Capitulo 15

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—¿Britt? ¿Pasó algo?

La rubia salió de la casa de su ex y en cuánto se subió a su auto llamó a su hermano Sam. Sentía la necesidad de descargarse de todo lo que está sintiendo ahora mismo, ya que después de esta mañana, su cabeza es un caos.

No lo sé— rió nerviosa, mientras miraba la puerta de la casa de Santana— Vine a su casa, y... y estaba con una mujer— volvió a reir— Y no sé por qué me molesta, quiero decir...— se pasó las manos por su cara en modo de frustración.

Britt, Britt, Britt, cálmate. ¿A la casa de quien? ¿Estás viendo a alguien?

—¿Te pensas que tengo tiempo en mi cabeza como para ver a alguien?— suspiró, arrancando el auto.

¿Y por qué te enojas conmigo?

—Estoy en la casa de Santana... bueno, estaba, porque ya arranqué el auto.

—¿De Santana? ¿Y que haces en su casa a esta hora de la mañana?

—No es lo que parece, vine porque vine a ver a Su...— recordó que nadie de su familia sabía de la existencia de Sugar todavía— Tenia que hablar con ella sobre algo, y cuando llegué, me abrió la puerta... y... y después escuché ruido en la cocina... y... y...

—Respira, Britt.

Estaba con Danielle. Con la maldita doctora de mamá. Solo a mi me pasa que mi ex salga con la doctora de mi mamá— agregó molesta, mientras reía nerviosa— Danielle es... es buena, inteligente, hermosa, es...

—Tu calco, Britt. Son muy parecidas... pero no entiendo algo. ¿Por qué te importa? ¿te sigue importando Santana?

—No, por supuesto que no— negó— no bueno, no sé, osea no... pero al mismo tiempo es ella ¿entendes? es Santana, siempre va a ser ella.

—¿No te importa... pero hablas de ella como una persona enamorada?

—No estoy enamorada.

—¿No?

—No podría. Ella me odia, Sam. Lo único que haría es lastimarme a mi misma.

—¿Que es lo que estas haciendo?

No entiendo.

—Ya te estas lastimando, hermanita...

—No lo estoy, pero sigo molesta, quiero decir... ¿con la doctora de mamá, Sam? ¿justo con ella tiene que salir?

—Está soltera, Britt. Ustedes se separaron hace años, en algún momento ella va a rehacer su vida.

—Le dió mi remera, Sam. Mi maldita remera— contó dolida.

¿Cuál? ¿y por qué sigue teniendo una remera tuya?

—Se la regalé cuando estábamos juntas, ella la usaba para dormir— rió nostálgica.

¿La del colegio que yo te pedí que me regales y se la diste a ella?— bromeó.

mentira- brittanaOnde histórias criam vida. Descubra agora