Verdades Reveladas

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En el interior de la casa de Saria, se podía ver el como la reina Selene estaba con una expresión triste.

Había regresado de hablar con el brote del Árbol Deku. El pequeño ser le había comentado todo lo que sabía en relación a lo que le había pasado a Mari y...

Fue mucho que digerir para la reina. El saber el destino final de su amiga, la hizo sentir que no la honró como debió.

Aún herida, sabiendo que iba a morir, llegó hasta este lugar y pudo dejar a Link a salvo. Y siempre sintió que esa era la manera en la que Mari habría deseado irse.

A pesar de que recién tenía 18, Mari era fuerte y valiente. Amaba a Link, que priorizó su supervivencia a la suya misma. Lo que la hizo sonreír a pesar de la tristeza y el obvio dolor que sentía.

Y en honor a su amiga, debía de decirle a Link la verdad. Por más inútil que suene, merece saber quiénes eran sus padres. La clase de personas que eran, así como también lo que ellos lograron.

Por eso, cuando oyó que iban a la casa de la que ahora era el Sabio del Bosque, supo que era una oportunidad. Dado que esa Kokiri había cuidado a Link...

Una vez fue a verlo, se vio con la enorme sorpresa de que estaban viendo las cosas de bebé de Link. Algo penoso para el muchacho por lo que vio. Y no sólo ello, también estaba la tela que ella le había dado a Mari.

El día que ella se iba a esa aldea con León, le entrego una de las mantas que tenía. Originalmente había hecho varias para Zelda, pero una la dejó para Link. Como un pequeño regalo.

Mari se negó, decir que era mucho el solo recibir algo así de caro, porque la tela era la más fina que se pudo hallar.

Pero tanta fue su insistencia, que Mari aceptó el regalo. Diciendo que se lo pagaría luego con su propio regalo para Zelda.

Jamás pasó... esa fue la última vez que la vio en vida. Y aún le da dolor el recordarlo.

Pero al final, aquí aún estaba el recuerdo vivo de Mari con Leon.

Link miró a la reina, quien se dio el lujo de caminar a donde estaba Zelda, sentarse a su lado y tomar la tela con sus manos para poder verla fin sus propios ojos.

-... Esta tela era de las tantas que le hice a Zelda. Era una madre muy nerviosa, que exageré en varias cosas. Mari me decía que me relaje, pero ella era igual con Link. Lo protegía mucho...

Selene alzó la mirada y notó la mirada de todos.

-... Madre. Dices que...

-La tela se la di para que cubra a su hijo con ella. Hacia frío en esos días, más en la zona donde iban y eso podía ser malo para el bebé. Y... fue la última vez que la vi. A ella, su esposo y su hijo. Unos días después, hubo un ataque a ese pueblo.

-Lo recuerdo. – Shawn habló al saber de ese acontecimiento. – Fue un evento en donde uno de los pueblos que estaba surgiendo fueron atacados por los que quedaban de los enemigos que fueron derrotados en la Guerra Civil.

-De manera oficial, así es. Pero nunca supimos quienes generaron el ataque. Sólo que León defendió el pueblo con los soldados que tenía a su disposición. Siendo él una de las bajas... peleando hasta el final.

Selene alzó la mirada. Posó sus ojos en Link, quien estaba acercándose. El chico se sentó, esperando que ella siga con el relato.

-.... Puede que sea difícil de creer. Pero eres el vivo retrato de tu padre. Eres igual a Leon a esta edad, pero tienes la mirada alegre e inocente de Mari. Y la testarudez de los dos... es más, el nombre Link no es común en estos días. A tu padre se le ocurrió, porque pensaba que serías el lazo a algo más grande.

The Legend of Zelda: Ocarina of Time REDUXWhere stories live. Discover now