Capítulo 40: Perdóname

2.1K 137 2
                                    

Pov Carlos

- Carlos yo me siento decepcionada, te has vuelto a ir y me has dejado aquí sola sin saber nada de ti. No he parado de pensar que cuando te veas sobrepasado en la situación por algo, me dejes sola y pronto con un bebé de por medio, no quiero verme en esa situación Carlos - empezó a decir Gala y si no había entendido mal, esto se estaba acabando, pero necesitaba verificarlo.
- ¿Qué estas diciendo Gala? - dije y notaba como los ojos de estas empezaban a llenarse de lágrimas mientras se las intentaba quitar para no dejarlas caer.
- Carlos, no hagas esto más difícil, no es por mi bien es por el de este bebé - dijo mientras echó su mano a su tripa y empezaba a acariciarla.

A partir de ahí, no sé si dijo algo más, no la escuché, simplemente veía como terminaba de recoger sus cosas y salía por aquella puerta.

La había dejado sola, me sentía mal por no haber estado con ella en el momento del test, tenía miedo a afrontar la realidad de que iba a ser padre, y por mis estupideces la estaba perdiendo, pero no, esta vez no estaba dispuesto a perderla, estaba vez iba a luchar, no iba a dejar que el amor de mi vida se fuera otra vez

Gala salió de la habitación y recogí rápidamente mis cosas, mi vuelo saldría en menos de dos horas por lo que llegaría antes a Madrid que ella.

Pov Gala

- No puedo Gala, no puedo - fue lo primero que dijo Carlos al abrir la puerta. No sabía que decir, simplemente me aparté y le dejé pasar - sé que tendría que respetar tu decisión, pero no puedo Gala, sé que soy un idiota pero no me fui porque la situación me sobrepasara - y le interrumpí.
- Te fuistes porque te sentías mal de no haber estado a mi lado apoyándome - dije y abrió los ojos mirándome sorprendido.
- ¿Cómo sabes eso? - me preguntó.
- Un buen amigo me contó lo que te pasó en Canadá - dije mientras recordaba mi conversación con Antonio.
- Gala - dijo ahora este cogiéndome de las manos - no me acuerdo cuantos años tenía cuando le dije a mi madre que me iba a casar contigo y llenarle la casa de nietos, tampoco sé cuántos años llevo enamorado de ti, lo único que sé es que estoy dispuesto a luchar por ti y por este pequeño- dijo mientras con cuidado acariciaba mi inexistente tripa - todo lo que se interponga en nuestro camino - si Carlos estaba dispuesto a luchar por nosotros, yo estaba dispuesta también, no podía perderlo sin antes luchar. Entonces uní mi mano que aún seguía en mi tripa y este alzó su mirada hacia mi, y lentamente, después de varios días, nuestros labios se volvieron a unir.

...

Después de pasar un largo rato en la habitación... digamos que resolviendo problemas, ambos estábamos tumbados en la cama mientras que Carlos me atraía hasta él haciendo que nuestros cuerpos se rozaran.

- He pensado una cosa - dijo este muy seguro de sí mismo - si es niña podríamos llamarle Austria - dijo este y me separé de él mirándole extrañada.
- ¿Qué nombre es Austria?
- Cómo nos enteramos allí de que estabas embarazada, sería bonito - dijo muy convencido.
- Entonces sí nos hubieramos enterado en España, ¿le hubieras puesto Barcelona? - dije y este se puso pensativo.
- Bueno, mejor no entonces - y ambos reímos.
(...)

- Tendremos que contárselo a la familia ¿no? - pregunté mientras terminaba de ponerme un vestido blanco que me había comprado en Austria.
- Claro, si quieres podemos ir esta noche a cenar a casa, pero primero tenemos que contarles que estamos juntos - dijo Carlos. Era verdad, ningún miembro de nuestra familia sabía que estábamos saliendo, solo los más cercanos en el mundillo de la Fórmula 1.
- Llamaré a mamá para cambiarle la ubicación entonces - dije y Carlos me hizo un gesto de aprobación.

...

Acabábamos de llegar a casa de los padres de Carlos. Este abrió la puerta del exterior, haciendo que Piñón y Cami salieran corriendo hasta nosotros. Entramos hasta el interior de la casa mientras que todos nos miraban expectantes.

