Capítulo 46: Menorca

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El ferri acababa de llegar a Menorca, allí en el puerto nos esperaba un taxi que nos llevaría hasta el hotel y dentro de este se encontraría una moto que habíamos alquilado para movernos por la isla durante el tiempo que estuviéramos.
Eran casi las siete de la tarde cuando llegamos, por lo que Lando y Alex tendrían que estar esperándonos en el hotel, ya que según me dijo la madrileña llegaban hoy a la hora de comer.

Alrededor de unos quince minutos fue lo que tardamos desde el puerto hasta el hotel. Subimos nuestras maletas, pero no podía dejar de pararme en cada rincón de este hotel, tenía un encanto especial, las vistas eran increíble y la habitación se había convertido en la más bonita y acogedora que había visto en los últimos años.

Entramos en a la habitación, 355, siempre el cincuenta y cinco presente, en esta había como regalos encima de la cama y algunas fotos de Carlos y mía, que a decir verdad no se como consiguieron estas fotos ya que solo las teníamos Carlos y yo

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Entramos en a la habitación, 355, siempre el cincuenta y cinco presente, en esta había como regalos encima de la cama y algunas fotos de Carlos y mía, que a decir verdad no se como consiguieron estas fotos ya que solo las teníamos Carlos y yo. En ese momento mi mente empezó a recapacitar y se dió cuenta de que esto no había sido cosa del hotel si no del señorito que tengo a mi lado.
Me acerqué con mucho cuidado a ver cada una de las fotos.

- ¿Y esto? - mi giré para ver a Carlos señalandole las fotos - ¿por qué esta sorpresa?- No han sido unas semanas muy buenas, y quería tener un bonito detalle contigo - dijo mientras sus manos viajan alrededor de mi cintura erizando todos los pelos...

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- ¿Y esto? - mi giré para ver a Carlos señalandole las fotos - ¿por qué esta sorpresa?
- No han sido unas semanas muy buenas, y quería tener un bonito detalle contigo - dijo mientras sus manos viajan alrededor de mi cintura erizando todos los pelos de mi cuerpo - abre la caja - me dijo al oído y entonces fue cuando me fijé que había una caja de un tamaño considerable en la cama.
- Pero, ¿por qué? Ya tuve suficiente con la fiesta sorpresa Carlos.
- Ábrela y calla - me dijo y entonces la abrí. Esta contenía un vestido amarillo de seda y con tirantes, un bolso a juego y sus zapatos correspondientes, la verdad es que no podía ser más bonito.
- Carlos... es precioso - no me dejó terminar.
- Te recojo a las nueve - fue lo último que me dijo antes de darme un beso y salir por la puerta de la habitación. Estaba como en shock, ¿cómo que me recogía a las nueves?. Miré el reloj, las 7 y media, una hora para arreglarme, Gala tienes que darte muucha prisa.

La alarma de mi móvil sonaba, indicando que eran las nueve menos cinco. Ya estaba lista, solo quedaba terminar de preparar el bolso y ponerme los zapatos. Cinco minutos más tarde, ahora si estaba preparada; me sentía guapa, demasiado, no me había dado cuenta en lo mucho que había "descuidado" mi imagen desde el aborto, nunca tenía ganas de arreglarme, y ahora me sentía bien, más que bien.

 Cinco minutos más tarde, ahora si estaba preparada; me sentía guapa, demasiado, no me había dado cuenta en lo mucho que había "descuidado" mi imagen desde el aborto, nunca tenía ganas de arreglarme, y ahora me sentía bien, más que bien

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Miré el reloj, las nueves, y justo la puerta de la habitación sonó, sería Carlos. Abrí la puerta y para mi sorpresa no era él, era Lando.

- Señorita González, ¿me haría el favor de acompañarme? - dijo el inglés intentando no reírse mientras me tendía su brazo derecho para que me agarrase de este.

- ¿Dónde vamos? 

- Señorita, esa información es confidencial, solo lo sabrá cuando llegue al lugar sino le gustaría que su mejor amigo sea asesinado por su actual pareja - no podía parar de reír, se lo había tomado demasiado enserio. 

- Esta bien señorito - le dije y este me regaló una sonrisa. 

Llegamos al garaje donde se encontraba el coche de este y me hizo sentarme en el asiento trasero, ya que según él daba más seriedad que si me ponía de copiloto. El trayecto en coche duró unos veinte minutos, fue bastante ameno ya que aunque no me dijera nada, cantaba cada tema como si le fuera la vida en ello, y para que engañarnos, yo también. 

- Hemos llegado - dijo Lando y de repente la puerta se abrió, estábamos en la playa, estaba oscuro y no pude ver quien fue la que me abrió la puerta hasta que no salí del coche. 

- Buenas noches, siga todo recto por el camino de piedras hasta llegar a la luz - dijo Alex quien se notaba a kilómetros lo nerviosa que estaba. 

- ¿Alex? - cada vez estaba más nerviosa, no sabía que iba a pasar, todo era muy extraño pero a la vez bonito. 

- Ai Gala - dijo esta contenta - por favor, sigue el camino que me va a dar algo - terminó de decir, no sé quien estaba más nerviosa de las dos. 

Emprendí el camino de piedras desde donde podía ver una luz que a medida que iba llegando se iba desvaneciendo. Faltaban unos cinco metros para llegar cuando ví como Carlos se acercaba poco a poco a mi, y yo no podía parar de sonreír, este hombre me estaba haciendo demasiado feliz. Cada vez estábamos más cerca, mi corazón latía cada vez más rápido y mis manos no paraban de sudar. Después de unos segundos, nuestras manos se encontraron, no nos hizo falta decir nada porque las miradas hablaban por si solas y por mi que el tiempo se hubiese parado y nos quedáramos así toda la vida, porque lo único que necesitaba era él, y todo lo que había necesitado durante toda mi vida era a él. 

- Te quiero Gala - fue lo primero que dijo para romper el silencio que habíamos creado en apenas unos segundos

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- Te quiero Gala - fue lo primero que dijo para romper el silencio que habíamos creado en apenas unos segundos. 

- Yo te quiero más Carletes - le respondí e inmediatamente cogió mi mano y me dirigió hasta la mesa que había en mitad de la arena para nosotros dos. Estaba segura que esta noche iba a ser muy especial.


IrremediableWhere stories live. Discover now