꧁Día de examen꧂

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Ambos estuvimos en silencio durante todo el camino.
Pero no era incómodo.

Por unos momentos recordé cuando salía con él en su moto.
Cuando me esperaba afuera de la escuela e ir sin rumbo fijo.

Yo era feliz con él sin importar dónde estuviéramos.

Los recuerdos eran agridulces.

Una ligera sonrisa se forma en mis labios y en unos instantes desaparece por completo, como todo aquello que vivimos.

Se estaciona en frente de la escuela y yo procedo a bajar.

—Gracias.

—Entonces... ¿En qué momento volvimos a ser novios?

—Era mentira —Hablé cortante.

—...¿Tanto miedo te da ese sujeto?

No respondí a su pregunta.

—Eso no tiene que ver contigo.

—...

Simplemente estaba cansada.
No quiero ser amable con él. Si lo fuera, podría malinterpretar.

Lo nuestro es irreparable.

—Volveré a buscarte.

—¿Qué?

Enciende su moto y desaparece sin más.

«¿Por qué no simplemente me deja en paz?»

—No sabía que te gustaban los chicos malos.

Súbitamente, una voz que ya me era aterradoramente familiar llega a mis oídos.

«Este hombre...
Si no me asesina él mismo, los sustos que me da, terminaran por hacerlo.»

Nuestras miradas se encuentran y su semblante estaba extrañamente sereno.

Es como si estuviera tratando de ver a través de mí.

—Así es el amor, profesor.
No se elige a quien amar.

Sin querer, dí una respuesta que a mi parecer, fue bastante cursi.

—Con que es así... —Masculló.

Me dió la espalda para seguir con su camino, dejándome con la intriga y un poco de paz.

Prometía ser un día bastante largo.

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—Empezaré a repartir los exámenes.

Parece que hoy no será mi día de suerte.

Por todo lo sucedido el fin de semana, olvidé completamente que hoy sería el exámen.

«Estoy acabada.»

Cerré mis ojos unos momentos con gran frustración.

—Parece que alguien no estudió.

Me sobresalto un poco y alzo la vista para encontrarme con algo que me sorprende bastante.

El sujeto frente a mí, me sonreía descaradamente burlón.

La mayoría ya se encontraba respondiendo el examen, por lo cual nadie nos prestaba atención.

Se aleja dejando el oficio sobre mi escritorio.

Todavía no terminaba de asimilar esa expresión llena de burla, cuando miro lo que está escrito en una nota pequeña.

"Parece que alguien no durmió por estar espiando por la ventana."

Como si un balde de agua fría cayera sobre mí, miraba totalmente incrédula.

«Maldito loco.»

Era evidente que ya no tenía intención de fingir.
Me miraba fijamente desde su lugar.

Ahora estaba aún más asustada.
Él sabe todo y yo ya no podía con toda esta situación.

Quería gritar y salir huyendo.

Una Bella Atrocidad ©️ Where stories live. Discover now