- Buenas noches - saludé a todos los que había.
- Pero sí están aquí los tortolitos - habló ahora Blanca, la hermana mayor de Carlos, mientras se acercaba a saludarnos.
- Entonces ¿no hay que decir nada más no? - dijo Carlos haciendo que sus hermanas y Eric abrieran los ojos como platos.
- ¿Estáis juntos? - dijo algo impactado mi hermano a lo que yo asentí y este me abrazó con fuerza - me alegro mucho Gala, os lo merecéis, pero que conste que no nos ha pillado de sorpresa - dijo mientras ambos reíamos.

...

Estábamos comiéndonos el postre en el jardín mientras que hablábamos sobre cómo habían ido estas últimas semanas, y a decir verdad me estaba poniendo de helado de fresa hasta los topes.

- Dios, que rico está este helado - dije mientras seguía comiendo haciendo que Carlos me miraba entre risas, solo él y yo sabíamos que estaba embarazada por lo que se contaría como el primer antojo.
- Tengo más helado ahí, por si quieres Gala - dijo Reyes.
- Me estoy recordando a Lando con la empanada - dije mientras todos recordaban aquel momento.
- Tenemos algo que contaros - dijo Carlos cambiando totalmente de tema haciendo que los nervios volvieran a mi, no sabía que iban a pensar de mí.
- ¿Estás bien? - me preguntó mi madre al ver que me había puesto nerviosa a lo que yo asentí.

Ví como Reyes miraba a Carlos con una sonrisa de oreja a oreja, se olía algo seguro. Entonces Carlos se levantó de la mesa e hizo lo mismo conmigo.

- Pues - y estiró de mi vestido haciendo que este se pegara más a mi y se notará la incipiente tripa que por la noche ya existía - dentro de nueve meses habrá un nuevo miembro - dijo y las caras de nuestras familias eran inexplicables.

Mi madre lloraba mientras que Reyes la abrazaba, Eric estaba abrazado a mi y me decía "yo sabía que algo había cambiado, tú no tienes esas tetas" - siempre había tenido poco pecho y claramente estos habían agrandado de una forma no muy normal. Por parte de las hermanas Sainz, se abrazaron a su hermano mientras ambas le felicitaban emocionadas, y por último, Carlos, padre, nos miraba a ambos mientras que algunas lágrimas recorrían sus mejillas y se marchaba de aquel lugar.

Después de haber recibido las felicitaciones por parte de los allí presentes, me introduje en la casa y busqué a Carlos, padre, quien estaba en el cuarto de Carlos. Este miraba las fotos que tenía colgadas y todos los premios.

- Carlos, ¿estas bien? - Le pregunté mientras entraba a la habitación y este me dirigió una mirada llena de lágrimas. Este se dirigió hasta a mí, y me abrazó; nunca antes había recibido un abrazo así por parte de él.
- Gracias - me dijo este entre susurros.
- ¿Por qué? - no entendía muy bien el por qué me estaba dando las gracias.
- Por hacerme ver que el bien de Carlos eres tú, cuando Carletes se marchó fue mi culpa, yo no quería que nadie se interpusiera en su carrera - empezó a sincerarse - él me hablaba de tí y de que quería pedirte salir, y de un día a otro tomé la decisión de que se iba a ir a vivir a otro lugar. Estaba triste, cada conversación acababa hablando de ti y más de una noche le escuché llorar. Pero desde que has vuelto ha vuelto a ser el mismo Carletes que hace once años, es feliz y los resultados, solo hace falta compararlos con los de otros años, ha cambiado todo y la mayor parte es gracias a ti - me decía mientras me cogía de las manos intentando él mismo tranquilizarse - cada día que os veo juntos me arrepiento de lo que hice con Carlos - dijo algo triste.
- Si la vida quiso que nos separásemos sería por algo no fue tu culpa, y ahora está misma nos ha vuelto a unir, aún más fuerte que cuando se fue.
- Siempre has sido una más de los Sainz, Gala, y ahora nos vas a dar un pequeño miembro más, gracias de verdad - terminó de decir y nos abrazamos.

Carlos, padre, siempre me había tratado como una más en su familia hasta el día que se fueron; yo nunca pude estar más agradecida por haberme tratado así. Aunque él fuera uno de los causantes de la partida de Carlos, yo no podría estar enfadada con él.

IrremediableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora