelbak que horas antes me había dicho que me ponga en el cuerpo para que no se congele, e intento encorvarla y darle un poco de agua—¿puedes beber?, intenta por favor.

Con dificultad, sorbe el agua, y nuevamente se recuesta. Me saco mi benie e intento ponérselo, su mano me detiene.

—sabes muy bien que no puedes tener el cabello descubierto y mojado ¡por favor! — con mi cara en suplicas logre ponerle mi benie, escondiendo su cabello revoloteado.

Veo como su mano se libera del guante y se dirige a mi rostro, limpiando las lágrimas que difícilmente podía contener.

—no hagas ni un tipo de esfuerzo—le digo tomando su mano y la acerco a mis labios, beso tiernamente su mano como si se tratara de un premio preciado, cierro los ojos. Aprovecho para acariciar sus dedos y siento como se entreabren para que mis dedos encajen y así poder estar entrelazadas.

Al abrir los ojos, veo como estaba extendida su otra mano, alcanzándome las galletas que se había traído. No aguanto mas y la abrazo como puedo y empiezo a llorar como magdalena. Aun en el estado en el que está, sigue siendo amable conmigo, sigue preocupándose a pesar de lo engreída y estúpida que soy.

ACCIDENTE FORTUITO [corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora