Capítulo 55. Diez años después

4.7K 396 193
                                    

Saw

Cuando abro la puerta de casa, no me da tiempo ni a cerrarla, Honey sale corriendo y se me engancha del cuello, obligándome a cogerle en brazos.

Mi omega busca mi boca, pero no es lo único, noto la humedad en mis manos al agarrarle del trasero.

Y su olor me tumba de golpe, Honey es capaz de hacer eso, de ocultar su celo para hacerlo estallar de golpe.

—Te hemos echado de menos. —Axe aparece en mi ángulo de visión sonriendo y agarrando mi nuca para besarme.

Lo que provoca un gruñido en Honey.

Descubrir la sexualidad y posesividad de  nuestro omega ha sido toda una aventura.

Pero las demandas de su mano dentro de mi pantalón acariciándome, son órdenes.

—Ya estoy aquí, ya estoy aquí —le calmo buscando de nuevo sus labios.

—No te vayas tanto tiempo —me reclama, y juro que da igual el tiempo que pase, este omega me tiene a sus pies.

—¿Los cachorros? —le pregunto a Axe, y él solo niega desnudándose.

Nuestra relación no es la más común, tampoco nuestra familia. Yo he tenido dos alfas, una hembra, Silver; y un macho, Bronze.

Honey dio a luz a un omega, Golden. Y todos los ha criado él, no hay diferencia entre los hermanos. Y bendigo a la escuela por acogerlos a todos durante unas horas.

Axe desnuda también a Honey, el olor sin ropa es delicioso, él es delicioso. Pero el modo de sostenerme de Axe, posesivo y aún así gentil, es la combinación perfecta, siempre lo ha sido.

He estado con la manada de los lagos, ahora tenemos acuerdos con ellos, aunque a la mínima salta algún conflicto. Son unos hijos de puta salvajes, pero al final conseguimos entendernos, y sino, romper un par de mandíbulas siempre es un buen entrenamiento.

Axe se queda con Honey y con nuestros cachorros, pero es cierto que nunca he estado tanto tiempo lejos. Yo también los he echado de menos.

Noto como Axe me penetra, sin muchos miramientos, como nos gusta a nosotros, noto como me muerte, como me apesta con su olor de alfa. Noto cuánto me ha necesitado él también.

El cuerpo más suave y pequeño me pide que lo llene, pero no me voy a privar de lamerlo, y sus gemidos ya deben estar siendo escuchados por media manada.

Si a alguien le quedaba dudas de que había vuelto se han disipado.

Axe

Quizás mi omega es más expresivo en su recibimiento con Saw, pero no mentiré en que necesitaba que volviera.

Estamos manteniendo acuerdos con otras manadas, los Clear Mountain ya son aliados desde hace años, pero los de los lagos, son harina de otro costal.

Siempre temo que no vuelta, que las cosas se salgan de control y la pierda, la perdamos. Pero ella siempre vuelve, y estoy agradecido.

—Más fuerte —le pido, hemos cambiado posiciones, de nuevo, no es solo Honey el que la necesita.

Ella me penetra, Honey lame mi pene completamente lubricado, siento demasiado cerca mi nudo, y los dientes de Saw se clavan en la marca en mi cuello.

Honey ha desarrollado un gusto demasiado placentero por recoger todo mi semen en su boca; y me cuesta reconocer a ese omega temeroso que conocimos.

Nos costó meses que nos enseñara el modo de tumbarnos, lo que era capaz de hacer con nosotros, y contra nosotros.

GammaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora