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Después de ese día me volví como un niño recién ingresado a la primaria; absorbía información como si no hubiese un mañana. La diferencia es que no estaba aprendiendo letras o números, sino de la vida y la familia en general, pero mi materia favorita era «Aprender sobre la vida de Wonho» y nunca me cansaba de eso.

Al estar completamente en confianza con mi novio, me la pasaba como un niño preguntón queriendo saber todo sobre el, y así fue que me enteré de muchas cosas importantes que normalmente no saldrían fácil en una conversación aleatoria.

En primer lugar mencionar mi parte menos favorita... Wonho tenía tres ex-novias, que horrible. En realidad ninguna fue tan seria y duradera como lo fue la madre de su hijo, pero igualmente me picaba en el corazón una espinita de celos de saber que alguien más tuvo a mi hombre en sus brazos. Aunque claro, esas cosas prefería olvidarlas porque si yo mencionara mis noviazgos oficiales y los no-oficiales, el malo del cuento sería yo. Pero eso no era importante, lo verdaderamente lindo de eso es que yo fui el primer  y̶ ̶c̶l̶a̶r̶a̶m̶e̶n̶t̶e̶ ̶e̶l̶ ̶ú̶l̶t̶i̶m̶o̶ hombre de su vida.

La segunda cosa que me llamó la atención fue saber acerca de su familia. Según sus relatos, su familia constaba de sus dos padres, una hermana mayor y él, quien nació inesperadamente cuando sus padres ya eran bastante mayores.

En una de nuestras salidas con su hijo a un restaurante me contó con tristeza que su padre había fallecido diez años antes, pero que al menos había vivido una larga vida y que después de quedar viuda, su madre se fue a vivir con su hermana al extranjero, y que pocas veces se veían.

Al parecer vivieron todos juntos hasta que su hermana se casó con un extranjero y se fue del país, más tarde ocurrió la muerte de su padre y su madre también se fue del país, entonces se quedó solo en ese lugar tratando de hacer una vida cuando conoció a la madre de su hijo, pero las cosas no habían salido tan bien y terminó siendo padre soltero.

Mientras escuchaba su historia, mi corazón se conmovió al imaginar lo duro que debió ser enfrentar todas las cosas por su cuenta, pero que aún así era capaz de mostrar una bella sonrisa para su hijo y para mí. Eso me hacía enamorarme cada vez más de él, y querer apoyarlo para ser la familia que él necesitaba, y el primer paso para lograrlo era tener una buena relación con su pequeña bestia.

Afortunadamente lo estaba logrando, poco a poco, pero al menos avanzaba.

Durante los últimos días había tratado de comprarle comida o juguetes para contentarlo además, de vez en cuando planificabamos algo así como citas familiares, y Wonho lo llevaba con nosotros para que se acostumbrara un poco a mi presencia. No es como si interactuaramos realmente, pero incluso yo estaba acostumbrandome a la presencia del niño y eso me daba ansiedad y me ponía feliz en partes iguales.

Y quien supo de mis logros fue claramente mi psicóloga. De hecho creo que a veces la mareaba con mis charlas cuando claudicaba entre la ansiedad y la felicidad, pero afortunadamente gracias a su ética y empatia, siempre supo qué decir, y sus consejos eran muy eficaces en mí.

Sentía que estaba creciendo personalmente y emocionalmente, Wonho ya se sentía como parte de mi familia y no podía negar lo mucho que me gustaba, por eso decidí dar el siguiente paso y presentarlo a mi padre oficialmente como mi novio, y también presentar a su hijo a mi familia. Entonces elegí el restaurante de un chef que era amigo de mi padre para poder organizar la cena familiar que tanto anhelaba, y mi papá no tuvo problemas con eso, al contrario, él estaba más tranquilo que yo.

—Hyungwon... —me llamó, tocando mi brazo para que me tranquilizara, pero no lo dejé terminar de hablar.

—No me pidas que deje de mover la pierna, porque no puedo. —me sinceré al conocer su petición antes de que me la dijera.

Karma Se Escribe Con Mayúscula Where stories live. Discover now