꧁Día fatídico꧂

71 45 3
                                    

⊱ ─── ஓ๑10๑ஓ ─── ⊰

Las noches de insomnio se habían convertido en algo habitual.

Solo me estaba causando daño.
Si seguía así, será perjudicial para mi salud mental y física.

«Esta vez, no pienso estresarme.»

Cierro la puerta con llave.

La mañana estaba más fría de lo normal.

Un viento bastante helado me envolvió haciendo que me estremeciera.

«Será mejor que use una chamarra.»

Estaba por volver a entrar a casa cuando de repente, los fuertes ladridos de un perro me detuvieron.

Mi mirada va en busca de su procedencia.
Tomándome por sorpresa, un Doberman bastante aterrador aparece de la nada y viene hacia mí.

Trato de ingresar a casa lo más rápido posible.

—¡Joe!

El perro se detiene y da la vuelta hacia donde provenía esa voz.

Al parecer el dueño de mis pesadillas también es el dueño de aquel perro.

Prometía no ser un buen día.

—Buenos días, señorita Ariel —Dice amigable.

No hay respuesta de mi parte.

—Perdone si mi perro la asustó.

Estaba bastante agotada mentalmente para seguirle el juego.

—Si gusta puedo llevarla a la escuela.

«No de nuevo.»

—Mi novio vendrá por mí —Digo cortante.

Su falsa sonrisa se borra, dejando ver su verdadera cara.

—Ya veo...

«Mierda... A este paso tendré que decirle a Roy que venga por mí todos los días.»

Realmente no quería involucrarme más con él.

En medio de la frustración, de repente, llega a mí la brillante idea de esperar a que se vaya antes que yo para irme tranquilamente.

Me adentro nuevamente a casa para buscar mi chamarra y esperar a que se fuera.

꧁꧂


Miraba una y otra vez el reloj de mi celular impaciente, mientras caminaba en círculos.

«Ese maldito psicópata.»

Había pasado casi media hora desde que volví a entrar a casa y él seguía afuera jugando con ese perro.

«Gracias a él, llegaré tarde a mi primera clase.»

Muy en contra de mi voluntad, finalmente decido salir.

«Simplemente voy a ignorarlo.»

Cierro con llave y continuo con mi camino.

—Parece que su novio no llegó.

«Vete a la mierda.»

Lo ignoro y camino a paso veloz.

Pero no contaba con que su perro vendría tras de mí nuevamente.

Comienzo a correr con mis nada atléticas piernas.

Creí que ese bastardo volvería a llamarlo para que se detuviera pero en su lugar, comienza a reír.

«Realmente lo odio.»

Debido a mi falta de condición física, el perro me alcanza con facilidad y muerde mi chamarra haciendo que cayera.

—¡Joe!

«Muy tarde para llamarlo, imbécil.»

El perro suelta mi chamarra dejándome tirada en el suelo.

—Ariel ¿Estás bien?

Sinceramente, no sabría decir si su preocupación era verdadera o una completa mentira.
Era tan raro y atemorizante a la vez, que solo deseaba alejarme de él.

Me pongo de pie por mi cuenta rechazando su mano.

Estaba realmente furiosa.

Sacudo bruscamente mi ropa completamente sucia.

«Vaya mierda.»

Inesperadamente, el sujeto que me ofreció su ayuda hace unos momentos, ahora se encontraba riendose escandalosamente, lo cual me molestó aun más.

«Quiero golpearlo.»

Me era difícil creer que hace una semana lo amaba como el resto de la escuela.

—Te ves muy graciosa —Dijo con burla.

—Dime, ¿Soy tu bufón? maldito bastardo —Espeté.

Su semblante cambió de uno divertido a uno de sorpresa.

Tal parece que no se esperaba esa respuesta de mi parte.

«Definitivamente haré que te pudras en prisión.»

Una Bella Atrocidad ©️ Where stories live. Discover now