El Templo del Fuego

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El ingreso al Templo del Fuego fue, en cierta manera, más calmado del que fue el Templo anterior.

Link se vio en lo que era una enorme sala, que tenía frente a él unas escaleras que lo llevan a un nivel superior. A su vez, al lado de esta en una cierta profundidad, por un lado puede ver una puerta y al otro, como una especie de tótem hecho del material de lo que parece estar hecho el resto del templo.

Link caminó hacia la puerta primero. Pero estaba cerrada... y desde adentro. Eso lo hizo fruncir el ceño y soltar una maldición por lo bajo.

Fue al otro lado y tocó el tótem, el cual parecía estar para que se mueva usando una fuerz que Link no posee.

-Parece que solo me queda tener que subir las escaleras.

El muchacho empleó marcha hacia las escaleras y no tardó en subir los escalones, para poder saber que puede haber aquí.

Al llegar a la parte de arriba, Link se vio con lo que eran dos caminos. A la derecha, vio lo que era una puerta. Pero estaba con un enorme candado, lo que conlleva a que deberá de hallar una llave. Y a su izquierda, la puerta estaba para que la pueda abrir.

Camino en dirección de esta puerta, para poder tener en cuenta de que incluso tocar la manija para abrir la puerta, mostraba el calor del lugar. Le ardió solo tocar esa cosa, pero le quitó importancia.

Abrió la puerta y al cruzarla, llego a una nueva zona. Esta tenía la forma de un enorme rectángulo, a sus lados había dos construcciones que parecían llevar a un lado, en la parte del techo había como una especie de protuberancia que... parecía estar a borde de caerse, pero no era así. Y abajo, había solo lava. Un lago de lava por así decirlo.

Pero lo que llamó la atención, era que al frente se hallaba una pu7erta grande, con inscripciones a los costados de los pilares que parecían custodiarla, que eran como la cabeza de un dragón o algo así. Link no estaba seguro, dado que su visión se centró en quien estaba frente a la puerta.

-¡Darunia! – El joven gritó el nombre del Goron, quien se detuvo y giró para ver quien lo estaba llamando.

-¿Quién me goro-habla? – El Goron se fijó en la persona que estaba al otro lado de la sala y... - Esas ropas. Y ese goro gorro... ¡Link! – El Goron sonrió al ver al muchacho tras 7 años. – ¡No sabes la alegría que me da verte tras estos 7 goro años! ¡Mírate, eres ya un hombre!

Link sonrió al escuchar al Goron, se notaba que era el mismo de siempre. Y eso lo hacia todo más sencillo, al menos para él. Pero no fue capaz de decirle que lo de adulto, aun estaba lejos de la realidad.

-Me alegro de verte Darunia.

-Lo mismo digo Link. – Darunia también se mostraba de ver al muchacho que hace 7 años los ayudó. – Pero me imagino que tu llegada aquí no ha sido por casualidad.

Es verdad, las reuniones y las conversaciones pueden esperar. En estos momentos debe de decirle lo que sabe.

-Si. La Montaña de la Muerte...

-Si, lo sé. Hará erupción en solo días. Y eso no es bueno, más al no entender el porque Volvagia está actuando de este modo. – Darunia miró el dibujo que yacía en el muro. – Hace años, todo líder de la tribu aprende la verdad tras la Leyenda del Dragón Volvagia. Es verdad que el primero se comía Gorons, pero el que le vino fue más pacífico. Solo tratando con los Gorons por formalidad y se encargaba de regular la energía que hay en el volcán. Pero...

Link vio como Darunia soltó un suspiro, como si le fuera difícil decirlo.

-Tras la caída del Reino, Ganondorf vino un día. Solicitando que le juremos lealtad. Nos negamos, los Gorons somos leales a los que consideramos hermanos. Y el Rey Daphnes fue hermano de todos los Gorons. Y así será siempre. Y eso no le gustó al Gerudo.

The Legend of Zelda: Ocarina of Time REDUXWhere stories live. Discover now