Capítulo 50. Unidos

2.3K 310 79
                                    




Oven


Si esta zorra se cree que yo voy a hacer el trabajo sucio por ella es que está más loca de lo que ya me ha parecido.

Veo como se llevan a Hammer, lo que tengo claro es que tenemos que sobrevivir, después de toda la mierda que hemos vivido, tenemos que hacerlo.

Tengo el puñal en mi mano, y lo que me dan ganas es de clavárselo a esta gamma entre los ojos, pero eso y sobrevivir no combinan.

Piensa, Oven, piensa.

Así que hago lo único que puedo hacer, asentir y hacer como que obedezco su orden. Me puede la ansiedad por no saber qué coño le puede pasar a Hammer, pero salgo de la cocina a paso rápido, porque no sé qué más hacer.


El camino hasta la zona de celebración ya no es solo un camino de deltas, hay muertos, y escucho como alguien gime de dolor.

No puedo pararme para ayudarle, no puedo hacer malditamente nada, y es una puta mierda.

Noto como un delta me empuja para que siga caminando, no miro más a los lados, solo hacia delante.

Doy pequeños pasos, porque no sé que hacer, allí delante de la tipa esa me he venido muy arriba. Tampoco mentiré al decir que me he sentido importante cuando mi voz y mi opinión importaban más que las de un alfa, aunque ese fuera mi alfa.

Pero ¿y ahora?

Ahora parece que ando más para atrás que para adelante.

Siento como el delta me vuelve a empuja, y no me queda más remedio que entrar en ese círculo donde mi manada se retuerce de dolor, no es que me caigan muy bien, la verdad, aquí hay mucho hijo de puta, pero otros, otros no lo son.

Aprieto el puñal en mi mano, morir matando dicen que es muy épico, yo no lo tengo tan claro.


Me empujan hasta donde está el líder y los primeros, la estampa es desoladora, Dagger se ha arrastrado para sostener a su omega, inconsciente, ver a un alfa llorar es una puta locura, pero que este sea tu líder y llore sobre el cuerpo de su pareja, es doloroso, muy doloroso.

Él me mira, y siento que me está pidiendo algo imposible, qué sabe lo que le va a pasar y me pide que cuide de su omega, que lo proteja.

Aprieto con fuerza el puñal, con un nudo gordísimo que no me deja tragar. No es mi persona favorita, pero no soy una puta piedra.

Dagger saca una de sus dagas, y se levanta como puede, pero los deltas a mis espaldas se ríen.

—Todo tuyo, mátalo y te dejarán tener a tu mascota.

Malo era cuando la mascota era yo, pero vamos, que no ha nacido quien me diga qué coño tengo que hacer, y menos dos deltas de mierda.

Por el rabillo del ojo veo a Mop y Spoon, les están haciendo algo a los alfas, les están dando algo, y yo conozco mucho a mi Mop, y este gamma no sabe engañar.

Está haciendo como que toma un trozo de comida, pero con la otra mano, mete en sus bocas algo que les obliga a tragar.

Spoon le ayuda mucho más discretamente, y entonces sé que los van a pillar.

Yo soy único haciendo una cosa, tocarle los huevos a la gente, así que sé que esta es mi misión.

—Tú a mí no me ordenas, orangután con taparrabos.

La cara del delta es un poema, un poema bastante feo. Y su amigo no sabe qué hacer, está entre reírse o pegarme una hostia.

Al final intenta hacer ambas cosas, pero yo le araño la mano con el puñal que me ha dado la puta loca.

GammaWhere stories live. Discover now