Todos los días veo tu foto.

Capítulo 26: Gracias por todo.

Estoy sin palabras ¿Hice algo que le dió a entender que no quiero al bebé?

Siempre me habia imaginado esto, claro, siendo adultos, pero de todas maneras, siempre he querido tener hijos con ella y solo con ella.

Elba se cubre el rostro con las manos y llora desconsolada.

Me siento a su lado, en la cama y la abrazo, agarro su rostro con mi mano para que me vea, le doy varios besos.

—Jamás vuelvas a pensar eso, nunca te diría que hicieras eso y no pienso dejarte sola, estaremos juntos en esto— digo y ella me mira a los ojos para hablar.

—Pensé... Que por esto dejaría de gustarte.

Eso es lo más estúpido que he escuchado de su hermosa voz.

—¿No me tienes confianza?

—Si la tengo, pero cuando supe que estoy embarazada, se me vinieron tantas dudas y sentía que me iba a explotar en cerebro.

—Siempre ten presente que... Yo voy a dejar de gustar de ti y de preocuparme por ti, el día que alguien me demuestre que gusta más de ti que yo, que puede hacerte más feliz que yo y dudo que eso sea posible.

Ella me hace un puchero tan tierno, como si no pudiera creer lo que acabo de decir.

—¿Vamos a estar bien?— pregunta.

—Si cariño, los tres vamos a estar bien, aún así, lamento que todo sea tan rápido porque siento que arruiné una parte de tu vida.

—Tal vez no fue un embarazo planeado, pero al menos es contigo y eso me alegra por un motivo.

—¿Cuál?— pregunto.

—Te quiero.

Todo esto es muy difícil de asimilar en tan poco tiempo, voy a tener un hijo con mi crush y ahora confiesa que me quiere, tal vez no es un “te amo” pero escucharla decir que me quiere...

Creo que es como caminar por la ciudad perdida del Atlántida, siento presión en el pecho y como si no fuera cierto lo que acabo de oír.

—Yo también te quiero— respondo abrazándola.

Por fin he podido decirle 5% de todo lo que siento por ella y eso me hace sentir muy feliz.

Vamos a ser una familia.

Guío mi cabeza a su vientre y ella se sobresalta, pero no dice nada, solo observa.

—Haré lo mejor posible para ser un buen padre para ti— digo a mi hijo que no creo que me escuche, pero igual se lo digo con todo mi amor.

Elba ríe mientras acaricia mi cabello con lentitud, que sonido tan lindo.

Esto es una locura.

Los chicos entran y hablamos entre los siete, el ambiente se siente menos pesado.

Luego se van.

Ya mañana nos vamos a volver a ver en el internado.

Lo que sigue de madrugada, Elba duerme mientras yo acaricio su vientre, que por los momentos sigue plano.

***

—Ayer era tu cumpleaños y no pudimos celebrarlo bien— digo mientras Elba y yo bajamos del auto frente a el lugar para recordar, le tengo una sorpresa preparada.

—Estuvieron las personas que quiero, estuvo perfecto— dice mientras caminamos.

—Si, pero igual, deberíamos celebrarlo de alguna manera.

—¿Tienes algo en mente?— pregunta cuando entramos.

—No sé, comer con los chicos y divertirnos, pero sin alcohol— digo.