Conociendo a Sasuke-chan

362 39 4
                                    

Itachi e Izumi iban corriendo por la aldea, la castaña corría mientras jalaba a Itachi que para sorpresa de algunos ninjas y aldeanos que pasaban por ahí no hacía nada para zafarse del agarre. A medida que se iban acercando al distrito de los Uchiha, Izumi aflojaba su agarre hasta soltarlo por completo cuando llegaron allí.

A Izumi no le importaba si hablaban a sus espaldas o la miraban mal, pero estaba con Itachi y no quería que saliera perjudicado por estar con una mestiza, por lo tanto decidió mantener la distancia por el momento. Itachi se extrañó por el comportamiento de Izumi; ella se encontraba tensa e incómoda, además estaba alejándose un poco de él mientras caminaban. Eso fue hasta que notó algunas miradas llenas de veneno dirigidas a Izumi. Él no pudo evitar preguntarse ¿Por qué? ¿Por qué la ven de esa manera? Inconscientemente, apretó los puños, sintiendo por primera vez enojo hacia su clan hasta que la suave voz de Izumi lo sacó de sus pensamientos.

—Ya llegamos Itachi-kun—avisó en un tono un poco más bajo de lo que pretendía

—Hn—emitió un monosílabo entrando a la casa seguido de la castaña

Cuando atravesaron el umbral de entrada del edificio se quitaron las sandalias ninjas y las dejaron junto a la puerta

—¡Estoy en casa!—anunció en tono seco, carente de emoción

Tan pronto como Itachi dijo eso, Mikoto salió de la cocina con un aspecto demacrado. Sus ojeras que se marcaban profundamente en el contorno de sus ojos, junto a su cabello usualmente prolijo e impecable que en ese momento llevaba atado en un moño descuidado y la ropa sucia que llevaba le sacaron una mueca a ambos pequeños. Lo menos alentador fue ver que sonreía o eso intentaba, ya que parecía más una mueca que una sonrisa.

—Bienvenido Itachi—dijo con calidez. Su mirada se deslizó a su acompañante iluminándose al instante—Hola, Izumi-chan—saludo con más energía

—Buenas tardes Mikoto-san—dijo con una encantadora sonrisa, pero se detuvo reparando en su aspecto y ofreció con cortesía—¿Puedo ayudarla en algo?—preguntó preocupada por su situación

Mikoto iba a decir que no, pero se detuvo a sopesar la oferta. A decir verdad estaba exhausta; Sasuke es un bebé muy revoltoso y enérgico que solo se dejaba cargar o atender por ella e Itachi (Fugaku lo había intentado una vez... digamos que no resultó bonito) y por eso no lo podía dejar con nadie más. Aunque claro que Itachi le ayudaba con lo que podía, pero él no tenía el tiempo para cuidar a Sasuke siempre, así que solo quedaba ella y ya no podía más. Necesitaba con urgencia una ducha y una siesta, así que ¿por qué no?

—Si—aceptó con cansancio—¿Podrías cuidar a Sasuke-chan por un rato, por favor?—preguntó con un brillo de esperanza en sus hermosos ojos ónix

—Claro Mikoto-san, me encantaría—dijo con sinceridad reflejada en sus ojos, siempre expresivos y llenos de vida

—Gracias, Izumi-chan—dijo extremadamente agradecida, pero de pronto una duda asaltó su mente—¿Tú también vas a cuidar a Sasuke-chan, Itachi?—preguntó con genuina curiosidad mientras lo observaba

A decir verdad Itachi iba a dejar a Izumi con su madre y Sasuke para irse a entrenar, quería practicar un nuevo jutsu que le enseñó Shisui, pero al ver la situación esa posibilidad desapareció, tendría que despedirse de su entrenamiento.

—Si—dijo asintiendo con la cabeza con algo de resignación

De todos modos, no podía dejar a Izumi sola con Sasuke. No es que desconfiara de Izumi, sino que a su hermanito no le gustaban los extraños y no podía dejar que ella hiciera todo el trabajo, eso sería abusar de su confianza. Tampoco era algo tan malo, podía descansar un día del entrenamiento y pasarlo con Sasuke, su querido hermano menor, su hogar, la razón por la que sigue viviendo en este infierno que llaman tierra.

Volví por tiWhere stories live. Discover now