⊱≼Al descubierto≽⊰

3 2 0
                                    

⊱ ─── ஓ๑26๑ஓ ─── ⊰

Se había dejado traslumbrar por todo lo que le rodeaba en ese momento, sus ojos no dejaban de recorrer todo hasta el más mínimo detalle, tras intercambiar miradas con una que otra joven, al fin se había percatado de su atuendo totalmente fuera de lugar.
No encajaba en ningún aspecto.
Llevaba una simple sudadera negra que le quedaba bastante holgada.

Algunos le dedicaban una mirada de arriba hacia abajo.
Sus mejillas se sonrojaron al notarlo.
Sintió vergüenza.

Siguió caminando detrás de ese extraño hombre.

Al final del fragoroso antro, se encontraba lo que parecía ser una oficina.

El sujeto pretendiendo ser un caballero, le abrió la puerta; permitiendo que Ariel entrara primero.
Estaba inusualmente cohibido.

Con una simple señal le indico que tomara asiento.
Al sentarse frente a frente.
El hombre lo miraba fijamente, poniendo a Ariel más incómodo.

—No tienes porqué estar nerviosa
—rio escandalosamente—. No voy a entrevistarte ni nada por el estilo
—habló informal y despreocupado—.
El trabajo es tuyo, no hay nada que discutir.

Ariel sintió un gran alivio tras escuchar eso.

—Solo hay que firmar tu contrato.

Del cajón de su escritorio sacó una pila de papeles que puso en frente de él.
Le ofreció una fastuosa pluma dorada para que firmara.

Ariel la toma, pero antes procedió a leer los documentos ante él.
Pero para su sorpresa, no podía entender lo que estaba leyendo.
Todo estaba en un idioma que desconocía por completo.

—Esto... Qué es esto? —cuestionó confundido.

El hombre exclamó falsamente.

—Como sabes, este antro es Francés, por lo tanto, el contrato también lo es
—habló con un poco de burla—.
Pero no te preocupes, también firmaras uno en inglés para que lo entiendas mejor.

Esto preocupó bastante a Ariel, no dominaba el inglés, mucho menos el francés.

—...mi inglés no es avanzado.

El sujeto sonrió tratando de contener la risa.

—No te preocupes, linda. Son cosas simples, tipicas de cualquier empleo.

Ariel no se sentía confiado ante esas palabras.

—...¿Puedo leerlo con calma en mi casa?

—Me temo que eso no se podra, necesito tu contrato para poder registrarte como empleada oficial.

En contra de su voluntad, tuvo que firmar todos esos papeles que el hombre le indicó.
Este no se tomó la molestia de ocultar su descarada sonrisa.

—Tu padre mencionó que podías empezar de inmediato... Empezarás ahora mismo —sonrió.

Era verdad que necesitaba el trabajo, pero no venía preparado para quedarse.

—Pero mi ropa...

—Aquí nos encargamos de eso.

Alexander Martín era un hombre que estaba preparado para cualquier situación.
Al instante mandó a llamar a la "supervisora" de las camareras.

La mujer no se hizo esperar bastante tiempo, inmediatamente hizo presencia.

—Selena, lleva a nuestra linda Ariel para que se prepare.

La hermosa mujer con una señal le indico que la siguiera.

Una Bella Atrocidad ©️ Where stories live. Discover now