Capitulo 10

393 30 5
                                    

—Su padre va a estar bien. La cirugía salió mejor de lo que esperábamos— habló Santana, y rió cuándo el familiar de su paciente la abrazó.

—Gracias, doctora Lopez— dijo sollozando.

Por momentos como estos, Santana eligió la carrera de medicina.

Su padre fue un famoso neurocirujano, y siempre le contaba historias de como los familiares de los pacientes se emocionaban cuando una cirugía salia bien, y mientras se lo contaba, se emocionaba el también.

—No hay nada que agradecer, es mi trabajo— sonrió, alejándose— En un rato va a venir una enfermera a buscarlos para que puedan verlo.

—Gracias nuevamente.

—Seguro— sonrió mientras se alejaba, y comenzaba a caminar hacia la estación de enfermeras en la recepción— ¿Novedades?

—Ninguna— negó con su cabeza.

—Muy bien— suspiró, y se sacó su gorro— Necesito que controlen al paciente Merlín. Cuando despierte de la anestesia, dejen pasar a su familia.

—Está bien.

—Gracias, Elaine— asintió— Son una familia numerosa, así que que pasen de a uno.

—Anotado.

—¿Te pasa algo?— preguntó confundida.

—Nop.

—Elaine...

—Tuve un mal día— respondió— pero no es con vos— sonrió— Tenes visitas.

—¿Quien?

—¡Mami!— escuchó a sus espaldas, y se dió vuelta sonriendo.

—Hola, peque— rió, mientras la alzaba a upa— ¿Que estas haciendo acá?— frunció el ceño, y miró a su madre, quien caminaba hacia ella— ¿Que están haciendo acá? mamá...

—Estábamos paseando, y al pasar por la puerta del hospital quiso venir a verte.

—Es...— iba a contestar, pero cuando su hija se abrazó a ella, dejó de preocuparse por lo que podría pasar— Gracias. Necesitaba verla.

—Lo sé, cariño. ¿Tu hermana?

—En la cafetería— contestó, sonriendole a su hija— Está almorzando recién ahora.

—¿Y vos ya almorzaste?

—Nop, recién salgo de una cirugía.

—Tenes que almorzar, Santana.

—Mamá— la miró riendo— ¿No te parece que estoy grande para que me retes por no comer? tengo hasta una hija.

—No, sos mí bebé— respondió seria.

—En un rato voy a comer, lo juro— siguió riendo.

—Más te vale. Voy a saludar a tu hermana. ¿vamos, Sug?

—No, abue. Me quedo con mami.

—Tu mami está trabajando, cariño.

—No, no. Está bien, ma. No estoy trabajando ahora— respondió sonriendo.

—¿Seguro?

—Si, si. La voy a llevar a que vea a Rach y Quinn— su madre asintió, y luego de despedirse, comenzó a caminar por el hospital con su hija.

—Cuado sea gande voy a ser docora como vos, mami.

—Cariño— rió, por las palabras que todavía no le salían bien a su hija — nada me haría más feliz que seas doctora.

mentira- brittanaKde žijí příběhy. Začni objevovat