Volveré Hacia el Ayer LIBRO 1 Y 2 COMPLETOS💚

7 ► La chica nueva

HOLAA! ¿Cómo están? Aquí traigo nueva actualización 😈

 ¿Qué hora es en su país? :3 

ASTON FARETT. 

Mi familia y yo nos encontrábamos en el comedor. Nadie hablaba ninguna palabra; es más, ni siquiera nos atrevíamos a comer, bueno, excepto Luck, que parecía no tomarle el peso real de la situación por ser demasiado pequeño. Aquí en la ciudad todos estábamos preocupados, incluso vecinos —quienes no tenían idea de la situación— colocaban carteles en los postes de luz que decían un tortuoso «se busca». Diana salía todas las mañanas a la biblioteca para traerle libros de física a mi padre. Lo que acontecía a Frijol... Frijolito o como Oris le haya puesto, estaba triste, pero bien cuidado por nosotros. 

—Estuve sacando fórmulas matemáticas anoche y... —Papá tenía un tono de voz temeroso. Sabía, estaba consciente que mamá lo culpaba por la desaparición de mi hermana; lo cual era notorio el miedo al hablar. Ya ni siquiera se arreglaba un poco, solía llevar una camisa andrajosa y una barba desarreglada—. Creo que Oris viajó al tiempo en donde se construyó la máquina. 

—¿Qué quieres decir? 

—Que construí la máquina el año noventa y cinco. Todo el tiempo que tardé en construirla es el tiempo que retrocedió Oris... Aunque... Papá en los años sesenta construyó la máquina de manera oficial, pero según me dijo... 

—Que se destruyó en un incendio —completó una voz que nos hizo girarnos a todos.

Nuestro abuelo, Aker, estaba frente a nosotros. ¿Cómo se pudo haber levantado? No encontraba las respuestas, no entendía cómo pudo colocarse de pie cuando el médico dijo que no podía caminar. Sin embargo, ahí estaba, con un bastón a su lado y con la respiración algo agitada. Cuando el silencio ya dejó de ser una opción, comenzó a caminar lentamente hasta sentarse al lado de mi hermano Luck. 

—Papá, no deberías estar aquí... 

—Ay... —exhaló— Esa máquina efectivamente se quemó en un incendio en el 1965. Y creo que ya estoy entendiendo el por qué. 

—Suegro, no me importan sus historias. Mi hija debe estar asustada. Quiero encontrarla. 

Agaché la cabeza y me fregué la frente, abrumado y cansado. El abuelo lucía fascinado contando la experiencia, pero mi mamá, al parecer, tenía razón. Además, no sabíamos si él estaba en una etapa donde la demencia podía interferir. 

—Pues tienen para rato con la búsqueda... —intervino mi hermano Jassen con una bolsa de hielo en la cabeza producto de una riña en una fiesta—. Oris no sabe ni siquiera dónde está parada.

—Basta. No seas malo con Oris. Tú sabes que ella necesita su medicación y... 

—Bueno ya basta, ¿no? —papá interfirió, hastiado—. Aquí fue culpa de ella que siempre anda metiendo sus narices donde no debe. Y tú, Aston no cuidaste de ella. 

—Ustedes son sus padres, no Aston —intervino nuevamente Jassen. 

—Papá... Tú fuiste un astrofísico muy reconocido... Incluso estuviste a punto de ganar el Nobel de ciencias con tus investigaciones. Ayúdame con mi hija... ¿sí?