Temp. 2, cap. 4

318 40 14
                                    

10 de septiembre

Pasaron los días, me estuvieron llegando varios mensajes de Takemichi y Chifuyu, pero no les respondí.

—¿Te enojaste con Chifuyu y Takemichi? ¿Por qué no les respondes? —preguntó Souya mirando mi celular.

—No, splo que he pasado mucho tiempo con ellos, quiero estar contigo —sonreí.

Souya me abrazó y besó mi rostro.

—¿Alguna razón en específico? —preguntó sonriente.

—Ninguna, ¿Por qué? ¿Quieres que me vaya? —hice un puchero.

—Si fuera por mi, te tendría pegada a mi siempre —se burló— pero sé que tienes a tus amigos y no quiero que te alejes de las personas que son importantes para ti.

—Tranquilo, no será así, ¿Vemos una película?

—Seguro.

11 de septiembre

Era el día de la inauguración, me vestí y fui, Souya se había quedado con Nahoya para arreglar un par de cosas y finalmente tener ordenado todo para ese día.

—Él estaba tan feliz —sonreí con tristeza— definitivamente soy una pésima persona.

Fui al restaurante, allí estaban Souya y Nahoya. Fue un día muy lindo, el primer día ya tenían a varias personas pidiéndoles sus riquísimos platos de ramen, se les veía cansados, pero felices y eso me alegraba.

Finalmente el día acabó y todos se fueron excepto varios amigos de nosotros, nos quedamos a festejar. Takemichi y Chifuyu se acercaron a hablarme.

—¿Qué pasó Hyung? —preguntó Chifuyu confundido.

—Mañana es... —detuve a Takemichi.

—Tranquilos, tengo todo bajo control.

Chifuyu me miró desconfiado, Takemichi soltó un suspiro sonriendo.

—Está bien, avísanos cualquier cosa.

Me senté junto a Souya, bebimos con todos hasta que Nahoya los silenció a todos, ya podía imaginar lo que pasaría. Según yo había sido un sueño con el que tuve mucha interacción, pero luego Takemichi me confirmó que había sido mi cruel destino, en él, este día había sido el mejor ya que mi amado me había pedido matrimonio, pero a la mañana siguiente todo había acabado y comenzó mi tortura.

—Mi hermano tiene algo que decir —dijo Nahoya.

Todos guardaron silencio, Souya se levantó, se puso de rodillas en el suelo y me mostró una cajita pequeña.

—Hyung...

Lo siento, lo siento, lo siento tanto.

De reojo pude ver que la puerta se abría, era Key.

—¿Te casarías conmigo?

Mi corazón comenzó a latir con fuerza, mis manos temblaron al igual que mi boca, miré a Key, me miraba fijamente con una leve sonrisa.

—Souya...

Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento.

—Te amo tanto Hyung, quiero pasar el resto de mi vida contigo y que seamos felices como lo planeamos.

Bajé mi mirada, un nudo se formó en mi garganta, levanté la cabeza de repente, trataba de no llorar y con una sonrisa respondí.

—No.

El ambiente se puso tenso, podía notarlo, me alejé un poco de Souya.

—Lo siento, pero no voy a casarme contigo.

Nunca te olvidaré.Where stories live. Discover now