Capítulo 16: Otra vez

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Pov Carlos 

Iba conduciendo hacia el hotel después de la fiesta de Ferrari por la victoria de Charles y mi segundo puesto. Llevaba a Lando de copiloto quien me miraba serio, y a Gala detrás que se había pasado con un par de copas, quien estaba luchando por no quedarse dormida mientras se quitaba los zapatos. 

Estaba enfadado con ella, pero no podía decirle que estaba enfadado porque había tonteado con Charles. Pero es que no puedo evitar sentir celos al verlo con otro hombre que no fuera yo, aunque sé que soy la persona que menos se merece a alguien como Gala, pero ojalá hubiera estado en el lugar de Charles esta noche. 

Llegamos al hotel, y sorprendentemente Gala llegó a la habitación por su propio pie. Me despedí de ambos y me fui a mi habitación mientras escuchaba las risas de Gala con Lando  en el pasillo, por lo que supuse que dormirían juntos. 

Me acosté en la cama, e intenté dormirme lo más rápido posible para no pensar en nada, y así fue, en menos de cinco minutos estaba durmiendo.

Pov Gala

A la mañana siguiente de la fiesta, mi cabeza iba a explotar, otra vez me había pasado un poco con la bebida aunque al menos no tendría que trabajar, cogería el avión rumbo a Madrid y me la pasaría durmiendo. 

Me desperté y como costumbre me encontré con Lando durmiendo profundamente, pero esta vez no le iba a dejar dormir así que lo desperté. 

- Entonces ¿qué te traes con Charles? - me preguntó Lando después de haber hablado durante un rato.

- Nada, no hay nada, solo somos amigos, simplemente bailamos porque ustedes dos son unos aburridos y no os levantasteis de la silla en toda la noche - dije reprochándole lo aburrido que había sido en la fiesta de anoche - quería bailar, y baile con él al igual que con George y Gasly.

...

Después de un par de horas, tenía que poner rumbo hasta el aeropuerto donde me llevaría hasta Madrid. Estaba en la entrada para pedir un taxi que me llevara hasta el aeropuerto cuando apareció Carlos, quien estaba algo enfadado.

- ¿Qué esperas? - me preguntó.

- Un taxi que me lleve al aeropuerto - le dije sin recibir una mirada por su parte.

- ¿Por qué no me has dicho que ibas para el aeropuerto?, viajamos juntos ¿no te acuerdas? 

- No me acordaba, y tampoco quería molestar.

- Anda vamos o llegaremos tarde - dijo Carlos mientras nos dirigíamos hasta el coche.

El camino hasta el aeropuerto fue en silencio, mientras que yo miraba la ciudad y pensaba en todo lo que estaba por venir. 

...

12 horas más tarde.

Por fin habíamos llegado a Madrid, el vuelo se retrasó una hora, por lo que tuvimos que esperar, y las nueve horas de viaje me habían supuesto un dolor de cabeza que me tendría dos días en la cama. En el aeropuerto pedí un uber ya que no iba a hacer a Carlos entrar en el centro de Madrid cuando él vivía en las afueras. El viaje con Carlos fue aburridísimo, estaba enfadado por algo y no me lo quería decir por lo que apenas me daba conversación, en fin, cosas de hombres.

Después de casi una hora de camino, ya estaba en mi piso; avisé a mis padres de que había llegado y me eché a dormir, el dolor de cabeza que tenía me estaba pidiendo a gritos que me acostara. Bajé las persianas, corrí las cortinas y me eché directa a la cama.

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Un mes más tarde

Este mes había sido una auténtica locura, viajamos a Australia que fue increíble, Daniel, el compañero de equipo de Lando, es australiano, por lo que a Lando y a mi nos enseñó una parte de Australia, que realmente me robó el corazón, volvería sin duda. La carrera fue un paseo para Charles, ya que quedó primero sin apenas lucharlo, ya que parecía que iba volando; por su parte Carlos volvió a quedar segundo y se sentía aun más frustrado, estaba insoportable. Mi relación con él las primeras semanas después de volver de Arabia Saudita, fue nula, apenas hablamos, y bueno él tendría sus razones. Después vino el circuito de Emilia Romagna, en Italia, la casa de Ferrari, más presión para Carlos; este último volvió a conseguir un segundo puesto, pero el monegasco tuvo de abandonar en mitad de la carrera, por lo que no había ido nada bien. Ahí la relación con Carlos mejoró un poco, pero no como antes, y yo estaba ya que no sabía que hacer con él. El último circuito al que fuimos fue Miami, circuito nuevo, la ciudad estaba impresionante, y los pilotos estaban expectantes sobre lo que pasaría en la ciudad, además de que viajamos hasta una semana antes ya que había miles de eventos programados con ellos. 

Y bueno, esta semana iba a ser más tranquila ya que el gran premio era en Barcelona, en España. Carlos estaba emocionado, tenía muchas ganas, por lo que me hacia saber Lando, ya que él no me hablaba mucho más. 

...

Acababa de llegar a Barcelona, había cogido el primer tren que salía desde Madrid para llegar lo más temprano posible a la ciudad condal. Llegué al hotel, el cual estaba cerca del circuito y subí a mi habitación, otra vez planta cinco habitación cincuenta y cinco, esto parecía de broma. A cada hotel que iba, todas las habitaciones eran la cincuenta y cinco en la planta cinco, en fin. Me dieron miles de cosas en recepción que había dejado el equipo de DAZN para mí, y yo por no hacer esperar a la gente para que hicieran el checking, opté por llevarlo todo en la mano, mala idea. Subí por al ascensor, entré en el pasillo donde se encontraba mi habitación, llegué hasta la puerta de esta y cuando intenté coger la llave la habitación, adivinen que me pasó, pues lo que tenía que pasar. Todas las cosas que llevaba se me cayeron, todos los papeles esparcidos por el suelo, los bolígrafos, las acreditaciones, en fin un caos. Me maldije una y otra vez por lo torpe que era mientras intentaba recoger lo más rápido posible los papeles del suelo, antes de que alguien me viera, cuando la puerta de enfrente a la mía se abrió. Mi cara se puso roja como un tomate y me puse más nerviosa de lo que ya estaba.

- No sé por que pero sabía que eras tú - dijo la voz de Carlos que salía de la habitación.

- ¿Carlos? - dije mientras dejaba caer otra vez los papeles.

- Anda estate tranquila que te ayudo - dijo este y se agachó para ayudarme. 

Empezamos a recoger los papeles y demás, ya quedaban unos pocos y dió la casualidad de que ambos decidimos coger el mismo, nuestras manos se juntaron y una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo, y como si tuviéramos un imán las manos seguían juntas, nuestras miradas se cruzaron y nuestros rostros cada vez estaban más cerca. Era la segunda vez que iba a pasar, o eso creía yo, porque por segunda vez nos volvieron a interrumpir.

- Carletes - dijo Ana, la hermana de Carlos, entrando por el pasillo, haciendo que nos separásemos de un golpe y mis mejillas se encendieran - anda si esta Gala también - dijo esta mientras miraba hacia atrás dando paso a toda la familia Sainz.

IrremediableWhere stories live. Discover now