Capitulo 22: Momentos mágicos.

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Dominik.

Todo el rato que pasamos en el auto, fue sumamente especial para mí, jamás lo olvidaré

No supero que Elba me dedicó una canción tan linda como esa, me siento privilegiado de tenerla a mi lado y espero que no sea un sueño.

Aparco el auto en uno de los estacionamientos principales de mi casa y miro a Elba, se retuerce las manos en el regazo ¿Por qué está tan nerviosa?

—¿Lista?— pregunto.

—Cariño... No sé, estoy nerviosa ¿Y si no les caigo bien?

—Ellos te amarán, ya lo verás— respondo, ella se ruboriza, por lo que cojo sus mejillas y la atraigo hacia mi, meto mi lengua en su boca y chupo sus labios, la siento temblar.

Me separo y vuelvo a hablar.

—Solo relájate un poco, mi niña hermosa.

Ella me dedica una dulce sonrisa.

Me bajó del auto y me dirijo a su puerta, la abro, ella sale y se agarra a mi brazo.

Mierda, que tierna es.

Voy a caminar hacia el maletero para sacar nuestras cosas, pero un gritito de mi nana me interrumpe.

—DOMINIK VINO CON SU NOVIA, VENGAN, VAMOS A RECIBIRLOS.

Los del servicio comienzan a salir ordenadamente, como si fueran robots.

Sólo hacen este tipo de presentación cuando hay eventos en la mansión, supongo que están tratando de impresionar a Elba.

Mi nana camina hacia nosotros.

Elba me suelta para ella pueda abrazarme, pero no lo hace, mi nana abraza a mi chica como si la conociera de toda la vida.

—Ay cariño, estoy tan feliz porque por fin le conocemos una novia a mi niño Dominik y eres tan hermosa.

Elba sonríe nerviosa.

—¿Y mis padres?— pregunto.

—Oh cariño... Tu madre tiene unas cuántas cirugías largas, por lo que estará muy ocupada hasta el martes o algo así.

—¿Eso de trabajar mucho no le hace daño al bebé?

—Eso mismo pregunté yo, pero dijo que ella va a descansar lo más que pueda.

—¿Y papá?

—Se fue ayer a un viaje de negocios, dijo que volvería el miércoles o jueves.

—Vaya...

¿Entonces no van a conocer a Elba este fin de semana? Que mal.

—Bueno nana, nosotros nos quedaremos hasta el domingo, gracias por recibirnos.

—Es tu casa mi niño, no tienes nada de que agradecer— responde con una sonrisa.

Yo veo como dos hombres sacan nuestras cosas del auto.

—¿Ponemos las cosas de la señorita en una habitación de invitados o...?— pregunta uno de ellos, creo que se llama Lion.

—Ponlas en mi habitación— respondo, luego cojo la mano de Elba— ven, te mostraré  la propiedad.

Cuando ya estamos muy alejados, ella habla.

—Que nervios, además, tu casa es hermosa.

—Amo este lugar, es relajante salir a caminar por los prados.

—¿Es más grande que el internado?

—No, es un poco más pequeño y aquí están las casas de todos los del servicio, somos como una gran familia.

Todos los días veo tu foto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora