Capítulo 25

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El pequeño rizado camina por el pequeño pasillo, ese que ya se lo sabe de memoria y que podría simplemente pasar por allí con los ojos cerrados sin perderse, sus brazos están repletas de juguetes (o bueno lo que mas pueden soportar sus pequeños y pálidos brazos) tiene una barbie y un ken, un poco gastado por los años, tres pequeños autos de juguete, y sus tan adorados peluches.

La razón por la cual lleva tantos es porque porque se encontrara con Louis, y quiere enseñarle los juguetes que había encontrado en un cajon que estaba en su casa, los había recolectado especialmente para que el ojiazul y el jugaran.

Llego a la puerta y no tuvo que golpearla ya que estaba abierta, cuando se adentro pudo ver a Louis sentado en la pequeña alfombra blanca con muchos legos a su alrededor, Harry se sentó a su lado como pudo, y dejo los juguetes cerca suyo, aunque su oso de peluche no lo soltó en ningún momento.

"Hazzi, ¡llegaste!"

"¡Si! mi mami dijo que dijera que nos demoramos porque había tráfico, pero no es verdad. Mami y papi gritaron mucho"

Louis no paró de jugar con las piezas de colores que habían a su alrededor, pero si empezó hacer sus movimientos más lentos, para poder prestarle mayor atención al rizado.

"¿Gritaron?"

"Si, siempre lo hacen" tomo entre sus manos los autitos que había traído "¿Los tuyos no?" preguntó con verdadera curiosidad, tenia las cejas un poco fruncidas y su cabeza levemente ladeada.

Louis lo observó, y intento recordar a sus padres gritando pero no había ningún momento en los que ellos lo hicieran "No" respondió luego de pensarlo.

Harry no respondió, en cambio le entrego los autos que tenía en sus manos, para que ambos pudieran jugar. Louis los recibió con una sonrisa en su rostro.

No era raro que Harry pasara en la casa de Louis con un poco de frecuencia, para Jules era mucho más fácil dejarlo allí y pasarlo a buscar cuando se hiciera de noche.

Las peleas entre ella y el padre de Harry eran cada vez más frecuentes que de lo normal, peleaban a cada hora y era una vergüenza para ella decir que en muchas ocasiones no fueron solo discusiones verbales... Emma y Harry ahora podían ver y escuchar cada palabra y acción que sus padres hacían, ahora ya no hacían en algún lugar en que no pudieran escucharlos y es que ya no les importaba demasiado.

Miranda sabia de todo esto, ella y casi todos sus conocidos, es por eso que ofreció que Harry se quedara en su casa solo por el día, mas que una ayuda para Jules, fue una ayuda para el pequeño rizado, podia entender que para él era difícil vivir en un ambiente así, al igual que para Emma, a ningún niño le gustaría.

Así que mientras Emma estaba en el colegio, Harry se quedaba con Louis, lejos de su propio hogar.

Las cosas no mejoraban, y no parecía que lo iban a hacer pronto, Jules se rehusaba a salir de allí, porque no tenia a donde llegar y porque después de todo estaba ciegamente enamorada.

Y Alex estaba tan ciego de todo el daño que estaba les estaba causando a sus hijos que simplemente hacía como si nada pasara y todo fuera normal.

Los años pasaban y Louis había entrado a primer año, Harry ya no vería con la misma frecuencia al pequeño ojiazul porque aun le quedaba otro año que cumplir en el jardín. Harry ahora pasaba los días completos en su casa.

Todo era peleas, pero quizás como otras familias, tenían sus buenos momentos, en los que sus padres intentaban pasar mas tiempo de calidad con sus hijos, haciendo cualquier cosa como; ver una película los cuatro en el sillón, o salir a tomar un helado. Harry era feliz en esos momentos.

F*** u Tomlinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora