Irremediable

Capítulo 27: Todo sigue igual

No escuché nada más de lo que Eric me acababa de decir, colgué el teléfono y me fui corriendo hasta la salida del paddock para coger un taxi hasta el hotel. Necesitaba llegar cuanto antes a Madrid. Gracias a que todo el mundo estaba alrededor del podio, pude salir lo más rápido que pude, y como si alguien lo hubiera pedido por mi ahí había un taxi esperandome. En menos de diez minutos estaba subiendo por las escaleras del hotel hasta mi habitación, menos mal que esta mañana lo dejé todo recogido, simplemente me faltaba por meter en ellas las cosas de última hora. Después de unos diez minutos, ya la tenía cerrada y estaba de camino al ascensor, cuando escuché la voz de Lando y Daniel por las escaleras; me limpíe las lágrimas que caían por mis mejillas para que estos no las vieran y no me hicieran preguntas, sabía que si me preguntaban iba a acabar llorando más de lo que había llorado en la habitación.

El ascensor estaba por llegar, cuando vi como los pilotos de Mclaren pisaban el último escalón y sus miradas se encontraban con la mía. 

- ¿Dónde vas? El avión no sale hasta mañana ¿no lo recuerdas? - me preguntó Lando extrañado al ver las maletas.
- Tengo que irme a Madrid, me han surgido unos problemas en el trabajo y tengo que solucionarlo hasta de Canadá, así que allí nos vemos - dije lo mejor que pude antes de meterme en el ascensor. El australiano no decía nada, simplemente me decía adiós con la mano, a diferencia de Lando quien sabía perfectamente que algo no andaba bien.

Las puertas del ascensor se cerraron y me giré sobre mi misma, tenía los ojos rojos e hinchados, y podía ver como algunas lágrimas amenazaban con salir, pero no, tenía que tranquilizarme, no sabía exactamente lo que le pasaba a papá, pero tendría que ser algo grave para que Eric me hubiera llamada con tanta urgencia. 

Salí del ascensor, y no sé porque pero no me extrañaba, allí estaba Lando esperándome con los brazos cruzados. 

- Yo te llevo al aeropuerto - dijo cogiendo una de las dos maletas. 

El camino hasta el coche fue en silencio, a veces se giraba para asegurarse que yo estaba ahí mientras yo miraba hacia el suelo intentando no llorar. Nos montamos en el coche, abrí la ventanilla y me puse a mirar el cielo, mientras pensaba en todo lo que acababa de pasar en menos de una hora. No sabía como estaba mi padre, ni realmente lo que había pasado, lo único que sabía era que si le pasara algo una parte de mi se iría con él; entonces fue cuando empezaron a caer lágrimas sin control ninguno, provocando que el inglés pusiera su mano derecha sobre mi muslo intentando tranquilizarme sin quitar la vista de la carretera.

- Mi padre esta en el hospital - se lo tenía que decir, no iba a dejarlo sin saber el porque de mi situación.
- ¿Sabes el por qué?
- No sé nada Lando, Eric me llamó y yo simplemente huí lo más rápido que pude del circuito.
- Estoy para ti cuando lo necesites ¿vale? - me dijo a lo que yo asentí mientras unía mi mano con la suya, la cual seguía en mi muslo.

Después de los veinte minutos más largos de mi vida, acababamos de llegar al aeropuerto. En el camino, había conseguido encontrar un vuelo que salía en menos de dos horas para Madrid, por lo que no tendría que esperar mucho. Lando aparcó como pudo en la entrada al aeropuerto y nos despedimos, no sin antes desearle suerte para la próxima carrera, por si yo no estaba allí. 

...

Lunes, 13 de junio del 2022.

📍Madrid, España - 3:30 a.m.

Acababa de recoger las maletas de las cintas, después de casi diez horas de vuelo sin haber podido descansar nada, por fin estaba en Madrid. Llamé a mi hermano para preguntarle en que hospital estaban para ir directa hasta allí, pero no me lo cogía por lo que esperé a salir del aeropuerto por si no tuviera cobertura. Salí por las puertas típicas por donde salen las personas y se reencuentran con sus familiares, y allí estaba él; con los ojos rojos y como yo, intentando no llorar, algo muy malo habría pasado para que estuviera así.