Un Reino de Leyendas

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"Somos esclavos sólo si dejamos que el destino nos controle. Siempre hay una elección"

Julie Kagawa

Era una noche en los caminos a lo que era una ciudad que de veía a lo lejos, un hombre con una gran maleta caminaba a paso lento, justo cuando la gran puerta se cerró, lo que permitía ver lo que era la gran ciudadela. No sólo ello, este soltó un suspiro.

-Vaya. Ha pasado tiempo desde que estuve aquí y ha habido cambios, pero me imagino que no tantos como uno esperaría.

El hombre agradeció al guardia que vigilaba la puerta por su ayuda al ingreso a la ciudad, para luego seguir su camino hacia el centro de esta.

Caminó y caminó, notando como la vida nocturna se apoderaba del lugar.

Llegó a un punto que le pareció bueno, para dejar su enorme maleta de la cual se cayeron varias máscaras.

-Ah, que tonto de mí. – Recogió una máscara que parecía tener la forma de un corazón, para luego... girar. – Oh, no sabía que había gente viéndome. Que vergüenza.

El hombre en cuestión era delgado, así como también de un cabello corto marrón. Sus ojos parecían estar cerrados y una sonrisa marcaba su rostro.

-Jeje. Bienvenidos a los que se han atrevido a venir. Soy el Vendedor de Máscaras de Felicidad. De seguro ya me conocen y... - la imagen se empezó a ir a otro lado. - ¡Nonono! ¡No se vayan! – el hombre apareció de nuevo frente a quien le hablaba. – Sé que no vienen a verme a mí, pero alguien los debe de ayudar a meterse a esto.

El hombre sacó de su mochila varias máscaras, mostrando la que parecía ser una en forma de un muñeco de madera. Era extraña...

-Puede serlo, pero hace muchos años... la usó un guerrero para salvar un reino que nadie conoce. Tiene su historia, así como las demás. – El vendedor de Máscaras simplemente sacó otra, está vez mostrando una que parecía ser blanca y con el dibujo de un ojo. – Pero la verdad, siempre es solo una.

El Vendedor pasó a ver lo que era el enorme Castillo que estaba en medio de la gran Ciudadela. La miró con atención, antes de pasar a ver de nuevo a quien lo acompaña.

-Pero no creo que estén aquí para oír los desbarates aburridos de un Vendedor de Máscaras viejas. ¿no? – sonrió de manera misteriosa y hasta divertida. – Sé que están aquí para oír una historia. Una de las tantas que abundan en este reino. Pero creo que hay una que todos han oído una vez al menos, la del Niño que se volvió Hombre, para salvar el Reino. La de un Héroe que viajó a través del Tiempo para derrotar a un Rey Demonio. Pues... Esa es la historia que les relataré el día de hoy.

El Vendedor sacó de su maleta, lo que era como un pequeño cuaderno, mirando lo que estaba ahí, asintió y...

-Excelente, estamos a buen tiempo. Sin contratiempos, es más, estamos adelantados. – Guardó su cuaderno y... - Sería bueno que de esta manera, les dé un resumen y un contexto de la historia que oirán. ¿les parece? – el hombre asintió. – Perfecto. Me gusta ese entusiasmo. Ahora, veamos cual es el origen de todo.

Era el momento de la historia.

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En una tierra lejana, una que es bendecida por los cielos y por sus Diosas, esta tierra llamada Hyrule es una donde las leyendas son realidad, esta tierra que fue elegida por las Diosas ha sido prospera desde que la Diosa Hylia en su encarnación mortal y el Héroe Elegido por ella la fundaron después de derrotar al Heraldo de la Muerte, ser de pura maldad que su único deseo era destruir el mundo creado por las Diosas.

The Legend of Zelda: Ocarina of Time REDUXWhere stories live. Discover now