Capitulo 14

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—Ay dios, recuerdo cuando estábamos en el secundario— empezó a reírse— y viste a esta chica... ¿cómo se llamaba?

—¿Allison?— preguntó divertida.

—¡Si! pensaste que ella estaba coqueteando conmigo, y le arruinaste su presentación de biología— siguió riendo— fuiste malvada.

—Puede que era un poco... celosa— contestó, conteniendo su risa.

—¿Un poco?— dió un sorbo a su café, y por no poder contener la risa, se terminó manchando su remera.

—Dani, dani...— rió, negando con su cabeza.

—¿Me prestas una remera de pijama?— contestó, sin parar de reir— Así seco esta antes de tener que irme.

—Si, si. Anda y agarra del armario cualquiera.

Si.

Santana y Dani habían pasado la noche juntas... y la latina no estaba muy orgullosa de eso. Se sentía muy culpable, y ni sabía por qué.

—Encontré esta ¿está bien?— escuchó a sus espaldas, y cuando volteó, miles de recuerdos vinieron a su mente.

—¿Donde... donde la encontraste? esa no estaba en el armario— preguntó.

—En la parte de arriba del armario— contestó, mirando la remera— ¿Escuela Mckinley?— leyó el diseño— ¿Es de Nueva York?

—Es...— carraspeó— era de una amiga. La escuela está en Lima.

—¿Está bien que la use?— preguntó, alzando las cejas.

—Si, si. Solo me sorprendió verla, estaba guardada hace muchos años... y si te soy sincera no me acordaba de ella— contestó.

—¿Trabajas hoy?— cambió de tema, sentándose a su lado.

—No— suspiró— voy a ir solo a ver unos estudios, y también voy a pedirle a Miranda unos días, así los paso con Sug— Danielle sonrió.

—Nunca me voy a terminar de acostumbrar a escuchar que tenes una hija, pero me gusta. ¿Cuando la voy a poder conocer? si a su otra madre no le molesta, claro.

—¿Por qué lo haría?— negó con su cabeza mientras reía— Cuando quieras. ¿Hoy trabajas, no?

—Sip, tengo que ir en un rato, además hoy tengo que ver a Susan.

—¿Cómo va su caso?

—Mejorando...

—¿Pero?— preguntó, al ver la mueca de Danielle.

—Veremos hoy...— negó con su cabeza— Está respondiendo bien, pero no deja de ser una mujer mayor.

—No es tan mayor, tiene poco más de cincuenta.

—Si, ya se, pero para el corazón... ya es grande— suspiró.

—¿Estas bien?— preguntó al ver como la cara de Dani cambiaba.

—A veces me pregunto... por qué soy cirujana, quiero decir... mi padre era policía, y esta es una profesión que te da mucho estrés.

—Si, lo es— asintió.

—Vine acá por un caso en especial, el cual nl está mejorando, no por el de Susan, pero de alguna manera... el de Susan me afecta más.

—¿El caso en especial..., que tiene?

—Necesita un trasplante— negó con su cabeza— probablemente tengamos que trasladarlo.

—Lo siento.

—Yo también, es solo un adolescente— se le quebró la voz— Hace... algunos años, en mi primer año de residencia lo tratamos, por otro trasplante— la latina la abrazó— Estoy bien, San.

—Lo sé, pero siempre viene bien un abrazo— le susurró con ternura.

—San, se que quedamos en ser amigas y todo eso, pero no soy de piedra... y claramente mi cuerpo tampoco— bromeó, alejándose un poco.

—Está bien, está bien...— fue interrumpida cuando el timbre de su casa sonó— te salva la campana— rió levantándose de su asiento para ir a abrir.

—Aprovecho para lavar todo esto— señaló la mesa.

—Me podría acostumbrar a tenerte de invitada— volvió a reír, pero su risa terminó cuando vió quien estaba tras la puerta.

—Hola.

—Brit... tany— saludó asintiendo— ¿Que... que estas haciendo acá?

—Vine... vine a ver a Sug, dije que quería formar parte de su vida, y...— se quedó en silencio cuando escuchó ruido en la cocina.

—Sug no durmió acá, está en lo de mi mamá, ayer tuve guardia y salí muy tarde... la tengo que ir a buscar en un rato para llevarla al jardín.

—No sabía que tenías compañía, yo... yo lo siento, no quería interrumpir nada, ni mucho menos molestarte.

Inmediatamente después de que la rubia dijera eso, Santana se dió cuenta del por qué se sentía como se sentía.

—No lo haces, Britt— suspiró— aunque me cueste admitirlo, nunca me molestarías.

—¿Segura?

—Muy— dijo asintiendo.

—Me alegro— carraspeó— Así que... ¿estás en pareja?

—No, Dani es solo una ami...— al ver la expresión de Brittany, se dió cuenta de lo que había dicho, e inmediatamente se arrepintió.

—¿Dani?— preguntó— ¿Danielle Stewart? ¿la doctora de mi mamá?

—Si— contestó— pero antes de ser la doctora de Susan, es mi ex. Se que es incomodo, y lo siento.

—¿El que tu primer y gran amor sea la doctora de la mamá de tu otra ex?— se rió, para restarle importancia— para nada.

—Ella fue mi primer amor, Britt, pero no fue mi más grande amor— respondió, bajando la mirada.

—¿No? ¿y quien fue?— preguntó, dando un paso hacia ella.

—Sabes muy bien la respuesta.

—Si, pero aún así es ella con quien dormis por las noches— respondió apenada.

—No... no es lo que estas pensando.

—Vamos, San. ¿Vas a decirme que vino a desayunar solamente? es evidente que pasó la noche acá.

—Lo hizo— admitió— pero... nada pasó.

—No tenes que darme explicaciones, Sanny... Santana, lo entiendo— contestó suavemente, y miró detrás de Santana— Hol...— se sorprendió al ver lo qué llevaba puesto.

—Hola, Pierce.

—Brittany... llámame Brittany— carraspeó, y miró la remera fijamente, para luego pasar su mirada hacia Santana— ¿En serio?

—Yo...

—Ah, si. San me prestó esta remera— contestó interrumpiendola.

—Es linda— fue lo único que pudo decir.

—Si, si, y cómoda— miró a la latina— ¿seguis siendo amiga de quien te regalo la remera? porque si la respuesta es no, me gustaría quedarmela— bromeó.

—No sé si amiga sea la respuesta correcta, pero si puedo decirte que tiene una hija con ella— murmuró Brittany riendo sarcástica, y después miró a Santana dolida— Tengo... tengo que ir a hacer algo ¿me avisas cuando vayas por Sugar? así te acompaño.

—Si— fue lo único que pudo decir, y la rubia asintió— Britt...

—Nos vemos en un rato, disculpen la...— señaló entre ambas— interrupción.

mentira- brittanaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon