Interior de Jabu Jabu

306 24 9
                                    

"No Limites tus Retos. Reta tus límites"

Anonimo

Zelda se estaba preparando para pasar el resto del día con los que serían sus amigos... al menos así es como lo ve.

No sólo ello, también tenía que terminar sus estudios. Y demás. De los Gerudos no había descubierto más nada de lo que se sabe. Y mucho más, tampoco es que haya tenido el tiempo de hacerlo.

Entre los estudios, las clases de Arpa, que aún es muy buena, y demás... no ha tenido tiempo para ella.

-Siento que, de alguna manera, alguien desea que esté muy ocupada. – Quizás era así. O quizás eran ideas suyas. No lo sabe. Y no le importaba.

Ahora mismo, la chica estaba con la clara certeza de que el mundo conspiraba contra ella.

Miró el cielo por la ventana, soltó un suspiro y alzó la Ocarina del Tiempo que tenía en sus manos. No sólo ello, también tenía que pensar en que hacer una vez Link regrese con todas las piedras Espirituales.

Y pensando en Link, la niña pensó en que estaba haciendo el muchacho. Esperaba que esté bien.

A su mente iba el recuerdo de la cara que él tenía cuando le dio ese beso en la mejilla.

El sólo recordar el como él se quedó, le hizo al alzar la comisura de los labios, hasta formar una sonrisa. Que de inmediato trató de borrar.

-¡Agh, deja de pensar en eso Zelda! ¡Sólo le dabas un gracias! ¡No es mi culpa que él se haya puesto así por un besito! – la princesa trataba de no dejar que las emociones se le suban a la cabeza.

Si, debe de dejar de pensar en ese momento. En Link y en lo lindo que se veía con la cara de confundido y...

-¡AH! ¡Ahora es peor!

-¿Qué es peor? – Zelda dio un salto a la vez que guardada la Ocarina del Tiempo bajo su almohada. - ¿Hija?

-¡Mamá! Ahm... ¿Nada? – Siempre le fallaba el ingenio y el arte de las mentiras a la hora de la verdad, sobre todo con su madre. Agh, mátenla Diosas.

-Aja. A mí no me engañas jovencita. Estás así por algo o alguien. – ver cómo Zelda se tensaba, hizo que Selene sonría. – Ya veo.

-¿Por qué entras a mi habitación sin tocar antes mamá? Es una invasión a mi privacidad. – Zelda trató de desviar el tema.

-Puedes que seas la princesa de Hyrule, Zelda. Pero yo soy tu madre y eso supera todo rango real que puedas tener. – ahí no fue capaz de decir nada. Demonios... - Vine a decirte que Blason y Diana están en tu jardín personal para poder pasar el día.

-Entiendo. – La niña asintió. – Aún no sé cómo hizo Blason para que su padre lo deje pasar el día conmigo y Diana. Que yo sepa, su padre detesta al padre de Diana.

Selene le tuvo que dar la razón, el padre de Diana era un muy buen mercader que viene de una larga línea de estos. Sino tiene mal entendido, el padre de Diana era primo en cuarto grado de Mari.

Y cuándo ella se casó con León y quedó embarazada, le dejó el encargo del negocio a él hasta que pueda volver, ya que deseaba cuidar a su hijo hasta que tenga cierta edad. Eso jamás pasó, lamentablemente.

La reina dejó de lado los recuerdos tristes. Para centrarse en lo que sería lo importante...

Los dos padres de Diana y Blason no se ven a las caras, dada la diferencia de opiniones que tienen en relación al estatus que uno tiene. Además, de que estaba el hecho de que uno jamás había olvidado el gran progreso de Leon en sus años de servicio.

The Legend of Zelda: Ocarina of Time REDUXWhere stories live. Discover now